Especial para La Página |
La participación activa del expresidente Álvaro
Uribe en la campaña del candidato de la oposición, es un hecho inédito en los
anales de la relaciones colombo-venezolanas. Esta debe ser interpretada como parte de la
política injerencista del imperio estadounidense, quien al visualizar un
triunfo seguro del Presidente Chávez el 7-O, ha reactivado la estrategia de
impulsar la desestabilización de las relaciones con Colombia, echando mano de
uno de sus más redomados cipayos, para presionar y entorpecer, las buenas
relaciones que adelantan los gobiernos de ambos países.
Recientemente, Uribe inició una actividad
proselitista relevante a favor de Capriles Radonsky en la franja fronteriza, en
la cual se concentra una población binacional con derecho a votar en las
elecciones venezolanas. Esta postura insolente y provocadora del siniestro
líder de la parapolitica colombiana, ha estado precedida por continuos
encuentros del gobernador de Miranda y su equipo de asesores, con la pléyade de
golpistas encabezados por Carmona, los
gestores del paro petrolero del 2002 y el propio expresidente.
Simultáneamente,
Antonio Ledesma viajó a Israel a reunirse con Netanyahu, y contando pollos
antes de nacer, le ofreció restablecer las relaciones diplomáticas que el
gobierno bolivariano rompió con ese país, en protesta por el genocidio sionista
al pueblo palestino en la sangrienta operación “plomo fundido” ejecutada en la
Franja de Gaza. La pregunta es, a cambio de qué éste emisario “plenipotenciario”
de Capriles Radonsky fue a subastar la dignidad del pueblo venezolano.
En el escenario internacional, toda
manifestación de los actores tiene una intencionalidad implícita. Estos
movimientos de la MUD en el tablero preelectoral, anuncian que un hipotético gobierno
de la oposición encabezado por Capriles Radonsky, nacería subordinado a la
política exterior de EEUU y sus aliados, asumiendo como paradigma de
“seguridad” el modelo genocida narcoparamilitar que lideró Álvaro Uribe en el
hermano país. Por ahora, pareciera que el principal vocero internacional del
candidato opositor es Álvaro Uribe y ello ofende nuestro gentilicio.