Sor Juana Inés de la Cruz ✆ Joseph de la Torre |
Especial para La Página |
El siguiente escrito es únicamente un humilde esbozo que me
servirá para comprender mejor dos libros que actualmente estoy memorizando en
su totalidad, a saber: ‘El ser y la nada’ de Sartre y la ‘Ética’ de Spinoza.
Estoy en calzoncillos, fumo y medito. Espero que mis lectores gocen la
siguiente diatriba contra la cordura.
Estudio estos dos libros por las sencillas razones
siguientes: el primero explica la existencia funesta que vivo día a día,
mientras que el segundo me ayuda a desanudar los problemas que llevo en la
cabeza, llamados mitos. Advertido el lector, sea quien sea, empiezo.
El soneto 165 de Sor Juana empieza así: "Detente, sombra de mi bien esquivo". La poetisa habla de
una "opacidad", de algo que se ve como nublado o difuminado y que se
mueve. ¿Para qué sirve que nuestros ojos perciban sombras? ¿Servirá acaso para
crear sistemas de coordenadas que nos permitan identificar nuestros objetivos?
¿Cómo le hago para pasar entre dos automóviles sin chocar? ¿Confían las
aseguradoras automotrices en nuestro entendimiento y en nuestra percepción?
¿Hay expertos en racionalismo en GNP?