El 70% de los campesinos mexicanos viven en la pobreza |
La pobreza campesina está determinada por la estacionalidad agrícola, que se manifiesta en requerimientos de trabajo desiguales en el año (concentrados en la siembra y cosecha) y por el hecho que en el capitalismo los precios incorporan (como costos) sólo los salarios de las jornadas efectivamente laboradas y pagadas. Al concurrir los productores campesinos con empresas capitalistas en los mismos mercados, y actuar en ellos como tomadores de precios, los precios de sus productos sólo pueden remunerar los días efectivamente trabajados. Es decir, el costo social de la estacionalidad es absorbido por los campesinos en la forma de pobreza permanente que los convierte en proletarios errantes en busca de ingresos adicionales.
Fuente:
Elaboración propia con datos http://www.nass.usda.gov
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Durante el
debate con Armando Bartra (que tuvo lugar en las páginas de La
Jornada en 2007) fui descubriendo que la teoría que había formulado para
explicar la pobreza campesina también daba cuenta de la persistencia del
campesinado, lo que me llevó a la tesis radical de que “el capitalismo no puede existir en forma pura en la agricultura: sin la oferta campesina de mano de obra
estacional barata la agricultura capitalista sería imposible. No habría (casi)
nadie dispuesto a trabajar sólo durante las cosechas. Por tanto, la permanencia
de la economía campesina hace posible el capitalismo en la agricultura”. Es
decir, la agricultura campesina no sólo es funcional, sino indispensable
para la existencia de empresas agrícolas capitalistas. Pero el campesino sólo
se verá obligado a vender estacionalmente su fuerza de trabajo (y estará
dispuesto a venderla a bajo precio) si es pobre: los granjeros ricos en EU se
pueden pasar (y se pasan) los períodos en los que no hay trabajo en la
agricultura, bebiendo cerveza. Es decir, el capitalismo agrícola sólo
puede existir en simbiosis con campesinos pobres, dispuestos a (y urgidos de)
vender su fuerza de trabajo una parte del año. Una teoría que explique la
sobrevivencia campesina debe explicar también su pobreza. Para el capital la
fuerza de trabajo es un costo variable: sólo paga los días contratados. Para la
economía familiar campesina, en cambio, es un costo fijo: tiene que
proveer siempre por la reproducción de la fuerza de trabajo familiar, trabaje o
no. (Julio Boltvinik, Pobreza y persistencia del campesinado. Teoría,
revisión bibliográfica y debate internacional,Mundo Siglo XXI, Núm. 28, Vol.
VIIII, 2012, p.22)
Más recientemente, y estimulado por la teoría de Danielson,
he hecho la siguiente precisión sobre estacionalidad del trabajo agrícola:
La estacionalidad no es sólo una consecuencia (como suponen
varios autores) de las diferencias entre el tiempo de producción y el tiempo de
trabajo (conceptos desarrollados por Marx en el volumen II de El capital).
Tomemos el caso del maíz, el cultivo más importante, tanto en EE.UU. como en
México. Uso información del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (www.nass.usda.gov/), y me concentro en
Iowa, el estado con la mayor superficie cultivada de este grano en EU. Hay dos
maneras de hacer los cálculos del tiempo de producción y el tiempo de trabajo:
1) tomar las fechas más frecuentes de inicio y término de las tareas de siembra
y cosecha, y 2) tomar en el conjunto de Iowa, desde los primeros que siembran
hasta los últimos que cosechan. En el primer caso, el periodo de producción
sería de 183 días (del 2 de mayo al 31 de octubre), en el segundo sería de 210
días (del 22 de abril al 17 de noviembre). Lo mismo ocurre con el tiempo de
trabajo (tomando sólo las tareas de siembra y cosecha que requieren niveles
pico de mano de obra y para las cuales se contratan jornaleros estacionales).
Con las fechas más frecuentes, el número de días de trabajo es de 40 días (15
para la siembra y 25 para la cosecha) y con los totales de Iowa son de 103 días
(43 para la siembra y 60 para la cosecha). En ambos casos, los días de trabajo
son parte de los días de producción. El resto del año es tiempo de no producción y, por tanto, también tiempo de no
trabajo; es decir, es tiempo no-agrícola (TNA). Éste es el complemento
del tiempo de producción o tiempo agrícola (TA), y por tanto TNA= 365-TA. Los
dos valores de TNA son, por tanto, 365-183= 182 (del 1° de noviembre al 1° de
mayo) y 365 - 208= 157 (del 18 de noviembre al 21 de abril). Los cálculos
exactos no es lo importante aquí. Lo que quiero transmitir es que no hay dos
sino tres periodos agrícolas en un año: 1) tiempo de trabajo (de 40 o
103 días); 2) periodo de producción sin tiempo de trabajo (el periodo en que, en
palabras de Marx el producto sin terminar se entrega a la influencia de
los procesos naturales) de 143 o 107 días; 1) y 2) conforman el tiempo de
producción de 183 o 210 días; y, por último, 3) tiempo de no producción o
tiempo no agrícola (sobre todo el invierno), de 182 o 155 días. De los 365 días
(véase gráfica), como vemos ahora, los días de trabajo (contando sólo los dos
periodos de requerimientos pico) son entre poco más del 10% a 28% (40 o 103
días), y el periodo más grande de no-trabajo es el invierno, o el período desde
el fin de la cosecha hasta el inicio de la siembra (182 o 155 días), que es
mayor que la diferencia entre el tiempo de producción y el tiempo de trabajo
(210-103=107 o 183-40 =143). (Texto inédito; parte de un libro en prensa)
(Véase gráfica)
La teoría de Danielson busca explicar el origen de la
desocupación invernal a la cual le atribuye la pobreza campesina. Mi teoría en
cambio se refiere a lo que ocurre en el tiempo de producción agrícola. Son
complementarias. La de Danielson explica el desempleo invernal como resultado
del desarrollo de la industria capitalista, que convierte a los campesinos en
productores agrícolas especializados dentro de la división social del trabajo.
En una etapa anterior, que Lenin llama del campesinado patriarcal, los
campesinos estaban ocupados en el invierno en diversos oficios. Algunas de
estas artesanías se arruinaron por primera vez por las industrias domiciliarias
promovidas por los capitalistas; éstas fueron, más tarde, desplazadas por las
manufacturas capitalistas y después por la industria rural (período al que Marx
se refiere como la unificación de la agricultura con las industrias
subsidiarias rurales). Pero en algún momento, como dice Marx, el capitalismo
logra completar la separación entre las manufacturas y la agricultura. Los
productos de la artesanía local habían sido casi completamente desplazados por
productos industriales, ahora reubicados en su mayoría en las ciudades. Marx
sostuvo que con esta separación completa de la agricultura y la producción, el
“trabajador rural se hace cada vez más dependiente de empleos subsidiarios
meramente accidentales y su condición
empeora con ello”. Danielson expresó esto como la limitación del
tiempo de trabajo de la clase agrícola a una parte del año, que es la causa fundamental
del deterioro de las condiciones económicas de las clases agrícolas y el
despilfarro de las fuerzas productivas de la sociedad. Lo que están diciendo
Marx y Danielson es que la creciente división social del trabajo, o
especialización por rama, muy elogiada, correctamente, por Adam Smith como una
de las causas del crecimiento de la riqueza de las naciones, encuentra una
excepción en la agricultura. Los campesinos, dada la discontinuidad
(estacionalidad) del trabajo agrícola, son dañadas por la creciente división
social del trabajo. Dado un cierto nivel de desarrollo tecnológico, la
limitación del tiempo de trabajo de la gran mayoría de la humanidad significa
que la riqueza que son capaces de crear (que es una función del tiempo de
trabajo) se ve seriamente disminuida y esto tiene que reflejarse en sus
condiciones económicas de vida. Como se ve en las citas de Marx y Lenin
(entrega del 4/9/15), ambos están de acuerdo en esto, aunque Lenin trata de
minimizarlo.
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