Aun cuando se hable poco en los media, el bloqueo en este territorio histórico ha sido permanente desde hace 3 semanas en lo que es sin duda el mayor movimiento popular jamás visto en la historia de la Guayana francesa. El 13 de abril, el colectivo “Para que la Guaya despeque” ha decidido que algunos bloqueos (no el que afecta al Centro Espacial) se abran a fin de que las divergencias entre quienes apoyan y quienes están en contra del mismo no se agrave.
Guayana, una colonia francesa
Desde
su colonización en el siglo XVII, la estructura económica colonial de la
Guayana francesa no ha cambiado. Se caracteriza todavía hoy por el
acaparamiento de las riquezas del territorio y un monopolio comercial. El
recurso guayanés más explotado por Francia es el Centro Espacial Guayanés (CSG),
construido en estas tierras por su posición geográfica, la ausencia de riesgos
sísmicos o volcánicos y la estabilidad política de la colonia. Para el año
2017, el CNES (grupo estatal que explota el CSG) ha anunciado una cartera de
pedidos de 5 300 millones de euros, lo que representa nada menos que el
140 % del PIB guayanés.
En cuanto al comercio, el monopolio francés lo
gestionan los bekés martiniqueses (descendientes de los colonos y grandes
terratenientes). Así, el comercio regional con Brasil, Surinam o América Latina
en general es inexistente. Todo se importa mediante contenedores directamente
salidos de los puertos franceses y todo transita por los grupos de distribución
de los bekés.
Français |
2. Un subdesarrollo endógeno
Como
en todas las colonias, la dominación económica de la metrópolis viene
acompañada de un subdesarrollo endógeno. Este subdesarrollo se constata en las
estadísticas económicas, demográficas, sanitarias y educativas. Así, en este
país de 250 000 habitantes, la población se duplica cada 20 años desde la
década de 1950. Este crecimiento demográfico es fruto de una elevada tasa de
natalidad, acompañado de un balance migratorio ampliamente positivo. La
atracción migratoria tiene que ver, sobre todo, con la condición particular de
este país sudamericano que pertenece a la Unión Europea.
Para
acompañar el desarrollo demográfico, las inversiones de Francia han de ser
masivas, pero no lo son. Así, la tasa de paro supera el 20 %; más del
40 % de la población activa carece de empleo; la tasa de pobreza es
superior al 60 % (aplicando los límites de referencia franceses). En
cuanto a las estadísticas de educación, la cosa no mejora, ya que más de 2 000
niños y niñas de 6 a 16 años no están escolarizadas por falta de plazas en las
escuelas; hoy por hoy haría falta construir 500 aulas de primaria, 10 colegios
y 5 institutos para absorber los retrasos estructurales.
Desde
el punto de vista sanitario, la situación es catastrófica: la esperanza de vida
al nacer tres años menos que en Francia. Un estudio de la Agencia Regional de
Salud revela que, debido a problemas estructurales, entre 2005 y 2007 el
58 % de las defunciones en la Guayana francesa se habrían evitado en
Francia. El número de camas por habitante es casi dos veces inferior al de
Francia, y muchísimas especialidades médicas no se encuentran en el territorio,
obligando a los guayaneses a viajar a Francia o a las Antillas para que les
atiendan; finalmente, no existe ninguna estructura hospitalaria académica del
tipo de los hospitales clínicos universitarios, lo que no permite transmitir
conocimientos médicos necesarios y hace que el territorio dependa totalmente de
prestaciones externas.
En el
plano de la seguridad, la Guayana francesa es el territorio más violento de los
territorios administrados por Francia: la tasa de homicidios por habitante es
allí la más alta (42 homicidios en 2016). Sin embargo, también es el territorio
que alberga la mayor proporción de soldados franceses del mundo, un soldado por
117 habitantes. A los militares hay que añadir los 950 policías y gendarmes
repartidos en todo el territorio. Esto hace que Guayana sea el territorio
francés más militarizado.
3. La problemática de la propiedad del suelo y de los pueblos autóctonos
En
Guayana encontramos otras problemáticas específicas de la cuestión colonial,
como el problema de la propiedad del suelo o la cuestión de los pueblos
autóctonos. Más del 90 % del territorio pertenece al Estado francés, lo
que crea enormes dificultades para el desarrollo económico o estructural. Por
ejemplo, para construir un instituto de enseñanza hay que tramitar
indefectiblemente la retrocesión del terreno del Estado a las colectividades
locales. Además, el Centro Espacial, que ocupa una superficie tan grande como
la de la isla Reunión, no ha pagado jamás ni un céntimo de impuestos
municipales. A su vez, los pueblos autóctonos chocan, por razones
constitucionales, con la negativa categórica de Francia a reconocer el derecho
a la propiedad colectiva y a devolverles sus territorios, que ocupan desde hace
siglos. A esto hay que añadir las inquietantes y masivas oleadas de suicidios
entre los jóvenes amerindios. Estas problemáticas ponen de manifiesto la total
incompatibilidad de la Guayana francesa como departamento de ultramar.
Análisis de la movilización actual
Aún
es pronto para hacer un análisis preciso y totalmente pertinente de la
situación de este movimiento, en particular debido a las numerosísimas
relaciones de fuerzas que se enfrentan en él. De todos modos, trataremos de
explicar el desarrollo del movimiento presentando a sus principales actores.
1. Pacto de futuro
Con
motivo de su visita en 2013, el presidente francés, François Hollande, se
comprometió a establecer un “pacto de futuro” para Guayana. Este pacto tenía
por objeto reducir los atrasos estructurales a lo largo de 10 años, sobre todo
mediante una inversión pública de 600 millones de euros. Sin embargo, a raíz de
las negociaciones de diciembre de 2016, el presidente de la Colectividad
Territorial de Guayana (CTG), Rodolphe Alexandre, se negó a firmarlo.
Presionado por la patronal local, el presidente de la CTG solicitó una
ampliación financiera de hasta 2 000 millones y la retrocesión de 200 000
hectáreas de tierras.
2. Rodolphe Alexandre, asociado con los socioprofesionales y la patronal Medef
La
visita de Ségolène Royale, el 15 de marzo, fue el punto de arranque de la
movilización. La ministra fue recibida por una manifestación de
“socioprofesionales” (patronos transportistas, entre otros), de la CGPME
(pequeñas y medianas empresas) y de la gran patronal Medef. Montaron una
barrera de camiones ante la entrada de la Colectividad Territorial de Guayana,
así como delante del puerto comercial en que debían llegar unos camiones
hormigonera para la construcción de la plataforma de lanzamiento del cohete
Ariane 6, en contra de los intereses de los transportistas locales. En una
escenificación patética, Royale logró desbloquear la situación llamando a su ex
marido y presidente, François Hollande. En dos minutos todo quedó resuelto: el
gobierno se comprometió a desembolsar de inmediato 150 millones de euros para
equilibrar el presupuesto de la CTG y devolver 200 000 hectáreas de terrenos
públicos.
3. El desborde de los “500 hermanos”
Todo
podría o debería haber concluido de este modo, a no ser por una china que se
metió en el zapato, una china que se denomina “los 500 hermanos contra la
delincuencia”. Este colectivo había salido a la palestra una semana antes en
respuesta a un homicidio cometido en un barrio de Cayena. Se caracteriza por
organizar acciones sorpresivas y sus componentes van vestidos de negro y llevan
la cara tapada con pasamontañas. Aunque resulte sumamente difícil, incluso hoy,
decir quién compone este colectivo, lo cierto es que sus reivindicaciones son
reaccionarias y en parte xenófobas. En efecto, algunas de sus reivindicaciones
reclaman más policía, el desalojo de viviendas okupadas y la expulsión de migrantes responsables de actos
violentos. Sin embargo, desde que se formó el colectivo, ha puesto en tela de
juicio la función del Estado francés, incapaz de restablecer el orden. Se trata
por tanto de una retórica nacionalista y reaccionaria.
Así
pues, este colectivo se invitó a la fiesta. Al tiempo que bloqueaban el acceso
a los consulados de Surinam y Haití para exigir la expulsión inmediata de los
ciudadanos de estos países encarcelados en Guayana, penetraron en el edificio
de la CTG en plena reunión internacional, a la que asistían los representantes
de 25 Estados caribeños, de EE UU y de Francia, entre ellos Ségolène Royal.
Reclamaron a la ministra que tenga en cuenta sus reivindicaciones en materia de
seguridad y se retiraron. Esa misma tarde, Royale dio por terminada su visita a
Guayana y volvió a París. Paralelamente, los agricultores se sumaron a la
batalla ocupando la sede de la Dirección de Agricultura y Silvicultura en
Cayena. ¿Fue un acto oportunista para aprovechar el efecto sorpresa del
desborde de los “500 hermanos”, por solidaridad con las reivindicaciones
reaccionarias de estos o a la espera de la firma oficial del Pacto de futuro?
La patronal mantuvo los bloqueos.
Señalemos
finalmente que en la confrontación con la realidad sobre el terreno, los
portavoces del colectivo de los “500 hermanos” tuvieron que cambiar su discurso
y sus acciones. Cuando se montaron los bloqueos, hicieron de mediadores con
jóvenes de los barrios populares, que se dedicaban a levantar bloqueos
“salvajes”, con el fin de evitar enfrentamientos con las fuerzas del orden.
Incluso lograron que una parte de estos jóvenes convergiera en los principales
piquetes. Además, en la manifestación del 28 de marzo y las negociaciones del
día 30, asumieron las funciones de un servicio de orden, interponiéndose entre
los manifestantes y las fuerzas represivas. Son probablemente estas acciones y
el hecho de que hasta ahora no nunca han hecho uso de la violencia, lo que
explica su gran popularidad.
4. La entrada en lucha de los trabajadores
Aprovechando
este clima de desafío, ciertos sectores de trabajadores se apuntaron a la
movilización. Así, el 20 de marzo, los empleados de la compañía eléctrica EDF
(que están en conflicto con su dirección local), de ENDEL (que reclaman la
reapertura de negociaciones salariales) y del Centro Médico-quirúrgico de
Kourou (que luchan contra la venta del hospital a manos privadas) decidieron
bloquear el lanzamiento del cohete Ariane previsto para el día siguiente. Se
levantó una barricada delante del Centro Espacial, la población y algunos
diputados se sumaron rápidamente a la acción. Los trabajadores de ENDEL, los
únicos competentes para transportar el cohete sobre su plataforma, lograron,
con una huelga en que participó el 80 % de la plantilla, que se aplazara y
finalmente se suspendiera el lanzamiento. De paso se reabrieron las
negociaciones y obtuvieron un aumento salarial. A partir del 21 de marzo, fecha
inicialmente prevista para el lanzamiento, la ciudad de Kourou quedó totalmente
bloqueada, sin que nadie pudiera entrar ni salir.
5. Disturbios generalizados: ¡Guayana bloqueada!
A
partir de los días 21 y 22 de marzo, los “500 hermanos” convergerán sobre
Kourou. En la reunión extraordinaria del consejo de administración de la
central sindical UTG (Unión de Trabajadores Guayaneses) del 22 de marzo por la
tarde se decidió apoyar el movimiento, con una primera jornada de movilización
prevista para el 24 de marzo. La UTG de la enseñanza optó por convocar la
huelga a partir del 27 de marzo. Sin embargo, durante la noche todo se aceleró:
la coordinadora de Kourou, a la que se habían sumado los “500 hermanos” y los
socioprofesionales, decidió bloquear el país. El día 23 por la mañana, todas
las carreteras principales quedaron totalmente bloqueadas. Asimismo, se
levantaron barreras delante de la sede gubernativa y en la carretera que lleva
al aeropuerto. Rápidamente, el rectorado anunció el cierre de todos los centros
escolares por motivos de seguridad y a partir del día siguiente, los
estudiantes y profesores sindicalistas erigieron también una barricada delante
del rectorado.
Centro Espacial de Korou, en la Guayana francesa |
6. El papel de Radio Pèyi como vector de la movilización
Desde
que se formaron las barricadas, Radio Pèyi (del grupo RTL) se convirtió en
portavoz de la movilización. Interrumpió todos sus programas y difundió
noticias sobre el movimiento social durante las 24 horas del día. Sus
corresponsales acudieron a todas las barricadass, desde donde relataron en
directo la evolución de la situación. Todos los oyentes que quisieron pudieron
tomar la palabra en cualquier momento. La emisora invitó a hablar a
personalidades políticas, sobre todo independentistas, a veces durante varias
horas sin parar. Radio Pèyi se convirtió en “Radio Barricada” y permitió a toda
la población participar del movimiento. Además, miles de personas anónimas
acudían a las barricadas para pasar el día, la tarde, incluso la noche. A
partir del 24 de marzo, las barreras de Suzini y de la Crique Fouillé reunirían
cada tarde a unas 4 000 personas cada una.
7. La marcha de los representantes electos
El 24
de marzo, la totalidad de los representantes electos guayaneses se reunieron
para marchar juntos, tras la bandera guayanesa, desde el centro de Kourou hasta
el acceso al Centro Espacial. En los territorios ultramarinos suelen atribuir a
los representantes electos la función de mediadores entre el Estado francés y
la población. Esta es, por cierto, la función que asumieron enteramente los
parlamentarios (dos diputados y dos senadores) que intentaron, en vano, que se
entablaran negociaciones entre el colectivo Pou Lagwiyann Dékolé (Por una
Guayana que Despega) y la delegación interministerial. La marcha de los
representantes electos con la faja tricolor y llevando la bandera guayanesa a
modo de pancarta fue un momento simbólico extremadamente fuerte. En efecto,
esta bandera no ondea en la fachada de casi ningún ayuntamiento, como tampoco
la de la CTG. Además, no olvidemos que este movimiento nació, muy a su pesar, gracias
al presidente regional, quien movilizó sus apoyos políticos para tratar de
salir por la puerta grande reclamando que se renegociara un Pacto de Futuro
mejorado.
8. La entrada en liza de la UTG y la huelga general
El 25
de marzo, en la reunión del Consejo Nacional de la UTG, 37 sindicatos presentes
votaron por convocar la huelga general ilimitada a partir del día 27. La
movilización emprende así una nueva etapa, pese a que los bloqueos económicos
no iban a ser necesariamente mayores que los que ya existían (prácticamente
toda la economía estaba paralizada desde el 24 de marzo). La correlación de
fuerzas interna en el movimiento cambió de signo y las reivindicaciones
sociales pasaron a un primer plano en detrimento de las demandas de seguridad.
No obstante, la central sindical histórica de Guayana sufre una crisis interna
desde hacía varios años y hoy por hoy es difícil saber qué posibilidades reales
tiene de bloquear la economía.
9. La constitución de Pou Lagwiyann Dékolé y la agregación de reivindicaciones populares
A
partir del 22 y 23 de marzo, el reto era unir todos los descontentos en una
plataforma reivindicativa común. El 23 comenzó una intensa labor de negociación
con una primera reunión de coordinación. De este modo se juntaron 19
colectivos, la central sindical y organizaciones profesionales en el comité Pou
Lagwiyann Dékolé. Acordaron siete temas reivindicativos: educación, salud,
inseguridad, propiedad de la tierra, energía, economía y pueblos autóctonos. En
cuatro días se elaboró un primer cuaderno de reivindicaciones, previa consulta
a todas las partes implicadas. Paralelamente surgieron numerosas
reivindicaciones populares y se formaron otros colectivos, que se sumaron al
comité. El 28 de marzo ya eran 39 los colectivos, sindicatos y organizaciones
profesionales las que formaban el Pou Lagwiyann Dékolé. El descontento popular
es tal que resulta difícil cerrar el cuaderno de agravios antes de la llegada
de los ministros, el 29 de marzo.
10. La delegación interministerial y la negativa a negociar
La
reacción del Estado francés estuvo en consonancia con la experiencia colonial
de Francia. El 25 de marzo llegó a Guayana una delegación interministerial
compuesta de altos cargos (prefecto, general…) que habían ejercido en el
territorio. En una reunión celebrada la noche del 24 al 25, Pou Lagwiyann
Dékolé formuló una posición común: no habrá ningún encuentro con esta
delegación al margen del comité, y además, dado que la delegación no incluye a
ningún ministro, el comité no se reunirá con ella. Esta posición radical logró
sobrevivir a la intensa labor de sabotaje que desarrolló la delegación
interministerial.
Nadie,
salvo un sindicato agrario, se reunirá oficialmente con la delegación. Los
ministros, a su vez, lanzarán una campaña de desinformación y desprecio hacia
el movimiento, y en un primer momento descartaron toda negociación en Guayana y
exigieron el desmantelamiento de las barricadas. Los medios de comunicación
franceses califican el movimiento de violento para desolidarizar a la
población. Sin embargo, desde el comienzo de la movilización reina una calma
increíble en su entorno; únicamente cabe reseñar el ataque con gases
lacrimógenos contra los representantes electos junto a la barricada del CSG, al
comienzo de la movilización, y deplorar la quema de varios contenedores de
basura en la primera noche del bloqueo.
11. La marcha del 28 de marzo y la unidad de un país
La
gran marcha organizada el 28 de marzo sirvió para probar el grado de apoyo del
movimiento. La movilización popular fue excepcional, según reconoció la
prefectura, que la calificó de “las manifestaciones más grandes que se han
realizado jamás en el territorio”. Más de 20 000 personas se congregaron en
Cayena y 5 000 en Saint-Laurent-du-Maroni; el aspecto más destacado de esta
movilización fue la presencia de todas las comunidades culturales de Guayana,
que se manifestaron codo a codo por primera vez. Detrás de los amerindios que
marchaban en cabeza, cientos de banderas guayanesas acompañadas de otras
brasileñas, haitianas, dominicanas…
Un
presentador de Radio Péyi afirmó con razón que ese 28 de marzo “ha nacido una
nación”. Esta movilización acabó de un solo golpe con todos los terribles
prejuicios que tenía cada uno con respecto a los demás. Incluso los “500
hermanos” han tenido que moderar su discurso, anunciando ahora que “todos somos
guayaneses: brasileños, haitianos, surinameses, guyaneses…” /1. La otra
característica distintiva de esta movilización es la increíble determinación
que la animaba. No hubo un instante sin que sonaran consignas como “Nou gon ke sa” (ya no podemos más), “Lagwiyann lévé” (Guayana levántate) y
delante de la prefectura hubo discursos durante horas.
12. La llegada de los ministros y los intentos de dividir al movimiento
Concluida
la manifestación, el primer ministro francés, Bernard Cazeneuve, anunció el
envío de los ministros de Ultramar y del Interior a Guayana para el día
siguiente, el 29 de marzo. La increíble movilización popular obligó al gobierno
a actuar con celeridad para tratar de salvar la situación. El envío de los
ministros vino acompañado de promesas de inversión de hasta 4 000 millones de
euros en menos de diez años. Al comenzar las negociaciones, el 30 de marzo, las
presiones del comité fueron intensas. Así, gracias a la movilización de la población
delante de la prefectura, Pou Lagwiyann Dékolé logró que los medios de
comunicación pudieran asistir a la primera media hora de conversaciones. Poco
después, la ministra de Ultramar, que se mostró particularmente despectiva
hacia los guayaneses desde que arrancó el movimiento, salió al balcón de la
prefectura para pedir disculpas públicamente a la población congregada delante
del edificio.
Las
próximas 48 horas serán decisivas para el movimiento. Los socioprofesionales y
la patronal, que muy a su pesar se hallan participando en un movimiento que los
ha desbordado totalmente, tratarán de retirarselo antes posible. De hecho, ya
han anunciado que si se cumplían sus demandas desmantelarían las barricadas.
El
colectivo ha logrado colocar fuera del tablero de juego a los representantes
políticos electos. Así, a raíz de un encuentro entre Pou Lagwiyann Dékolé y los
representantes electos, se ha decidido que estos últimos no firmarán ningún
pacto con el Estado que no lo haya firmado el colectivo. Además, se ha hecho
constar que participarán en las negociaciones como expertos y no como
negociadores. Finalmente, el colectivo acaba de anunciar que cualquier acuerdo
con el gobierno deberá ser aprobado por la población antes de firmarlo. El
movimiento pasa por tanto a una segunda fase, caracterizada por la
autoorganización y una desconfianza real con respecto a los representantes
electos.
Perspectivas del movimiento
Para
un militante revolucionario, la principal preocupación debe ser la de mantener
en vida el movimiento más allá de la salida de los ministros. En efecto, si el
movimiento sobrevive a la visita de estos, entonces se plantearán otras
cuestiones. Puesto que el Estado francés se halla actualmente en un periodo
electoral, el fracaso de las negociaciones implicaría que habrá de ser el
próximo gobierno el que tenga que resolver la cuestión guayanesa. Ahora bien,
esta ausencia de interlocutor abrirá “el abanico de posibilidades” y colocará
la cuestión del estatuto de Guayana en el centro de la problemática.
Con
esta perspectiva habrá que desarrollar tres aspectos:
1. Reforzar la autoorganización de las barricadas y de los piquetes de huelga. En efecto, es preciso que las barreras dejen de depender de los camiones de los transportistas que bloquean la circulación. Hay que crear comités de organización de las barreras en todas partes y pensar en soluciones alternativas (bloqueo de la circulación con vehículos, por ejemplo).
2. Organizar un control democrático de la huelga. Las negociaciones deben estar sujetas al control popular. Es preciso organizar asambleas generales en torno a cada piquete, que decidan sobre la reconducción del movimiento. Para facilitar esta tarea, cada empresa en lucha podría asumir una barrera para organizar esta vida democrática. Radio Pèyi podría servir de coordinadora gracias a sus medios técnicos, con el fin de que todas las decisiones que se adopten puedan converger.
3. Poner de manifiesto la realidad de la lucha de clases y neutralizar a la patronal. Es prácticamente imposible para los empresarios continuar con esta movilización y debemos prepararnos ya para su retirada. En este aspecto también podemos pensar en acciones como, por ejemplo, el bloqueo de las empresas que traten de abandonar la movilización. Este intento de retirada de la patronal también debe ser la ocasión para poner de manifiesto la realidad de la lucha de clases y del choque entre sus respectivos intereses.
En
suma, hemos de reflexionar sobre los medios que vamos a utilizar para imponer
la reivindicación estatutaria como elemento indispensable de este movimiento.
¿Hay que insistir en las reivindicaciones incompatibles con el estatuto de
Departamento de Ultramar (DOM), como la cuestión de la propiedad de la tierra y
la de los pueblos autóctonos, o priorizar los problemas más políticos de
gobernanza de las instituciones o de democracia local? Esto es objeto de debate
entre los militantes revolucionarios implicados en el movimiento.
Título original: “El mayor
movimiento popular jamás visto en Guayana”
Adrien
Guilleau es militante del Movimiento por la Descolonización y la Emancipación
Social (MDES), miembro de la UTG y del Nuevo Partido Anticapitalista de
Francia.
Nota
1/
Guyaneses: habitantes u originarios de la República Cooperativa de Guyana.
Traducción:
viento sur
http://www.inprecor.fr/ |
http://www.vientosur.info/ |