“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

20/4/12

La guerra de Afganistán / Un intento de definición

Salvador López Arnal

Especial para La Página
La guerra de Afganistán es una irresponsable y criminal aventura de exterminio imperial con enormes probabilidades de fracaso, probablemente un segundo o tercer Vietnam, iniciada con un catálogo inabarcable de mentiras, pseudoargumentos y falsas informaciones y con la finalidad real de extender el poder geopolítico del Imperio y su dominio energético, guerra de exterminio en la que se han generado prácticas como las siguientes [1]:
1. Enero de 2012: varios soldados usamericanos orinan sobre el cadáver de un ciudadano afgano.
2. Febrero 2012: Miles de ciudadanos afganos protestan enfurecidos por la quema de varios ejemplares del Corán en la base otánica de Bagram.
3. Marzo 2012: El sargento Robert Bales, abandona su base de Kandahar de madrugada, camina hcia dos pueblos cercanos a la base y asesina a 17 ciudadanos civiles, varios niños entre ellos.
4. Abril de 2012: aparecen nuevas fotos (publicadas inicialmente en Los Angeles Times [2]) en la que soldados de Estados Unidos –pertenecientes a la 82ª División Aerotransportada del Ejército americano- posan junto a los cadáveres de sus enemigos. Dos de las 18 fotos tomadas en Zabul, en 2010: 1. En una de ellas, dos militares norteamericanos alzan los pies del cadáver de un supuesto insurgente que había muerto tras la explosión de la bomba de la que era portador. 2. En la segunda, un soldado norteamericano sujeta la mano del cadáver de un afgano con los ojos abiertos y la sitúa en el hombro de otro militar sonriente.

Las declaraciones de las autoridades norteamericanas no se han hecho esperar: condena inmediata. No cuestan nada, son gratis en el mercado publicitario del lenguaje.

Las palabras de Leon Panetta, el secretario de Defensa USA: “no representan el profesionalismo de la gran mayoría de las tropas de EEUU que sirven en Afganistán” (¿Y qué querrá significar “profesionalismo” de las tropas de EEUU?).

El embajador norteamericano en Kabul, Ryan Crocker, ha señalado por su parte que el comportamiento de los soldados era inconsistente con los valores de la misión (esa, “misión”, ha sido la palabra elegida). ¿Inconsistente con los valores de esta guerra de exterminio? ¿Dónde se ubica la inconsistencia de esta infamia? ¿Acaso no es biyectable con el proyecto de exterminio que le da cobijo?

A estas alturas de esta criminal guerra, ¿alguien puede creer alguna palabra, sea la que fuere, de Leon Panetta o Ryan Crocker? ¿A alguien le importa lo que puedan decir uno y otro? En la opinión pública norteamericana, por no hablar de la opinión de la ciudadanía de muchos otros países, la cara ocultada de esta interesada, falsaria y criminal guerra tiene ya un rostro bien visible lleno de atrocidades, otra cara más de la barbarie dirigida por un Imperio en decadencia.

Notas

[1] Antonio Caño, “Soldados de EEUU posan junto a cadáveres…”. El País, 19 de abril de 2012, p. 6.
[2] El periódico norteamericano ha publicado las fotos en contra de la opinión del Pentágono. Su publicación, señalaron fuentes pentagonales, podía poner en peligro la vida de otros soldados. El argumento trillado de siempre, gastado hasta en su inexistente declinación.