Hoy, el país escandinavo evalúa la posibilidad de volver a
ser pionero, aunque en esta ocasión eliminando por completo monedas, billetes y
toda expresión física del dinero para sustituirlos por tarjetas de crédito,
abonos a través del teléfono móvil y pasarelas de pago vía Internet. Desde hace varios años, algunas ciudades suecas han dejado
de aceptar el dinero en efectivo. De hecho, las monedas y los billetes ya solo
representan el 3% del dinero en circulación, en contraste con el 9% de promedio
de la eurozona y el 7% de Estados Unidos.
Lucha contra la
delincuencia
Una de las principales causas de la extinción del dinero
sueco está en la lucha contra el crimen. Un incremento en los robos a mano
armada llevó a las entidades financieras a iniciar una progresiva disminución
del uso de efectivo en operaciones bancarias. La iniciativa se tradujo en una
drástica reducción de los asaltos, que han pasado de 110 a solo 16 en tres
años.
"Si podemos reducir la cantidad de dinero que circula
en los bancos y las compañías también se reducirán los robos", ha
explicado Marie Look, portavoz del sindicato de trabajadores bancarios, a la
página web de la BBC británica. "Cuando abandonemos totalmente el dinero,
no habrá más robos. ¿Qué sentido tiene robar un banco si no hay nada que
llevarse?", concluye.
El bus y la limosna,
con tarjeta
La delincuencia fue precisamente la causa que obligó al
ayuntamiento de Estocolmo a eliminar el pago en efectivo de los autobuses
públicos, después de que varios conductores fuesen asaltados para quitarles por
la fuerza la recaudación. Ahora se paga con tarjetas de prepago o con el
teléfono móvil.
Los nuevos medios de pago han llegado incluso a algunas
iglesias como la de Carl Gustaf en Karlshamn, al sur del país. Gustaf decidió
adaptar las costumbres religiosas a la última tecnología y se convirtió en el
primer párroco del país en instalar un lector de tarjetas para facilitar a los
feligreses la donación de sus generosas limosnas.