El Supremo Tribunal Federal acordó iniciar una investigación sobre la participación de Temer en estructuras que señaló la Fiscalía buscan frenar el avance de las sanciones del escándalo Petrobras ocupando ya el cargo de primer mandatario. La constitución brasileña no permite hacerlo por ilícitos cometidos antes de ocupar esta función. Las consecuencias de los profundos fenómenos de corrupción puesto al desnudo en la mayor economía de la región golpean a una economía que experimentó en los dos años pasados una profunda recesión, que incidió negativamente en la actividad económica regional.
El Supremo Tribunal Federal (STF) brasileño dio a conocer el inicio de una investigación al presidente del país, Michel Temer, que asumiese después de la destitución de Dilma Rousseff, por obstrucción a la justicia, corrupción pasiva y organización criminal. El fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot –autorizado por el STF para iniciar la investigación- afirmó que Temer conformó una estructura con el candidato presidencial en las últimas elecciones Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), para frenar el avance de la operación Lava-Jato, la cual desde hace tres años investiga los sobornos efectuados en el escándalo de la empresa estatal Petrobras [1].
“Se verifica –manifestó Janot- que Aécio Neves en articulación, entre otros, con el Presidente Michel Temer, buscaron impedir que avancen las investigaciones de Lava-Jato, sea a través de medidas legislativas o por medio del control de nombramientos de los comisarios de la policía que conducirían las investigaciones. Con el establecimiento de tareas definidas –añadió-, el núcleo político promueve interacciones diversas con agentes económicos, con el objeto de obtener ventajas ilícitas, por medio de la práctica de crímenes, sobre todo con corrupción” (20/05/17).