“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

17/7/12

Legítimo Cocuy ó aguardiente “majunche” / A siete años de la legalización del Cocuy

El cocuy está ahora en Venezuela
en un sitial muy importante
 
Erick Antonio Jimeno

Especial para La Página
A fines de junio de 2012  se cumplieron 7 años de la Reforma de la Ley de Impuesto sobre  Alcohol  y Especies Alcohólicas, sancionada por la Asamblea Nacional y promulgada por el Presidente Chávez en el año 2005, que legalizó la producción artesanal del cocuy. Esta Reforma de Ley desarrolló  el artículo 309 de la Constitución Nacional en cuanto a  la protección que el Estado debe brindar a “la artesanía  e industrias populares típicas de la Nación”  y autorizó la producción artesanal de toda bebida autóctona  proveniente de materia vegetal, fabricada por técnicas tradicionales en la que predomine el trabajo  manual,  hasta un máximo de 20 mil litros anuales por productor u organización de la economía social. También hizo énfasis en la protección y repoblación de la especie, en nuestro caso del agave cocui trelease.

Siete años han transcurrido desde ese reconocimiento del Gobierno y la Asamblea Nacional  Bolivariana a  los productores artesanales de cocuy de los estados Lara y Falcón,  invisibilizados  y discriminados por  muchos años  por los  Industriales  del mercado oligopólico de aguardientes y licores y por aliados de sus intereses en el seno de  la Administración Pública.

Como resultado de esa oposición a la Reforma  de la Ley  de Impuesto sobre Alcohol, por parte de  los mencionados sectores oligopólicos, actualmente ningún productor artesanal puede exhibir en sus productos  el  Registro, la etiqueta ni la banda tributaria que asignan el Seniat y el Ministerio de Salud y que le otorgan legalidad a sus genuinos    productos. Habría que preguntarse por qué extraña condición sí la exhiben productores de aguardientes y de  seudococuy  majunches?

En el interín de siete años, varias instituciones como Fundacite, el Ciara, las alcaldías y gobernaciones de Lara y Falcón, el MAT, la Universidad Francisco de Miranda, la UCLA y otras, han intentado desarrollar en Pecaya y Siquisique la Red de Innovación Productiva del Agave Cocuy, para  fomentar su  economía endógena y comunitaria,   garantizar la  siembra intensiva  y  su procesamiento económico, social y ambientalmente sostenible, diversificando  sus productos artesanales. Sin embargo, sin menoscabo de importantes logros obtenidos, como el laboratorio de control de calidad  y envasadora de la Asociación de Productores de Pecaya,  en siete años no se han logrado las metas derivadas de la aplicación de la  Reforma de Ley,  y persisten los trabas de los  sectores privados y públicos adversos a proporcionar legalidad   a  la producción artesanal de cocuy, a tal grado que ni aún el exhorto directo del Presidente Chávez para impulsar un proyecto de  exportación de auténtico cocuy a Rusia, ha logrado superar esas alcabalas nefastas.

La planta de agave cocui trelease fue declarada también en el 2005 como Patrimonio Natural, Ancestral y Cultural de la Nación.  La producción artesanal  de sus derivados es concebida a través de la economía artesanal  y comunal. Como Patrimonio Nacional no es un recurso privatizable y la Ley Orgánica  del Sistema Económico Comunal, le brinda una perspectiva sustentable para que los excedentes económicos que se generen, se inviertan en el ámbito geográfico de las comunidades pobres  que los producen y no vayan como plusvalía  a engrosar las arcas privadas de comerciantes y  adulteradores. Su explotación económica está condicionada por la Ley a  la resiembra de la especie en su territorio y es absolutamente inviable su explotación sin asociarla a un programa permanente de repoblación, como sucede entre muchos de los depredadores comerciales  que explotan privadamente ese patrimonio,  sin sembrar ni un solo agave.

Siete años parecen suficientes para que los funcionarios del SENIAT y MinSalud hayan aplicado la Reforma de Ley que autorizó la producción artesanal de bebidas autóctonas, emblemáticamente, el cocuy.  Su obstinación contra la Ley, y la explícita  negación  de los derechos de los productores artesanales además de contumacia, incurre en el desconocimiento del principio de participación protagónica del pueblo organizado en sus asuntos y proyecta su  oposición a desarrollos económicos comunales y socialistas.

Recientemente el MinCultura adelantó en Barquisimeto una Feria de Arte Popular que ignoró la existencia d los cocuyeros artesanales y le dio cabida a los comercializadores no productores, a pesar de la solicitud de participación de las cooperativas de artesanos, que han hecho vida en la región por décadas. De ese síndrome descalificador hablamos.

Un falso prurito o prejuicio de muchos,  considera inadecuado hablar o escribir sobre alcoholes etílicos, sobre todo del cocuy. . Algunos incluso lo subrayan, con vergüenza cultural, como licor de canapiales. Sin embargo nada dicen sobre los licores como  el  whisky, el  brandy o la ginebra, licores “socialmente aceptables” (¡!).

Los productores artesanales de cocuy realizan ferias para
demostrar las bondades de esta bebida alcohólica ancestral
Pero nosotros, que somos ancestralmente una nación que festeja la vida, como  casi todo el Caribe y Latinoamérica,   a veces  repudiamos nuestra más tradicional, originaria y autóctona bebida nacional. No caemos en el falso dilema de que fomentamos el abuso del alcohol.  Solamente defendemos una tradición y una Cultura y una bebida asociada a ellas. Como el tequila y el mezcal en México. La  cachaça y  la caipirinha, declarada el 2003  por el gobierno carioca  como bebida típica del Brasil. O como el pisco de Perú y el singani,  la bebida nacional de  Bolivia. Nosotros brindamos por que se haga realidad la propuesta del fallecido productor caroreño Dr. Hermes Chávez de declarar al cocuy, brindis nacional de Venezuela.

 Siete años aproximadamente constituyen el ciclo vegetativo del agave cocui. Desde que el hijuelo se arraiga en la tierra al desprenderse del maguey,  o es trasplantado desde un vivero,  hasta   su  maduración, y entrega de  las piñas o cabezas aptas para el horneado en  tierra  y para la posterior  fermentación y destilación del  cocuy.  Es decir, las dilaciones impuestas por  los adversarios de la producción artesanal de cocuy, han cubierto el ciclo vegetativo de una generación de agaves. ¿Cuánto tiempo más opondrán sus oscuros intereses a la economía endógena y comunitaria del agave cocuy?  ¿Quién o quiénes en el Poder Ejecutivo podrán asistir y apoyar a los productores artesanales en el ineludible cumplimiento de las leyes bolivarianas?