La vitola de habanos Petit Upmann, era la favorita del presidente de los EE UU, John Kennedy |
“¿Cómo te fue?” [preguntó
Kennedy].
“Me fue muy bien”, le
dijo. “Conseguí 1,200”.
“¡Faaantástico!”
[dijo Kennedy] y abrió la gaveta de su escritorio, sacó el documento que
prohibía la venta de todos los artículos cubanos en Estados Unidos y lo firmó.
Según los cálculos de Kennedy, con tres tabacos de pequeño
formato al día, serían suficientes para llegar al año y que el embargo hubiera
cumplido con su cometido de asfixiar a la naciente revolución. O sea, que
pensaba que los efectos del embargo no pasarían de un año, y van más de
cincuenta.
Se estima que el bloqueo comercial estadounidense ha causado
pérdidas a la industria cubana del tabaco estimadas en 79 millones de dólares
al no poder comercializarse ese producto en EE.UU. La cifra es un estimado
comercial a partir de la última venta a esa nación en 1962.