“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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7/8/13

Integración regional | Emancipación o regeneración capitalista

Decio Machado  |  Un anquilosado sistema político y la falta de libertades que este conllevó, generaron inconformidad y críticas tanto al interior de la antigua Unión Soviética como en los países europeos del bloque socialista. Este clima de descontento social se agudizó, cuando el crecimiento económico[1] y los niveles de vida quedaron estancados, a partir de la década de los setenta.

La inversión en el desarrollo de la industria militar, condición a la que la URSS se vio abocada ante la carrera armamentística que se suscitó durante toda la “guerra fría”, tuvo un costo altísimo para la población soviética, lo que no permitió un adecuado desarrollo de la oferta de productos, la innovación en los bienes de consumo y el confort de la población.

La paralización de la producción mundial y el consiguiente hundimiento del comercio internacional consecuencia de la “Crisis del Petróleo” (1973-1975), agravó la situación interna del sistema soviético, dado que se redujeron sus exportaciones a la par que se dificultaron las importaciones de productos básicos –cereales y otros- que eran necesarios para cubrir la demanda alimentaria interna.

14/7/12

La alianza estratégica Brasil/Venezuela

Raúl Zibechi

El golpe de Estado en Paraguay puso en evidencia los cambios en la relación de fuerzas en la región sudamericana. La respuesta de Brasil de acelerar el ingreso pleno de Venezuela al Mercosur es un mensaje a Estados Unidos. Cuando el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva le dijo a Hugo Chávez tu victoria será nuestra victoria, estaba siendo fiel al libreto de la mayor y más sólida alianza sudamericana, la alianza estratégica entre Brasil y Venezuela.

Cuando Lula llegó al gobierno en 2003 se produjo un salto cualitativo en las relaciones bilaterales. En 2005 se definió la Alianza Estratégica Brasil-Venezuela y en 2007 comenzaron los encuentros presidenciales trimestrales, que se prolongaron hasta 2010, para profundizar la alianza que incluye la integración de infraestructura y la complementación productiva que va más allá de las alianzas clásicas, incluyendo la otra alianza estratégica que tiene Brasil en la región, con Argentina.

Uno de los principales resultados es un fuerte aumento del comercio. De los 800 millones de dólares que intercambiaban en 2003 se pasó a 5 mil millones en 2011. Además estrecharon vínculos institucionales con asesorías en políticas públicas, cursos de formación que incluyeron la instalación del prestigioso centro de pensamiento e investigación IPEA (Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas) y Embrapa (empresa estatal de investigación agropecuaria) en Caracas.

‘Doble play’ en Mercosur

Nuestro inmortal atleta Luis Aparicio,
en una característica jugada de "double play":
jugaba con los Medias Blancas de Chicago
Gustavo Márquez Marín

Especial para La Página
Desesperada ante el avance del movimiento popular que marchaba de la mano del gobierno  del Presidente Lugo, la oligarquía paraguaya  cayó en su propia trampa, al subestimar el talante democrático  de los gobiernos de la nueva izquierda latinoamericana que encabeza Venezuela, que teniendo distintos matices, comparten una profunda convicción democrática. La respuesta inmediata y contundente del MERCOSUR y la UNASUR de suspender los derechos de veto y voto de Paraguay  en ambos mecanismos de integración, por haber protagonizado un golpe de estado maquillado de legalidad, contrastó con la presencia tardía y descolocada del Secretario de la OEA, reflejando la decadencia del ya  anacrónico “ministerio de colonias”,  ante la fuerza  ascendente de la integración latinoamericana y caribeña.

La jugada de los gorilas paraguayos  con atuendos de tribunos resultó en un “doble play” que ellos nunca calcularon, al formalizarse con su exclusión temporal, el ingreso de Venezuela al MERCOSUR, el cual ya había sido ratificado por los parlamentos de Argentina y Uruguay en el 2006 y de Brasil en el 2009. Al perder Paraguay  su derecho a veto, ejercido injustificadamente para bloquear a Venezuela, se produjo de facto la unanimidad requerida para que entrara en vigor el Protocolo de Adhesión que firmaron en Caracas el 4 de julio de 2006,  los Presidentes Kirchner, Lula, Duarte, Vásquez y Chávez.

Si bien estábamos en el MERCOSUR desde el 2004 por tener la condición de miembro asociado y  desde el 2006 con derecho a participar en todos los mecanismos del grupo -incluyendo el Parlamento y las negociaciones con terceros- no será sino hasta el 31 de julio próximo,  cuando disfrutaremos de la condición de estado parte con todos los derechos.

Gran parte de los productos que ingresan al país proveniente de MERCOSUR, en los últimos 8 años han tenido una desgravación arancelaria gradual. Muchos de ellos destinados a cubrir el déficit del mercado interno, permitiendo contener la inflación ante al incremento del consumo interno. No obstante, la incorporación plena de Venezuela al MERCOSUR es un desafío que obliga al gobierno a relanzar la industrialización mirando hacia el sur.