Ícaro moderno ✆ Michael Austin |
Especial para La Página |
¿Es útil anular el voto? Roger Bartra vuelve a las andadas e
intitula un artículo de su autoría con la anterior e inocentona pregunta. ¿Por
qué? Porque pretende convencernos con su prosa poética, mezclando el
utilitarismo con la técnica. El poeta Pasternak ha dicho con solemnidad que los
tiempos modernos tienen que ser narrados con prosa, no con poesía, no con prosa
iluminada.
La poesía es fragmentaria y el mundo actual es harto
complejo, aunque también es harto incompleto. ¿Incompleto? Sí, incompleto, pues
faltan instituciones, ideólogos, intelectuales y naciones dignas del respeto.
En un pequeño libro que leí hace muchos años, aprendí que una buena manera para
promover la democracia es la abstención (recomiendo leer a A. Badiou, leer su
libro Circunstancias). La democracia, como la República de Platón, es una teoría
política, es un ideal. La democracia no es un instrumento, no es un método, no
es un proceso. Pensar que la democracia se ejerce votando, es como pensar que
la bondad yace en los medicamentos que nos receta el médico (primun non
nocere). No confundamos la técnica con la teoría, las ideas con las acciones,
las decisiones con los planes.
Gracias a las enseñanzas marxistas que adquirí cuando
estudié mi posgrado, tengo en la memoria las diez tesis que Lenin propuso para
mejorar las condiciones vitales de los proletarios. Y sé que decir
"Lenin" es como decir blasfemias en este país. Poco me importa.
Analicemos. Pero antes de hacerlo, advirtamos lo siguiente: que la inteligencia
literal no sea mayor que la inteligencia irónica.
Un análisis literal es un análisis teológico, obnubilado,
paranoico, inútil. Si usted quiere vivir al pie de la letra y de los políticos,
allá usted. Tomaré cinco acentos intelectuales del texto del pobretón Bartra,
cinco acentos semánticos, y lo haré con las técnicas de "mi amigo"
Roland Barthes.
Don Roger censura los medios de comunicación, pero no
censura su propio medio de comunicación, llamado Letras Libres. Esta omisión me
recuerda las críticas del verdaderamente culto Karl Kraus. ¿Por qué la prensa
tacha la prostitución del cuerpo y celebra la prostitución de la inteligencia?
Esta pregunta se la hace Kraus, pero no Bartra, intelectual de enésimo orden.
Nuestro charlatán asegura que en los medios de comunicación
mexicanos se promueve la animadversión contra la política, pero no dice en qué
medios de comunicación. La impostura es estética, pero no ética. Generalizar es
benéfico en ciencia, pero no en la prensa, y menos cuando escribimos en
revistas literarias que se jactan de su calidad artística. Si Octavio Paz viera
qué es de su Vuelta, se volvería andaluz.
Los medios de comunicación mexicanos no promueven ninguna
idea contra la política mexicana, aunque sí distribuyen malos comentarios sobre
los políticos. La alta política trata de teorías, no de chismorreo de barrio.
Hitler importa menos que las condiciones éticas de la Alemania a la que apaleó.
Jomeini importa menos que la hipocresía de sus aduladores judíos o cristianos,
aduladores pertenecientes al capitalismo.
Todos los días y durante todo el día los medios de
comunicación nos dicen que votemos, nos dicen que no importa quién gane,
mientras gane alguien. Cuentan que en Belfast los locos le preguntan a los
ateos sin son ateos cristianos o ateos protestantes. De todas maneras, Juan te llamas,
dicen en la calle.
Bartra miente, pues los medios de comunicación no imprecan
contra la política, contra la alta política, contra la filosofía. La filosofía
es la madre de la política y en México se ha eliminado el estudio de la
filosofía. ¿Bonito? Una de las tesis de Lenin dice que es imperioso sustituir
el poder imperante con un poder esencialmente distinto, con uno filosófica o
ideológicamente distinto.
López Obrador, Nieto, Mota o Quadri son personas de la misma
cepa. ¿Prueba? Escúchese la retórica de los cuatro y se verá que son de la
misma laya. En la retórica y en la forma de actuar delatamos nuestra clase
social. Segunda mentira: en México existen diferentes posturas políticas.
Bartra siempre dice que México es pluralista y casi cosmopolita. Mentira.
México siempre ha sido conservador, derechista e imperialista.
El mexicano promedio "trabaja" para
"comprar" cosas que lo lancen hasta la "clase alta", hasta
el Cielo de los creyentes, hasta el "penthouse" del magnate. Basta
leer los libros de Simmel para comprender el ciclo social del que hablo.
Es bien sabido que en México los profesores, los vendedores
y los escritores se mueren de hambre y de amor, pues ninguna universitaria
aspira a casarse con tan mediocre clase social. En Puebla, en Monterrey, en
Veracruz o en el Distrito Federal, lugares que conozco al dedillo, a las
jóvenes se les enseña a detectar "buenos partidos", aunque no
políticos.
Es hora de pasar a la mentira terciaria, que canta así: las
elecciones se parecen a los pronósticos climatológicos. Ayer escribí que
Villoro confunde la historia con el historicismo, y hoy me veo en la necesidad
de decir que Bartra también lo hace.
No hay, Don Roger, un "clima político". Cada vez
que nuestro ignorante país lee metáforas agrarias, metáforas como las suyas,
metáforas que funden nubes con votos, rostros con ideas, incertidumbre con
colores y demás, hundimos al país. Debería estudiar más literatura y no
enarbolar textos lastimeros, señorito Bartra. Sé que es imposible redactar con
gran estilo para un público sin lecturas y por eso disculpo sus dislates. Le
voy a citar de memoria una poesía de Neruda que habla sobre la condición
nacional que nos aplasta. A ver, ¿cómo va?
Preguntaréis por qué
su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal.
Venid a ver la sangre por las calles.
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal.
Venid a ver la sangre por las calles.
¿Le agrada? Neruda fue un poeta chileno y le quisiera
regalar uno de sus libros. Pero antes de los regalos, hablemos sobre la cuarta
mentira implícita en el expuesto artículo. Aquí la falacia: el abstencionismo
favorecerá al PRI. Cuidado, cuidado, señor Bartra. Con estas declaraciones
usted mismo está haciendo que pensemos que el sistema de votación está
manipulado.
Pero si lo pensamos mejor, usted tiene razón. Los contactos,
las "palancas", los secretos comerciales y políticos del PRI tienen
que ser ingentes, tanto, que no votar equivale a dejar las cosas como están.
Cuando Bartra dice que los medios de comunicación apoyan los intereses
empresariales, nos está diciendo puras patrañas, pues tanto los gobernantes
como los dueños de la prensa o de la televisión, estudiaron en las mismas
universidades y no perciben que sin saberlo estiban sobre la población
contenidos informativos burgueses.
La televisión podrá engañar a los pacíficos poblanos, a los
juguetones veracruzanos, a los recios regios o a los despistados
"capitalinos", pero no a Umberto Eco. Según Marx, la ciencia cambia
con el tiempo. Y si esto es verdad, nuestro "científico" sistema de
votación tendría que haber cambiado hace mucho, pues no sirve, y no sirve
porque el PRI siempre ha ganado.
Las teorías políticas son muchas, pero pocos los que las
comprenden. Al inicio del artículo nuestro escritorzuelo nos afirma que los
medios de comunicación dicen que los políticos son unos incompetentes. Y lo
son. Peña Nieto no sabe leer, Obrador no se ha quitado el tono sureño (en
sociología el tono indica nuestra educación), Cuadri es un papanatas y Mota no
tiene la mínima sensibilidad para ablandar su retórica de soldado ruso, de
soldado hambriento y orgulloso.
Sinteticemos. Bartra inicia hablando de los medios de
comunicación, de la diversidad ideológica del país y del "clima
político", para después apuntar hacia los intereses burgueses y hacia el
poder del PRI. Los ideólogos dirían que Bartra nos recuerda la
"Methodenstreit". El texto de Bartra no induce, no deduce, no
conduce, pero sí impone.
Los métodos demostrativos del texto analizado no son
químicos o físicos, matemáticos o políticos, pero sí climatológicos. El orden
de un discurso es tan importante como el discurso mismo, diría Descartes.
Bartra no propone, no ayuda a comprender. Creo que otra vez tiré mi dinero a la
basura comprando Letras Libres. Me pondré a leer a Hitchens.