“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

1/5/12

Las elecciones presidenciales en Francia y la emergencia del Frente de Izquierda

La nueva América Latina como principal fuente de inspiración

Salim Lamrani

Especial para La Página
El Frente de Izquierda ha sido la revelación política de la primera vuelta de la elección presidencial en Francia. Su candidato Jean-Luc Mélenchon reivindica abiertamente inspirarse de la nueva América Latina para establecer su programa.

Este año 2012, el 1 de mayo –manifestación internacional de los trabajadores por la emancipación humana y el progreso social desde 1890– reviste un interés  peculiar a través de toda Europa, golpeada por la crisis económica sistémica y las medidas de austeridad y de regresión social sin precedente.


Es particularmente el caso en Francia, donde la celebración tiene lugar entre las dos vueltas de la elección presidencial que opondrá al candidato conservador de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), y actual presidente, favorable al mantenimiento de las políticas de austeridad en Europa, al líder del Partido Socialista (PS) François Hollande, partidario de una política más social, sin rechazar no obstante el modelo neoliberal.

La primera vuelta de la elección presidencial ha constituido una doble derrota para el presidente saliente Nicolás Sarkozy. En efecto, por primera vez en la historia de la V República (desde 1958), el presidente candidato (27,18%) vio adelantarse a su adversario socialista (28,63%). Además, la adopción de un discurso que estigmatizaba la inmigración y que invocaba la defensa de la identidad nacional –temas habitualmente reservados a la extrema derecha– con la esperanza de atraer como en 2007 a los electores de ese sector, no tuvo los resultados esperados. No obstante, Sarkozy no había escatimado medios y había nombrado como asesor especial de campaña a Patrick Buisson, tránsfuga de la extrema derecha, rompiendo así con la tradición gaullista y «chiraquista» de la derecha clásica. En efecto, un 17,9% de los electores han preferido votar por Marine Le Pen, candidata del partido extremista Frente Nacional (FN), que llegó en el tercer puesto[1], aunque con un resultado inferior al de 2002, cuando la extrema derecha alcanzó el 19,2%[2]. Así, la UMP perdió 1,7 millones de votos con respecto a la última elección presidencial de 2007, de los cuales un 70% fue para el FN[3].

La emergencia del Frente de Izquierda

No obstante, la revelación política de la primera vuelta de la elección presidencial es el Frente de Izquierda (FDG), una coalición de diversas fuerzas políticas progresistas que incluye, entre otros, el Partido Comunista y el Partido de Izquierda, cuyo candidato Jean-Luc Mélenchon alcanzó el resultado histórico del 11,1%, con cerca de 4 millones de votos[4]. En efecto, ninguna fuerza política a la izquierda del Partido Socialista había alcanzado semejante resultado desde 1981 cuando el Partido Comunista de George Marchais había superado el 15%[5].

Durante la campaña electoral, el FDG asombró a todos los observadores por su impresionante capacidad de movilización. El 18 de marzo de 2012, cerca de 120.000 personas se reunieron en la Plaza de la Bastilla en París para escuchar a Mélenchon, lo que hizo de ese mitin la agrupación política más importante desde la Segunda Guerra Mundial.[6] Del mismo modo, el 14 de abril de 2012, 120.000 personas se encontraron en las playas del Prado en Marsella para seguir el discurso del candidato del FDG[7]. Ningún otro partido político francés dispone de semejante capacidad de convocatoria.

En las grandes ciudades, donde se encuentra muy presente el FDG y donde ha podido realizar su trabajo de educación popular sobre su programa y sobre los peligros que representaba el FN, el voto a favor de la extrema derecha disminuyó de modo sensible. En las 15 ciudades más importantes de Francia, el FN obtuvo resultados inferiores a los de 2002 en 14 de ellas. Mejor aún, Jean-Luc Mélenchon obtuvo resultados superiores a los de Marine le Pen en 10 ciudades sobre 15.[8] Así, el 75% de la progresión del total de la izquierda - +17% respecto a 2007, mientras que el total de la derecha disminuyó en un 16%[9] - se debe al FDG[10]. Respecto a 2007, la izquierda de la izquierda progresó en un 39%, gracias al FDG[11].

Sin duda, el resultado de 11,1% del FDG habría sido más elevado sin la amenaza del Frente Nacional y la campaña mediática a favor el “voto útil”, que usó el trauma electoral de 2002, cuando el candidato de extrema derecha Jean-Marie Le Pen eliminó al candidato socialista Lionel Jospin y se clasificó para la segunda vuelta. Así, según un sondeo del instituto IFOP, el 30% de los electores de François Hollande habrían votado al FDG sin la amenaza Le Pen, lo que hubiera incrementado el resultado de Mélenchon a un 20,1%, es decir al mismo nivel que el del Partido Socialista. No obstante, con 4 millones de votos, el FDG ganó en el espacio de tres años tres millones de electores adicionales desde su primera campaña por las elecciones europeas en 2009.[12]

La nueva América Latina, principal fuente de inspiración del Frente de Izquierda

Desde 1998 y la elección de Hugo Chávez a la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, América Latina ha llevado al poder a numerosos dirigentes progresistas que han ubicado al ser humano en el centro de su proyecto de sociedad, sea Lula da Silva y luego Dilma Roussef en Brasil, Néstor Kirchner y después Cristina Fernández en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Daniel Ortega en Nicaragua, José Mujica en Uruguay y en una menor medida Ollanta Humala en Perú.

Esta nueva América Latina ha enfocado su política en la recuperación de su soberanía nacionalizando los hidrocarburos y otros sectores estratégicos de la economía (Venezuela, Brasil, Ecuador, Bolivia, Argentina, etc.), la lucha contra la pobreza mediante programas sociales espectaculares, la repartición de las riquezas y la integración regional con la creación de varios organismos como Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la reciente Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), lo que ilustra la voluntad del continente de emanciparse de la sombra tutelar de Washington y crear un mundo multipolar basado en el diálogo, la diplomacia y la reciprocidad.

El FDG se ha inspirado mucho en el cambio político latinoamericano y el concepto de “revolución por las urnas”. “Los procesos revolucionarios en América del Sur son una fuente de lecciones”, reivindicó Mélenchon[13], muy cercano al presidente ecuatoriano Rafael Correa, el cual le brindó públicamente su apoyo[14].

El programa de esta nueva fuerza política, intitulado “el ser humano primero”, se basa en una filosofía de la repartición de las riquezas y marca así una ruptura radical con la lógica acumulativa neoliberal, que arruinó a América Latina en los años 1980 y que actualmente está destruyendo a Europa. Frente a las políticas de ajuste estructural y las medidas de austeridad que se aplican por todos lados en el Viejo Continente, de Grecia a España y de Irlanda a Portugal pasando por Italia, con consecuencias sociales y humanas dramáticas, el FDG preconiza un enfoque socioeconómico alternativo basado, entre otros, en una mayor intervención del Estado y la reforma de las instituciones.

Así, la idea de una Constituyente y de una VI República “parlamentaria, social y participativa, destinada a poner término al régimen «ultrapresidencialista» y a otorgar más poder al Parlamento, se inspira directamente en Venezuela, donde se adoptó una nueva Constitución en 1999. La nueva Constitución debe también garantizar “la independencia de los medios informativos con respecto al poder político y los poderes financieros”[15], retomando así un punto clave del programa del Consejo Nacional de la Resistencia de 1944.[16]

Del mismo modo, el concepto de “Revolución ciudadana” halla su fuente en la transformación radical de la sociedad ecuatoriana tras la elección de Correa, donde la población pasó del estatuto de espectador de la vida política al de actor directo e implicado.[17]

Como en la nueva América Latina, el programa del FDG da la prioridad a lo social con el restablecimiento de las 35 horas semanales y el derecho a una pensión plena a los 60 años. El salario mínimo (SMIC) se fija en 1.700 euros (frente a 1.097 euros actualmente) y el salario máximo no podrá superar los 360.000 euros anuales –o sea 30.000 euros mensuales, umbral por encima del cual la imposición es del 100%– en las empresas públicas y privadas. Del mismo modo, la diferencia de ingresos en las empresas no podrá ser mayor que la escala de 1 a 20 como máximo (el salario más alto no podrá ser 20 veces superior al más bajo) con el fin de llevar a los jefes de empresa que desearían incrementar sus ingresos a elevar también los de los empleados.[18]
           
Para evitar el exilio fiscal, el FDG prevé establecer el mismo sistema tributario que existe en Estados Unidos donde todos los expatriados que pagan sus impuestos en su nuevo territorio de residencia a un nivel inferior del que existe en Estados Unidos, tienen que pagar la diferencia al Tesoro estadounidense.[19]

La instauración del Contrato de Duración Indefinida (CDI) como norma del contrato de trabajo permitirá, según el FDG, luchar contra la inseguridad social y abolir la precariedad. A ello se agregará el rembolso integral de los gastos de salud, así como la titularización de los 800.000 empleados de la función pública, sin olvidar la construcción de 200.000 viviendas sociales al año, una congelación de los alquileres y la prohibición de las expulsiones de inquilinos por razones económicas y sociales.[20]

El aumento del salario mínimo constituye la base del programa del FDG y reviste un doble objetivo. Primero, permitirá mejorar el nivel de vida de una parte sustancial de los ciudadanos franceses, una inmensa mayoría mujeres (80%)[21], que sobrevive difícilmente con semejantes ingresos. Además, 8 millones de franceses viven por debajo del umbral de la pobreza (fijado en 970€ mensuales)[22] en la quinta potencia mundial, mientras que el país es dos veces más rico que en 1990 (2,56 billones de euros de riqueza producida al año).[23]

Luego permitirá estimular la economía. En efecto, el aumento del SMIC alentará automáticamente el consumo de esta categoría de la población cuyas necesidades son importantes, y de rebote llenará el libro de pedidos de las empresas. Ésas, a su vez, reclutarán a la mano de obra necesaria para satisfacer esta nueva demanda, lo que tendrá un impacto positivo en la tasa de desempleo que lógicamente se reducirá. Así, el Estado verá crecer sus recursos gracias a la contribución tributaria de los nuevos asalariados, y disminuir sus gastos dedicados a las ayudas al paro, creando así un «círculo virtuoso».

Las actuales políticas de austeridad que promueven el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea y que se aplican en Europa tienen el efecto inverso ya que la reducción de los gastos, la disminución de los salarios y de las pensiones de retiro –además de las consecuencias sociales y humanas catastróficas que ocasionan– conducen inevitablemente a una contracción del consumo. De hecho, las empresas se encuentran en la obligación de reducir su producción así como los salarios, y hasta se separan de sus empleados. Consecuencia lógica, los recursos tributarios del Estado disminuyen mientras que sus gastos –para atenuar los efectos del desempleo– estallan, creando así un interminable círculo vicioso, cuyo símbolo es la crisis griega. Así, varios países europeos se encuentran en recesión.

El caso de la crisis de la deuda griega –que el FDG no ha dejado de denunciar durante la campaña electoral– es un caso de manual e ilustra el fracaso total de las políticas neoliberales. En efecto, a pesar de la intervención de la Unión Europea, del Fondo Monetario Internacional y del Banco Central Europeo, a pesar de la aplicación de trece planes de austeridad extrema –alza masiva de los impuestos entre ellos el IVA, alza de los precios, reducción de los salarios (¡hasta un 32% sobre el salario mínimo!) y de las pensiones de retiro, retraso de la edad legal de la jubilación, destrucción de los servicios públicos de primera necesidad como la educación y la salud, supresión de las ayudas sociales y privatizaciones de los sectores estratégicos de la economía nacional (puertos, aeropuertos, ferrocarril, gas, agua, petróleo– que han doblegado a la población[24], hoy la deuda es superior a lo que era antes de la intervención de las instituciones financieras internacionales en 2010.[25]

No obstante, la crisis griega habría podido evitarse. En efecto, habría bastado con que el Banco Central Europeo hubiera prestado directamente a Atenas las sumas necesarias, con la misma tasa de interés con la que presta a los bancos privados, es decir entre el 0% y el 1%, lo que hubiese impedido toda especulación sobre la deuda por parte del mundo financiero. Ahora bien, el Tratado de Lisboa –que el pueblo francés rechazó por referéndum en 2005 pero que el presidente Sarkozy impuso por vía parlamentaria en 2008 contra la voluntad de los ciudadanos– prohíbe esta posibilidad por razones difícilmente comprensibles si uno se basa en el postulado según el cual el Banco Central Europeo actúa en el interés de los ciudadanos.[26]

En efecto, el Artículo 123 del Tratado de Lisboa estipula que “queda prohibida la autorización de descubiertos o la concesión de cualquier otro tipo de créditos por el Banco Central Europeo y por los bancos centrales de los Estados miembros, denominados en lo sucesivo “bancos centrales nacionales”, a favor de instituciones u organismos comunitarios, Gobiernos centrales, autoridades regionales o locales, u otras autoridades públicas, organismos de Derecho público o empresas públicas de los Estados miembros, así como la adquisición directa a los mismos de instrumentos de deuda por el BCE o los bancos centrales nacionales”. [27]

En realidad el BCE sirve directamente los intereses del mundo financiero. Así, los bancos privados contrataron un préstamo al BCE con la tasa baja de un 0% al 1% y luego especularon sobre la deuda y prestaron ese mismo dinero a Grecia con tasas que van del 6% al 18%, agravando así la crisis de la deuda, que ahora es matemáticamente impagable, ya que Atenas se encuentra en la obligación de contratar préstamos sólo para pagar los intereses de la deuda.[28]

Por esas razones, el FDG se ha comprometido a reformar en profundidad el Tratado Europeo con el fin de autorizar al BCE a prestar directamente a los Estados y a evitar así los ataques especulativos del mundo financiero sobre las deudas soberanas, como ha sido el caso en Grecia, Irlanda, España, Portugal e Italia, por citar sólo algunos.[29]

Mientras tanto, una medida permite no obstante pasar encima de la prohibición del Tratado Europeo y contratar préstamos con tasas bajas. En efecto, la legislación francesa autoriza al Estado a imponer a los bancos privados nacionales que concedan al país sumas con la misma tasa de interés que éstos reciben del BCE, es decir menos del 1%. Ello permitiría reducir de modo sensible la deuda. Pero, hasta hoy día, ningún gobierno se ha atrevido a aplicarla.

La creación del Banco del Sur en 2007[30] y el Banco del ALBA en 2010[31] han permitido al continente emanciparse de instituciones financieras internacionales como el FMI y el Banco Mundial, responsables de la crisis financiera que arruinó el continente en los años 1990. El FDG prevé también la creación de un polo público financiero destinado a transformar la política y los criterios de crédito. Se planea también la elaboración de una reglamentación anti-especulación y el bloqueo de los flujos financieros con los paraísos fiscales[32]. En efecto, los bancos franceses tienen en total una suma de 532.000 millones de dólares en esos paraísos fiscales y no pagan impuestos, privando al Estado –es decir al ciudadano– de ingresos importantes que resolverían muchos problemas socioeconómicos.[33]

A nivel tributario, se suprimirán los privilegios fiscales de todo tipo –que han costado cerca de 100.000 millones al Estado desde 2002 y que han provocado la duplicación de la deuda francesa–, y los de las grandes empresas en particular. Por ejemplo, la multinacional Total, que consiguió en 2011 un beneficio neto de 10.000 millones de dólares, nunca ha pagado un centavo a título de impuesto sobre las sociedades, gracias a la ventaja fiscal llamada “beneficio mundial consolidado”.[34] Del mismo modo, las pequeñas y medianas empresas pagan un impuesto del 30% mientras que las del CAC40 (40 mayores empresas francesas) sólo pagan el 8%.[35]

El FDG también se ha inspirado mucho en la relación de las poblaciones indígenas de América Latina con la tierra y la necesidad de preservar el medio ambiente. Propone así una planificación ecológica “como medio de definir de nuevo [los] modos de producción, de consumo y de intercambio en función del interés general de la humanidad y del impacto de la actividad económica en el ecosistema”. Prevé el desarrollo de fuentes alternativas de energía no contaminantes, el desarrollo de los transportes públicos, el ferrocarril entre otros.[36]

El FDG también sacó lecciones de la emergencia de las cooperativas en Argentina y desea desarrollar la economía social y solidaria y permitir que los asalariados recuperen el control de sus empresas. En cuanto a la recuperación de la soberanía nacional pasa, como en América Latina –en Argentina particularmente con el caso de la multinacional Repsol– por la nacionalización de los recursos estratégicos del país.[37]

El FDG también tuvo en cuenta Brasil y la política de Dilma Roussef contra las deslocalizaciones. Así, con las tasas sobre los productos de la empresa Apple, Brasilia obligó a la multinacional estadounidense a que abriera una fábrica en su territorio y a que invirtiera 12.000 millones de dólares. Ocasionó así un movimiento de relocalización de las actividades industriales, las cuales proporcionan trabajo a los ciudadanos brasileños.[38]

A nivel internacional, el FDG está a favor de que Francia salga de la OTAN y de un enfoque diplomático y pacífico de las relaciones internacionales con intercambios basados en la igualdad soberana entre los Estados, la no injerencia, la cooperación y la reciprocidad. Como América Latina, el FDG milita a favor de un mundo multipolar basado en la supremacía del derecho internacional. También es partidario de una ruptura con el mundo atlantista y con el militarismo y a favor de una alianza más estrecha con los BRIC. [39]

Conclusión

El FDG parece predestinado a desempeñar un papel importante en la vida política francesa en los próximos años, sobre todo si prosigue su trabajo de educación política eficaz entre las capas populares y si conserva su capacidad de movilización. Si logra escapar al escollo de las divisiones y permanece unido alrededor de la figura carismática de Mélenchon –del cual hasta los adversarios políticos subrayan sus grandes talentos de tribuno–, los resultados alentadores de la primera vuelta de la elección presidencial se confirmarán probablemente en los próximos procesos electorales y abrirán quizás la vía del cambio necesario en Francia y en Europa.

Notas

[1] Le Monde, « Résultats de l’élection présidentielle : France entière », 23 de abril de 2012
[2] Hendrik Davi, « Depuis 2002, l’extrême droite a reculé dans les villes », Front de Gauche, 25 de abril de 2012.
[3] Jean-Luc Mélenchon, « Après le premier tour, un moment de pause clavier », 25 de abril de 2012. www.jean-luc-mélenchon.fr (sitio consultado el 26 de abril de 2012).
[4] Le Monde, « Résultats de l’élection présidentielle : France entière », op. cit.
[5] Radio France Internationale, « 1981 – Mitterrand, l’alternance », 24 de agosto de 2006.
[6] Le Monde, « Jean-Luc Mélenchon à Bastille : « Nous sommes le cri du peuple », 18 de marzo de 2012.
[7] Lilian Alemagna, « Au Prado, Mélenchon retourne la plage », Libération, 15 de abril de 2012.
[8] Hendrik Davi, « Depuis 2002, l’extrême droite a reculé dans les villes », op. cit.
[9] Jean-Luc Mélenchon, « Après le premier tour, un moment de pause clavier », 25 de abril de 2012. www.jean-luc-mélenchon.fr (sitio consultado el 26 de abril de 2012)
[10] Patrick Cohen, « Jean-Luc Mélenchon », France Inter, 27 de abril de 2012, 8h20. http://www.dailymotion.com/video/xqf4hb_jean-luc-melenchon_news?search_algo=1 (sitio consultado el 27 de abril de 2012).
[11] Jean-Luc Mélenchon, « Après le premier tour, un moment de pause clavier », op. cit.
[12] Ibid.
[13] Liberation, « Otan, Tibet, Cuba, Amérique du Sud : Mélenchon répond à la presse étrangère », 17 de abril de 2012.
[14] Le Figaro, « Rafael Correa soutient Mélenchon », 11 de abril de 2012 ; L’Humanité, « Correa soutien son ‘compañero’ Mélenchon », 12 de abril de 2012.
[15] Front de Gauche, L’Humain d’abord, septiembre de 2011, p. 32.
[16] Conseil National de la Résistance, « Programme du Conseil National de la Résistance (C.N.R.) », 24 de marzo de 1944.
[17] Céline Meneses, « Equateur : la révolution citoyenne victorieuse »,  Le Parti de Gauche, 10 de octubre de 2010.
[18] Front de Gauche, L’Humain d’abord, op. cit.
[19] Sénat, « Étude de législation comparée n° 192 – enero de 2009 - L'imposition des revenus des expatriés dans le pays d'origine », enero de 2009. http://www.senat.fr/lc/lc192/lc1927.html (sitio consultado el 29 de abril de 2012).
[20] Front de Gauche, L’Humain d’abord, op. cit.
[21] Mireille Schurch, « Pour le SMIC à 1700€ », Sénat, 2 de abril de 2012. http://www.senat03.fr/spip.php?article459 (sitio consultado el 29 de abril de 2012).
[22] Institut national de la statistique et des études économiques (INSEE), « Nombres de pauvres », 2009. http://www.insee.fr/fr/themes/tableau.asp?reg_id=0&ref_id=natsos04403 (sitio consultado el 29 de abril de 2012).
[23] World Bank, « World Development Indicators & Global Development Finance », 2010. http://databank.worldbank.org/Data/Views/Reports/TableView.aspx?IsShared=true&IsPopular=series (sitio consultado el 29 de abril de 2012).
[24] Le Figaro, « Grèce : les 10 nouvelles mesures de rigueur », 13 de febrero de 2012.
[25] Comité pour l’Annulation de la Dette du Tiers monde (CADTM), « Le CADTM dénonce la campagne de désinformation sur la dette grecque et le plan de sauvetage des créanciers privés », 10 de marzo de 2012. http://www.cadtm.org/Le-CADTM-denonce-la-campagne-de (sitio consultado el 29 de abril de 2012).
[26] Le Monde Diplomatique, « Les Irlandais rejettent le Traité de Lisbonne », 13 de junio de 2009. http://www.monde-diplomatique.fr/carnet/2008-06-13-Les-Irlandais-rejettent-le-traite (sitio consultado el 29 abril de 2012).
[27] Traité de Lisbonne, Artículo 123.
[28] Comité pour l’Annulation de la Dette du Tiers monde (CADTM), « Le CADTM dénonce la campagne de désinformation sur la dette grecque et le plan de sauvetage des créanciers privés », op. cit.
[29] Front de Gauche, L’Humain d’abord, op. cit.
[30] La Jornada, « El Banco del Sur », 13 de diciembre de 2007.
[31] Banco del ALBA. http://www.bancodelalba.org/ (sitio consultado el 29 de abril de 2012).
[32] Front de Gauche, L’Humain d’abord, op. cit.
[33] Emmanuel Levy, « Les paradis fiscaux abritent 532 milliards de dépôts français », Marianne 2, 28 de marzo de 2009.
[34] Esta ventaja fiscal se abrogó en septiembre de 2011 frente a la presión popular pues representaba una pérdida para el Estado de 500 millones de euros al año. Véase Chloé Dussapt, « Qu’est-ce que le bénéfice mondial consolidé ? », Challenges 7 de septiembre de 2011.
[35] Guillaume Errard, « Les sociétés du CAC40 échappent à l’impôt », Le Figaro, 14 de diciembre de 2009.
[36] Front de Gauche, L’Humain d’abord, op. cit.
[37] Le Figaro, « Repsol : Kirchner défend l’expropriation », 28 de abril de 2012.
[38] La Tribune, « Foxconn va fabriquer des iPad au Brésil où il investira 12 milliards de dollars », 14 de octubre de 2011 ; Huffington Post, « La démondialisation ça marche, la preuve au Brésil avec Apple », 15 de septiembre de 2011.
[39] Front de Gauche, L’Humain d’abord, op. cit.

Lamrani Salim
Lamrani Salim es doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor encargado de cursos en la Universidad Paris-Sorbonne-Paris IV y en la Universidad Paris-Est Marne-la-Vallée y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Etat de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba, París, Ediciones Estrella, 2011, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de Paul Estrade. Contacto: Salim.Lamrani@univ-mlv.fr
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