Frida Kahlo ✆ Guillermo Kahlo |
►“Me pinto a mí misma porque estoy mucho tiempo
sola, y porque soy la persona que mejor conozco.” – Frida Kahlo
Ernesto Paz León | Postrada en una cama crea sus primeras pinturas como imágenes desgarradoras de sí misma, aquellas que la llevarían a convertirse en una de las artistas más célebres y talentosas de todos los tiempos. Ya que nadie como ella sabría hacer de la tragedia ─traída en abonos desde la infancia─, su mejor obra.
A los seis años sufre de poliomielitis en la pierna derecha.
A los dieciocho, el autobús en el que viaja es arrollado por un tranvía con
consecuencias fatales en las que hubo hasta muertos. Este accidente ─del cual
se dudaba pudiera sobrevivir─ es el que la llevaría al hospital por primera
vez, con fractura de huesos en la columna vertebral, hombros, costillas, pelvis
y daños severos en un pie, manteniéndola en cama e inmovilizada por espacio de
un mes en el hospital, y tres más en su casa. Al cabo de un año, con muchas complicaciones regresaría por
segunda vez para ser atendida, ya que varias de las vértebras de su columna se
habían desplazado como consecuencia de una mala o inadecuada atención médica en
el accidente sufrido.
Nuevamente de regreso a su casa y durante los nueve meses
que siguieron, Frida volvió a quedar en cama convaleciente, teniendo que usar
incómodos corsés de escayola. Es aquí, precisamente «que con la ayuda de un
caballete especial apoyado en la cama, un espejo y unos cuantos pinceles»
nacería la leyenda de Las Dos Fridas.
De padre judío de origen húngaro-alemán y madre oaxaqueña hereda el mestizaje
Museo Frida Kahlo, Cd. de México ✆ Anagoria |
Frida no tuvo formación artística en escuela alguna, pero
comenzó a pintar desde muy joven, enseñada por su padre: autorretratos,
retratos de familia y de algunos amigos, pero todo esto sin tener la intención
de dedicarse algún día a ejercer en forma profesional la pintura. Es más, antes
del accidente y durante algún tiempo estando en el hospital, pensaba estudiar
medicina.
“Para combatir el aburrimiento y el dolor, sentí que todavía tenía suficiente energía para hacer algo diferente de estudiar para convertirme en un médico. Sin prestarle ninguna atención especial, empecé a pintar.”
Y pintó con un estilo que con el paso del tiempo se haría
único, no solo por la temática sino, además, por la combinación de colores
utilizados en su obra, por los trazos desplegados en ella y, sobre todo, por
esa manera subyugante de mostrarse a sí misma. Como lo muestran sus primeras
pinturas realizadas durante su convalecencia: Degradada en una cama, lacerada,
cubierta de vendas y aprisionada en ese incómodo corsé a sus tan solo ¡19 años!
Estos temas serían una constante en las subsecuentes recaídas producto de
operaciones diversas a lo largo de su vida.
Ella, como ningún otro artista, crearía una obra
extraordinariamente personal en su lucha por la vida basada en sí misma, como
un grito desesperado de su yo interno para dar algún sentido a sus desgracias.
“Pensaron que yo era surrealista, pero no lo fui. Nunca pinté mis sueños, sólo pinté mi propia realidad.”
El sueño – La cama (1940) ✆ Frida Kahlo |
En estas sencillas palabras se deslinda la pintora de ser
catalogada «surrealista», hay algo de protagonismo en ello, algo de cierto,
pero solo algo. Ya que, en efecto, buena parte de esa obra sí es surrealista.
Sobre todo la que tiene que ver con los momentos más dolorosos en una cama y
que se compone de imágenes terribles, alucinantes, que dan idea del dolor y la
frustración sentida.
Que está basada en escenas reales sí, muy reales, porque no
fueron inventadas en manera alguna. Pero el despliegue de esas imágenes y la
composición misma en su obra es onírica en esencia, con elementos propios o
característicos de la escuela surrealista y que, como se sabe, está sujeta a la
ensoñación y al reacomodo imaginativo del artista. Habrá discusión en esto,
como en todo, y quizá, solo los críticos de arte y estudiosos de su obra
tendrán la última palabra.
A lo largo de su carrera experimentó con diferentes estilos
y temas, algunos de ellos, influenciada por el mismo Diego Rivera, muralista
también mexicano con quien se casa en 1929 a la edad de 22 años, siendo Diego
aún 20 años mayor que ella. La presencia de Diego en la vida de Frida es el
nuevo parte aguas que habrá de marcar un antes y un después en su obra.
“Sufrí dos graves accidentes en mi vida… uno en el cual un tranvía me arrolló y el segundo fue Diego.”
Admiradora del muralista ─pues cuando lo conoce él ya era un
consumado y reconocido artista─ y profundamente enamorada después. Su vida al
lado de Diego Rivera se vuelve una relación de contrastes, tormentosa, con
claroscuros que marcarían una vez más su obra. Ambos poseían ese carácter
indomable que tienen todos los grandes personajes. Ambos se necesitarían y
repelerían al mismo tiempo.
“Ser la mujer de Diego es la cosa más maravillosa del mundo. Yo le dejo jugar al matrimonio con otras mujeres. Diego no es el marido de nadie y nunca lo será, pero es un gran compañero.”
Sin esperanza (1945) ✆ Frida Kahlo |
Diego Rivera, a pesar de ser obeso y mal parecido, tenía una
personalidad que atraía fuertemente a las mujeres. Sería la fama, su carácter o
el dinero, en fin, lo que hubiera sido. El asunto es que sabía aprovechar muy
bien esa cualidad para tener amoríos con pleno conocimiento de Frida. Al parecer,
sin mucho daño al principio, ya que ella era muy joven y por sobre todas las
cosas, lo idolatraba.
“Quizá esperen oír de mí lamentos de ʻlo mucho que se sufreʼ viviendo con un hombre como Diego. Pero yo no creo que las márgenes de un río sufran por dejarlo correr.”
La historia de Frida no se puede separar en ningún momento
de su obra; están íntimamente ligadas, ya como reflejo de sus diferentes
estados de ánimo, ya como fiel testigo de sus frecuentes ingresos en un
hospital. En su obra se despliega en cada lienzo el surrealismo más realista y
espontáneo ─como quien se aleja de su cuerpo para observarse en medio del
desastre─. Uno de sus primeros dibujos: Accidente,denota esa
característica, donde aparece su rostro mirando con ojos contemplativos, su cuerpo
cubierto de vendas e inconsciente tendido sobre la cama.
Dolor, angustia, soledad, pérdidas, se plasman en sus
autorretratos como un diario personal cuya simbología es fascinante, que no
requiere palabras, que no requiere de un conocimiento preciso de las diferentes
técnicas para ser entendido. Tal vez en ello estribe su genialidad: Porque
el arte, para grande, debe ser universal.
En esta pintura, Frida se muestra pequeña en comparación con
Diego, quien aparece enorme, y con una paleta de colores en una mano y
sujetando con la otra, la mano de Frida. Ejemplo simbólico de lo que él
significaba para ella como artista y como compañero.
Para bien o para mal, la presencia de Diego Rivera es siempre un factor determinante en su vida y en su obra
Diego Rivera y Frida ✆ Frida Kahlo |
En esa simbiosis, en ese intercambio también cultural y
artístico se fue madurando la obra de Frida, mejorando su técnica creativa,
puliendo los diferentes elementos que habrían de caracterizarla. Donde no se
puede apartar la figura del maestro en ese progreso gradual, ya que es el mismo
Diego quien la induce a ceñirse al nuevo movimiento artístico imperante en
México, basado en las raíces y folklore de la cultura mexicana y del cual, su
esposo, era uno de los principales exponentes.
Esta faceta en su obra la lleva no solo a pintar con motivos
nacionalistas, sino a adoptar esa mexicanidad de manera permanente. En su vida
diaria, social y en actos públicos utilizará la vestimenta tradicional indígena
─no olvidemos que su madre era de origen oaxaqueña─. Peinados de trenzas o
chongos se hicieron presentes, la comida regional y hasta el lenguaje, se
vuelven parte de esa identidad que orgullosa exhibe.
Como esposos, Frida y Diego viven una intensa actividad
social, cultural y política. Ella se incorpora al Partido Comunista Mexicano,
como ya lo había hecho anteriormente Diego, donde militan con un activismo
destacado, participando en todo lo relacionado con los asuntos del partido,
fueran éstos reuniones de trabajo o marchas de protesta en las calles.
Dada la importancia de Diego Rivera en el medio cultural y
político, Frida se vuelve también parte de ello o bien, asume de manera
individual algunas de esas actividades, convirtiéndose en foco de atención
nacional cuando en 1936, al estallar la guerra civil en España funda con otras
mujeres, un comité de solidaridad de ayuda a los republicanos españoles.
Henry Ford Hospital (1932) ✆ Frida Kahlo |
En plena efervescencia política y gracias a una solicitud
que hiciera Diego Rivera de asilo ante el gobierno mexicano, llegan en 1937
expulsados de Rusia y Noruega, León Trotsky y su esposa Natalia Sedova para
instalarse en la Casa Azul, la misma en que recibirá en 1938 a André Bretón y a
su esposa Jacqueline Lamba. Bretón es el fundador y principal exponente del
surrealismo o «Padre del surrealismo» como se le conoce hasta ahora.
Hay que destacar que ya desde 1927 André Bretón y Paul
Éluard ─otro integrante importante del movimiento surrealista─, se habían
afiliado al Partido Comunista, por lo que su visita a México la realiza con el
único propósito de conocer a Trotsky, a quien, al igual que Diego Rivera,
profesaba gran admiración. Pero no es sino hasta 1941 que Bretón redactaría su
tercer manifiesto surrealista llamado: Manifiesto
por un arte revolucionario independiente. Producto de esa relación con
Trotsky en casa de los Rivera.
“En realidad no sé si mis cuadros son surrealistas o no, pero sí sé que representan la expresión más franca de mí misma.”
Durante su estadía en la casa de Coyoacán, André Bretón
queda tan impresionado con la obra de la pintora, que al año siguiente, 1939
programa una exposición de sus pinturas en París. Por este tiempo Frida no
pensaba vender o llegar a vivir en modo alguno por la venta de sus cuadros,
pues siempre pintaba para sí, y como terapia para hacer llevaderos sus
problemas de salud.
Ya antes, en 1930 había sufrido su primer aborto, con las
consecuencias anímicas y sicológicas que esto implicaba, sumándose otro más
─que sería el segundo─ en 1934. Ese mismo año tuvo que ser operada del pie
derecho y amputada de cuatro dedos que tenían gangrena. Para colmo de males su
relación sentimental con Diego se había ido deteriorando a consecuencia de sus
continuas infidelidades, llegando incluso al extremo de descubrirlo con su
propia hermana Cristina, motivo que causaría su separación del muralista en
1935.
A esta separación vendría una reconciliación, después un
divorcio en 1939 para volver a contraer nupcias en 1940. En fin, un continuo ni
contigo ni sin ti. Años difíciles durante los cuales ambos se permitieron
de todo en infidelidades. Muchos de estos momentos de soledad, de rabia o
impotencia Frida los plasma en imágenes fotográficas con el cabello desaliñado,
deshaciendo sus trenzas o bien: tratando de ahogarlos en alcohol.
“Intenté ahogar mis dolores, pero ellos aprendieron a nadar.”
Podría decirse que
algunos de los momentos de mayor felicidad en la vida de Frida, se debieron al
éxito inusitado que comenzaron a tener sus cuadros en el extranjero, cuya venta
y reconocimiento de la prensa especializada no se hizo esperar, rebasando toda
expectativa.
Tan solo en una exposición llevada a cabo en Nueva York se
vendieron la mitad de sus cuadros, recibiendo encargos de nueva obra por parte
del Museo de Arte Moderno de Nueva York. En una exposición en Paris su pintura: Autorretrato -El Marco, se
convirtió en la primera obra de un artista mexicano del siglo XX adquirida por
el Museo del Louvre.
La columna rota (1944) ✆ Frida Kahlo |
En la Escuela Nacional de Pintura y Escultura «La Esmeralda»
─nombre con el cual se le conoció a esta escuela por estar situada en la calle
del mismo nombre─, Frida ingresa para dar clases como maestra y conforma un
grupo de alumnos que serían llamados los
fridos, porque, cuando ella no podía asistir a la escuela por motivos
de salud, ellos asistían a su casa para tomar la clase.
Es elegida, junto con otros veinticinco artistas e
intelectuales, miembro del Seminario de Cultura Mexicana, institución creada
con el único propósito de promover la cultura de México. En la Galería de Arte
Mexicano ─la galería de arte privado más importante de México─ expone: Las Dos Fridas. Se inician, así,
una serie de exposiciones colectivas en México y los Estados Unidos. En 1946
gana el Premio Nacional para el Arte y la Ciencia.
“No estoy enferma… estoy rota… pero estoy feliz de estar viva mientras pueda pintar.”
En 1944 y debido a fuertes dolores de espalda, los doctores
le ordenan descansar en su casa y usar un corsé de acero. Motivo por el cual
compondría su pintura: La Columna Rota. Años más tarde, en 1944 es
operada nuevamente con la intención de enderezar su columna, pero la operación
no tiene éxito.
“Pies para qué los quiero si tengo alas pa’ volar.”
En 1953 le es amputada la pierna derecha y realiza un cuadro
donde escribe: “Pies para qué los
quiero si tengo alas pa’ volar”. Ese mismo año, la Galería de Arte
Contemporáneo de México le dedica una exposición. El día de la inauguración,
Frida asiste transportada en una cama para asombro del público. Este fue un
gran acontecimiento, en el que ella dio rienda suelta a la euforia, cantando y
bebiendo hasta la madrugada.
En 1954 hace su última aparición pública en vida,
participando en una manifestación en protesta por el derrocamiento del gobierno
democrático del presidente de Guatemala Jacobo Arbenz. Evento por el cual
habría de enfermar de pulmonía, falleciendo en La Casa Azul el 13 de julio de
1954 a la edad de 47 años, cuando el Instituto Nacional de Bellas Artes le
preparaba un homenaje nacional con algunas de sus obras, entre las cuales se
encontraban: Las Dos Fridas, Viva la
Vida, Unos Cuantos Piquetitos y Diego
en mi pensamiento.
Las dos Fridas (1939) ✆ Frida Kahlo |
Durante su corta existencia Frida realizó unas 200 pinturas,
dibujos y esbozos relacionados con las experiencias de su vida, de las cuales
55 fueron autorretratos. Sus cuadros se encuentran en numerosas colecciones
privadas alrededor del mundo y se cotizan como las más caras que cualquier otra
pintora hubiera realizado en la historia del arte.
El 12 de julio de 1958, La Casa Azul abre oficialmente sus
puertas cambiando su nombre por el de Museo Frida Kahlo.