“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

26/3/14

El golpe sigue…

Gustavo Márquez Marín  |  Disiento del que piensa que  fue derrotado el golpe continuado que adelanta el imperio estadounidense, a través de la violencia terrorista guarimbera, desatada por la derecha fascista que sirve a sus intereses. Es posible que las acciones preventivas y disuasivas del gobierno, la falta de respaldo de los sectores populares, el hastío de sectores medios secuestrados en sus propias urbanizaciones, la unidad  de las FAB y las contradicciones en la oposición, estén influyendo en su debilitamiento progresivo. Empero, sería un error inferir que por  ello  el plan golpista ha cesado. Recordemos que su estrategia es la “guerra prolongada”,  iniciada  con el arribo a Miraflores de  Chávez, aplicada bajo el paragua de la guerra psicológica expandida a través de las redes sociales y  una campaña  comunicacional global intensiva, que presenta al gobierno del Presidente Maduro como una dictadura, violador de los derechos humanos y sujeto por ello a la aplicación de la doctrina imperialista de la “seguridad humana”  para “legitimar”  una intervención extranjera. 

Esa estrategia cabalga sobre las debilidades de las políticas públicas que impactan negativamente  a la población. La inflación, la escasez  de bienes  de consumo e insumos necesarios para la producción y, las expectativas inflacionarias y recesivas derivadas de los desequilibrios macroeconómicos,   objetivamente han creado un clima  de descontento e incertidumbre, que aprovechan los enemigos de la revolución para avanzar en sus planes desestabilizadores.  También el burocratismo, la ineficiencia crónica  y la impunidad frente a la corrupción, ha creado condiciones subjetivas que facilitan el trabajo de zapa de los que quieren sumergirnos en una guerra civil,  para  retrotraernos a la condición de colonia gringa.  

Urge una política económica para la transición al socialismo enfocada en el primer objetivo del Programa de la Patria, basada en una alianza patriótica por la paz y la soberanía, que nazca de un diálogo franco y fecundo del gobierno con  los trabajadores, los estudiantes, las comunidades, los pequeños y medianos empresarios de la ciudad y del campo, los indígenas, los movimientos sociales, los partidos políticos que conforman el GPP y  la oposición democrática.
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