Las
teorías de la dependencia afrontaron numerosas críticas de teóricos marxistas,
que contrapusieron esa concepción con el pensamiento socialista. El autor
inglés que inauguró esas objeciones en los años 70 señaló que el capitalismo
tendía a eliminar el subdesarrollo, mediante la industrialización de la
periferia. Destacó que el dependentismo ignoraba ese proceso motorizado por el
capital extranjero (Warren, 1980: 111-116, 139-143, 247-249).
En la
década del 80 otro pensador británico estimó que el despegue del Sudeste
Asiático refutaba la principal caracterización de la teoría de la dependencia
(Harris, 1987: 31-69). Posteriormente varios intelectuales latinoamericanos
expusieron ideas semejantes. Algunos revisaron sus escritos anteriores, para
realzar la expansión de la periferia bajo el timón de las empresas
transnacionales (Cardoso, 2012: 31). Otros sustituyeron viejos cuestionamientos
a la insuficiencia marxista de la teoría de la dependencia, por nuevas críticas
a la ceguera frente el ímpetu del capitalismo (Castañeda, Morales: 33; Sebreli,
1992: 320-321). Todos
adscribieron al neoliberalismo y se distanciaron de la izquierda. Pero sus
ideas influyeron en la nueva generación antidependentista.