Foto: Gregory Mankiw |
Era un día como cualquier otro en la Universidad de Harvard,
pero no para el profesor Gregory Mankiw, ex asesor del presidente George W.
Bush y autor de un reconocido manual de macroeconomía usado dentro y fuera de
los Estados Unidos. Sus estudiantes de la clase de Introducción a la Economía
se levantaron de sus asientos y abandonaron el aula, en un hecho sin
precedentes para la Universidad de Harvard, casa de estudios de la élite
económica, social y política de nuestro vecino del norte.
Así, el 2 de noviembre de 2011, los estudiantes protestaron
contra el contenido y enfoque desde el cual se imparte la enseñanza económica,
acusando a la institución de no proveerles un espectro más amplio de aproximaciones
económicas alternativas al modelo neoliberal y al mismo tiempo para apoyar al
movimiento Ocupa Wall Street. El movimiento parecerá nuevo, pero en realidad se
suma a movimientos que iniciaron el año 2000 estudiantes franceses, a los que
se adhirieron sus similares en Cambridge, Inglaterra. Los aprendices galos
exigían una comprensión profunda de los fenómenos económicos, a los cuales el
ciudadano ordinario se ve expuesto. Imposible en verdad ignorar estas
exigencias, ¿se imagina por qué?
Según reportan los escasos medios de comunicación que
le dieron cobertura a esta protesta, el movimiento de los estudiantes de
Harvard a favor de una economía crítica, se ha ampliado y ha incorporado otras
demandas para hacer de Harvard una “universidad socialmente responsable”. Una
de éstas consiste en la negociación de contratos de trabajo más dignos
para el personal de servicios de la universidad que sufre las políticas de
flexibilización laboral que tanto daño le han ocasionado a la clase trabajadora
norteamericana. Movimientos similares han comenzado a surgir
en la Universidad de Duke (Carolina del Norte) y
en la Universidad de Berkeley (California).
El movimiento iniciado en Harvard por un cambio en el
enfoque dominante de la enseñanza de la economía no es nuevo. Más bien es un
movimiento que viene a sumarse a la iniciativa por un cambio en la
enseñanza de esta disciplina que iniciaron en mayo de 2000 los y
las estudiantes de las universidades francesas y que meses
después recibió el apoyo de estudiantes de Cambridge, Inglaterra. En
ese entonces, también el movimiento estudiantil francés hizo pública una carta
declarándose globalmente descontento por la enseñanza recibida, que les impedía
lograr una comprensión profunda de los fenómenos económicos a los cuales las
personas se enfrentan en el mundo real. Un pasaje de esta carta señalaba
que “la mayor parte de nosotros ha escogido la formación económica con el
fin de adquirir una comprensión profunda de los fenómenos económicos a los
cuales el ciudadano de hoy en día se encuentra confrontado. Ahora bien, la
enseñanza tal como es expuesta –es decir en la mayor parte de los casos la
teoría neoclásica o enfoques derivados –, generalmente no responde a esta
expectativa”. La carta finalizaba con un exhortación al profesorado francés
similar al mensaje enviado al profesor Mankiw: ¡Despiértense antes de
que sea demasiado tarde!