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Theodor Adorno ✆ Carol Lantis |
Patricia
Terino | El objeto de este breve ensayo es analizar
muchas de las tesis defendidas por Adorno acerca de la industria cultural, su
funcionamiento, sus mecanismos y la influencia directa que ejerce sobre nuestras
vidas. Para ello tomaremos como referencia una de las obras más emblemáticas de
la llamada Escuela de Frankfurt [1] , una corriente de pensamiento surgida en
Alemania en el período de entreguerras, cuyas reflexiones y análisis siguen la
estela del marxismo, aunque con muchos matices y variantes, ello debido en
primer lugar a la propia constitución heterogénea de este grupo [2] , del que
formaban parte no solo filósofos de reconocida profesión, sino también
sociólogos, economistas, psicoanalistas o musicólogos, como el propio Adorno, y
en segundo lugar, a que el propio transcurrir de los tiempos y el momento
histórico en el que este grupo de pensadores pone de manifiesto sus reflexiones
exigía una revisión de las tesis marxistas, rechazando algunas de ellas y
adaptando otras muchas al mundo que conocieron y vivieron [3].
La obra en cuestión es la conocida Dialéctica
de la Ilustración. Fragmentos filosóficos [4], cuyo trabajo es fruto de la
colaboración conjunta entre Adorno y Horkheimer. Fue publicada por primera vez
en 1947, aunque redactada unos años antes, en el período del exilio de ambos
pensadores a Estados Unidos al comienzo de la guerra.