Especial para La Página |
Recientemente el Presidente de la República Islámica de
Irán, Mahmud Ahmadineyad, estuvo de visita por tierras latinoamericanas y
caribeñas, estrechando aún más las relaciones de su país con nuestro
subcontinente. Como se sabe, hasta el momento Irán ha suscrito unos 250
acuerdos de cooperación comercial y de transferencia de tecnología con países
latinoamericanos y caribeños, entre los que figuran Bolivia, Brasil, Cuba, Ecuador, México,
Nicaragua y Venezuela, como parte de su estrategia para insertarse aún más en
el ámbito internacional.
En vista de esto, resulta de interés conocer un poco la realidad de ese distante país ubicado en la
conflictiva región del Medio Oriente. Y creo que si comenzamos por enterarnos
de cómo es su sistema político, estaríamos dando un paso en el camino correcto.
Para ello me voy a valer del artículo publicado por Olivier Pironet (Irano: la strukturoj de la regximo) disponible en Le Monde Diplo,
a través del cual explica de manera bastante clara este tema. Recomiendo sí,
que al terminar de leer este escrito,
cada quien elabore un organigrama del sistema político de Irán, a fin de que lo pueda visualizar mejor.
Señala Pironet, que las instituciones de Irán, de acuerdo
con la Constitución de 1979, se fundamentan en dos pilares: el islamismo y la
república, que responden a una doble fuente de legitimidad del poder: la soberanía
de Dios (Art.2) y la voluntad del pueblo (Art. 1 a 6). El principio de velajat-e fakih (gobierno del clero) es
la piedra angular del edificio institucional. La autoridad más alta del Estado
es el Guía de la Revolución (Alí Jamenei, desde 1989), quien supervisa los
poderes ejecutivo, legislativo y judicial, se asegura del buen funcionamiento
de las instituciones y define las grandes orientaciones del régimen. El
ejército, las fuerzas del orden y la justicia están bajo su dirección.
Desde la muerte del
Imán Ruhollah Jomeini y de la revisión de la Constitución en 1989, el Guía de
la Revolución es nombrado ---y puede ser revocado en algunos casos--- por la
Asamblea de Miembros, cuyos ochenta y seis clérigos, son elegidos según
votación universal cada ocho años. En la actualidad es presidida por Hashemi
Rafsanjani.
El jefe del poder ejecutivo es el Presidente de la
República. Él es elegido de manera directa por el pueblo, por un mandato de
cuatro años, renovable una sola vez; preside el Consejo de Ministros y dirige
el gobierno (ya no existe el puesto de primer ministro desde la revisión de
1989). El poder legislativo es potestad del Parlamento, llamado Asamblea
Consultiva Islámica, cuyos doscientos noventa representantes son elegidos por
votación universal y directa, por un período de cuatro años.
Actualmente dicha Asamblea es presidida por Ali Larijani.
Todas sus decisiones son examinadas por el Consejo de Guardianes de la
Constitución, presidida por el Ayatolá Ahmad Janati, quien tiene como principal
función, verificar que las leyes estén conformes con la Constitución y el
Islam. Dotado de derecho a veto, este Consejo está conformado por seis clérigos
nombrados por el Guía de la Revolución, y por seis juristas, nombrados por el
Parlamento.
Creado en 1988, el
Consejo de Interpretación de los Supremos Intereses del Régimen (treinta y
cuatro miembros) tiene la función de resolver los conflictos entre el
Parlamento y el Consejo de Guardianes; actualmente es presidido por Hashemi
Rafsanjani. Nombrado por el Guía de la Revolución, tiene competencia
legislativa extraordinaria ---puede, por vía de excepción, proponer
disposiciones no conformes a la sharia
(Ley Islámica).
Forma parte de las instituciones de segundo rango, junto con
el Consejo Superior de Seguridad Nacional (diez miembros permanentes),
establecido para velar por los intereses de la revolución, la soberanía del
país y la integridad territorial, además de controlar el dosier atómico. Por su
parte, el poder judicial pertenece al teólogo jurista nombrado por el Guía de
la Revolución, por un mandato de cinco años, quien elige los jueces, entre los
que está el Presidente de la Corte Suprema. Él es independiente de los poderes
legislativo y ejecutivo.
Finalmente, el sistema político de Irán cuenta con
organizaciones e instituciones originarias de la revolución, que funcionan como
estructuras del aparato del Estado y dependen completamente del Guía de la Revolución:
los Guardianes de la Revolución (pasdaran),
cuerpo permanente creado para hacerle contrapeso al ejército regular; los
bassidji (milicia popular integrada por varios millones de hombres); los
tribunales revolucionarios y otros comités. El Guía de la Revolución también
posee representantes en cada provincia y en cada ministerio. Sin duda, un
sistema político complejo.
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