“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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12/12/16

El legado de Herbert Marcuse

Herbert Marcuse ✆ Chaos
Patricia Terino

Herbert Marcuse (1898-1979), uno de los miembros más beligerantes de la primera generación de la Escuela de Frankfurt (1), es uno de los referentes más significativos de la filosofía crítica y del uso que se ha hecho de ella en forma de consciencia social, política y humana, en todos sus ámbitos. En 1978, poco antes de su muerte, Marcuse concede una entrevista al profesor Bryan Magee, donde aborda las grandes cuestiones por las que ha transitado su pensamiento desde sus inicios en el pensamiento crítico. Y en ella analiza, quizás de un modo más claro que a través de su obra escrita, las claves del funcionamiento actual del sistema, los peligros inherentes (y en la actualidad explícitos) al modelo capitalista, así como la deuda del propio Marcuse para con Marx sobre el estudio tan profundo que este llevó a cabo de la historia y de la sociedad en la que se inserta su pensamiento, a pesar de salvar ciertas distancias, matizar algunas de las propuestas marxistas e incluso rechazar otras por su inviabilidad en el mundo actual (2).

16/8/16

Marcuse y el concepto de razón en la modernidad

Herbert Marcuse @ Kaysam
Ariel Mayo   /   La figura de Herbert Marcuse (1898-1979) no requiere presentación. Su libro Razón y Revolución: Hegel y el surgimiento de la teoría social (1941) constituye un clásico en el estudio de la filosofía hegeliana y su influencia en el desarrollo del marxismo y de la sociología moderna.

Estos apuntes se refieren a la parte II de la obra (El surgimiento de la teoría social) (p. 245-375). (1)  La tesis del autor consiste en que “el desarrollo interno de la filosofía occidental exigía la transición hacia la teoría crítica de la sociedad” (p. 249). El autor sostiene que la filosofía hegeliana realizó la transición de la filosofía al dominio del Estado y de la sociedad. En otras palabras, “las ideas filosóficas básicas  [de Hegel] se habían realizado en la forma histórica que el Estado y la sociedad habían asumido, y estos últimos se convirtieron en el centro de un nuevo interés teórico.” (p. 247).

Marcuse sostiene que para comprender el pasaje de la filosofía a la teoría social hay que dejar de lado la explicación habitual. ¿Qué dice ésta? A la muerte de Hegel (1770-1831), sus discípulos se dividieron en hegelianos de derecha (2) y de izquierda (3). Estos últimos desarrollaron las tenden- cias críticas presentes en la obra del Maestro y las aplicaron a la crítica de la religión. Posteriormente, los hegelianos de izquierda derivaron hacia el socialismo, el anarquismo o el liberalismo pequeñoburgués. (p. 247-248).

6/9/15

Herbert Marcuse & Walter Benjamin: Racionalismo y Romanticismo

Foto: Herbert Marcuse
Foto: Walter Benjamin
Michael Löwy   |   La afinidad entre Marcuse y Walter Benjamin ha sido observada frecuentemente, pero nunca estudiada de manera sistemática. El punto de partida de esta afinidad se encuentra en sus raíces comunes en la cultura romántica alemana, en su nostalgia por las comunidades precapitalistas y en contraponer la "Kultur" artística a la prosaica sociedad burguesa. Hay una gran similitud entre la tesis de doctorado de Marcuse, Der deutsche Kün stlerroman (La novela de artista alemana) de 1922, y la de Walter Benjamin, Der Begriff der Kunstkritik in der deutschen Romantik (El concepto de crítica artística en el romanticismo alemán) de 1919

Este primer trabajo de Marcuse -recientemente reeditado- es fundamental para entender su evolución intelectual. Su tema es la contradicción entre el mundo de la Idea y el de la realidad empírica, entre el Arte y el universo burgués. Contradicción dolorosamente resentida y expresada por los románticos. Algunos de ellos, en particular Novalis, intentaron superar esta contradicción ignorando el mundo empírico, sustituyéndolo por una realidad ideal-un nuevo mundo imaginario, un reino de amor y de paz, Eros y Freya.

28/3/14

El arte como forma de la realidad

Herbert Marcuse  |  La tesis acerca del fin del arte se volvió una consigna familiar. Los radicales la consideran una obviedad; rechazan o “suspenden” al arte porque es parte de la cultura burguesa, de la misma manera que rechazan o suspenden su literatura o su filosofía.  El veredicto se extiende fácilmente a toda teoría, a toda inteligencia (más allá de lo “creativa” que sea) que no dispare la acción y la práctica, que no contribuya de manera evidente a cambiar el mundo, que no se abra paso–al menos por algún tiempo–en el universo de contaminación mental y física en que vivimos. La música alcanza este objetivo con la canción y la danza; la música activa el cuerpo, las canciones ya no cantan sino que chillan y gritan. Para hacerse una idea del camino recorrido en los últimos treinta años se pueden comparar las melodías y los textos “tradicionales” de las canciones de la guerra civil española con las actuales canciones de protesta y rebeldía. O compárese el teatro “clásico” de Brecht con el “living theatre” de hoy.[1] Estamos presenciando un ataque no sólo político sino también, y en primer lugar, artístico al arte en todas sus formas, al arte como forma en sí mismo. Se niega, se rechaza y se destruye la distancia y la disociación del arte respecto de la realidad. Si el arte es todavía algo en absoluto, debe ser algo real, parte y territorio de la vida, pero de una vida que en sí misma sea una negación conciente del estilo de vida establecido con todas sus instituciones, su entera cultura material e intelectual, toda su inmoral moralidad, su conducta exigida y clandestina, su trabajo y su esparcimiento.

9/5/13

Marcuse y los orígenes de la teoría crítica / Contribuciones a una fenomenología del materialismo histórico

J.M. Romero Cuevas
  • Trabajo realizado en el marco del proyecto de investigación “La filosofía de Martin Heidegger analizada desde la perspectiva de la Escuela de Frankfurt”. Para un análisis más extenso y detallado de las siguientes problemáticas véase: “Herbert Marcuse y los orígenes de la teoría crítica. Una aproximación”; H. Marcuse y los orígenes de la teoría crítica’ e ‘Introducción: ¿Entre Marx y Heidegger? La trayectoria filosófica del primer Marcuse’, en Herbert Marcuse, Entre hermenéutica y teoría crítica.
Entre los miembros de la denominada Escuela de Frankfurt, quizás sea la producción filosófica de Herbert Marcuse (1898-1979) la que menos ha atraído la atención de la academia. A pesar de que la mayoría de sus obras fundamentales (Razón y revolución, Eros y civilización o El hombre unidimensional) han sido traducidas al castellano, aún no se ha producido una confrontación rigurosa con la obra de Marcuse. Como es sabido, Marcuse se incorpora en 1933 al Institut für Sozialforschung, bajo la dirección de Max Horkheimer, pero su trabajo filosófico había comenzado ya varios años atrás, durante su estancia en la Universidad de Friburgo como asistente de M. Heidegger.