En 1999 nuestro poeta Elicura Chihuailaf dio a conocer su
Recado confidencial a los chilenos, en el nos dice “¿cuánto reconoce en usted
de nosotros? ¿Cuánto sabe de los orígenes, las causas de los conflictos de
nuestro pueblo frente al Estado nacional?” “¡Nos conocemos tan poco!” exclama,
pero también propone que reconociendo nuestra morenidad, “podremos darle una
solución a este desencuentro”. “En la ternura de nuestros antepasados tenemos
toda una sabiduría por ganar” nos dice.
Luego vino Azkintuwe durante el 2003, el primer diario de la
Nación Mapuche. Lo siguió David Añiñir, quién nos regaló la rabia-creativa de
sus poemas en Mapurbe en el año 2005, (aunque ya venía el mismo autor vendiendo
dicho texto de forma autogestionada años antes). Durante el 2006, un grupo de
historiadores Mapuche da a conocer el libro Escucha Winka, el que entregó
“Cuatro ensayos de Historia Nacional Mapuche”, diciendo “Estos contenidos se
hicieron pensando en las nuevas generaciones Mapuche que una vez que se
desencanten de la colonización mental que hace el Estado desde la educación,
encuentre lo que nosotros no tuvimos a mano en ese memento: memoria organizada
y sistematizada que les recuerde a quien se deben y que no los confundan
formateando su imaginario con un mapa, un escudo o unas cuantas batallas”.
El libro Autodeterminación. Ideas políticas mapuche en el
albor del siglo XXI, de José Mariman se inscribe en este ámbito, en la
continuidad y en la búsqueda de explicar, dar a conocer y hacer entender la
reivindicación Mapuche, centrado en el que sea tal vez el proyecto que han
venido planteando con mayor notoriedad desde los 90’ el Movimiento Político
Mapuche: “La autodeterminación”, “autonomía” o la “Nación”. Ideas que, a veces,
terminan por confundirse pero que tienen en común el sentimiento de buscar el
término de un estado subalterno como pueblo, a través “de un pensamiento
político mapuche en desarrollo”.
El autor plantea que “la demanda de autodeterminación
mapuche, verbalizada también como autonomía difiere de la acostumbrada
reivindicación etnogremial campesina por tierra, desplegada durante gran parte
del siglo XX por las organizaciones mapuche”. Aunque esta idea no es
“homogénea”, trasluce, dice el mismo autor, un debate interno en la “sociedad
política” mapuche”. Dicho debate, se estaría dando entre un sector que se
define abiertamente como “etnonacionalistas o nacionalistas a secas, y otros
que reniegan del nacionalismo, pero igual demandan autodeterminación”.
Una particularidad del libro, es que Mariman habla desde un
descolonizado, por ende, asume una posición en este proyecto por el término de
la subalternidad Mapuche. A raíz de ello, comprende a la sociedad indígena “no
como una sociedad o sociedades como algo armónico”, por el contrario, de una
realidad social que “está en constante cambio”.
Así, logra construir o explicar algo clave para la comprensión de los
Mapuche del tiempo reciente: la noción de “identidad”.
Esta no se pude comprender sin el racismo que perduró
durante gran parte del siglo XX contra los Mapuche, como él mismo lo señala, el
“rechazó ideológico del indio por el chileno y, la no aceptación social de él”,
han creado “la frontera que ha ayudado a bloquear la asimilación nacional”. Por
ende, la noción de cultura Mapuche debe concebir desde un aspecto “dialéctico,
como algo en permanente cambio generación tras generación”. ¿Por qué?
Sencillamente porque los Mapuche somos un pueblo que fue derrotado militarmente
por el Estado chileno enla OcupacióndeLa Araucaníay “sometidos sistemáticamente
a la colonización a partir del siglo XIX”. Pero también agrega: en
“resistencia”.
Aceptando que la etnicidad e identidad se conforma en
precondiciones étnicas diferenciales, producto de factores tanto objetivos como
subjetivos. Parece clave la creación del concepto de “mapuchidad”, la que esta
“dada por creerse diferente, sobre la base de una etnicidad elegida, ponderada
y difundida en un contexto particular de condiciones sociales y políticas
determinadas”.
Ideas para un
movimiento autonomista mapuche
Otra de las particularidades del libro es que es una
investigación rigurosa. De una escritura que para los investigadores en
constitución pone una alta cuota de profesionalidad, constancia y disciplina.
Junto con ello, el libro tiene una carga de honestidad y humildad de una
persona que se siente parte del proyecto de descolonización que inició Ad-Mapu,
el Consejo de Todas las Tierras, las Identidades Territoriales,la Coordinadora
AraucoMalleco, Wallmapuwen yla Alianza TerritorialMapuche. Desde este prisma,
Mariman se muestra preocupado por la política en torno al pueblo Mapuche y el
objetivo final que es ver concretizada la autodeterminación para el Wallmapu.
Por ende, el libro también podría verse desde la “óptica” militante pero sin
caer en “odas” al Movimiento. Por el contrario, a veces llega incluso a ser
castigador al referirse a alguna orgánica, intelectual o militante de la
“cuestión nacional.”
Para la discusión del Movimiento Mapuche, el libro es de
suma importancia y urgencia. Si tuviera que catalogar el libro, creo que un
título sería el “libro necesario”, ya que hace un estudio del arte sobre lo que
han señalado las orgánicas Mapuche desde los90’, sus líderes e intelectuales en
torno a la autodeterminación. Si bien, como él mismo las cataloga algunas no
muestran una madurez sobre los conceptos, creo que ello es parte de un
movimiento relativamente nuevo, que está en un proceso en construcción.
Como él mismo lo señala: “Los mapuche etnopolíticamente
movilizados, demandan hoy no solo tierras en su otrora territorio mapuche, sino
que comienzan a demandar el territorio mismo, para construir una utopía
autonomista”. Bajo este precepto, me parece políticamente acertado que lo que
la prensa ha catalogado como “Conflicto Mapuche”, otros sencillamente como
“terrorismo”, Mariman vaya más allá y lo catalogué como “la cuestión nacional
mapuche”. Al final y al cabo, hacia ese objetivo han apuntado las
organizaciones y bajo la construcción de esta utopía han muerto Lemun, Catrileo
y Collío. Y hoy, cuatro presos Mapuche, miembros dela CAM, están sentenciados entre
8 y 14 años. La condena más alta que se les ha dado a miembros del movimiento.
Como bien dice Mariman, “el mapuche busca cambiar la opresión que experimenta
en tanto “indio” o colonizado”. Así, “los mapuche organizados plantean cursos
de acción para una lucha indígena exitosa, tras esas demandas globales
(autodeterminación) y ganando experiencia en cada enfrentamiento”.En cierta
medida, se logra evidenciar en el libro, que “las ideas políticas” de los
dirigentes, organizaciones e intelectuales, han puesto un “arsenal ideológico
que comienza a construir” lo que él llama un “movimiento autonomista mapuche”.
Hacia la construcción
de un pensamiento autonomista
El Movimiento Mapuche en post de edificar la
autodeterminación está lejos de ser perfecto, rencillas internas,
descalificaciones entre partidarios de una u otra línea política, nos habla aún
de un movimiento inmaduro a la hora de debatir en la diferencia, en la
heterogeneidad de nosotros como Mapuche, para construir con esas
particularidades un todo, propio de un pueblo diverso. El libro en algo apunta
a eso, a mirarnos en nuestras afinidades y disensiones, para desarrollar un
“pensamiento” mapuche que en sí expresa “diversidad” como recalca el autor. Por
eso, siento una nota de preocupación en Mariman, cuando señala que esta
solución tal vez no pase por los intelectuales, sino “en la praxis política. El
grupo, y sus ideas, que se vuelva dominante las terminará imponiendo”.
Con todo, el libro abre la puerta para el debate, sintetiza
las distintas ópticas sobre la autodeterminación y aspiraciones en torno a la
“cuestiona nacional Mapuche”, creo que la mayor riqueza del libro, es mostrar
que en estas casi dos décadas, las distintas expresiones representativas del
pueblo Mapuche, líderes e intelectuales han construido un pensamiento
autonomista que ha cambiado para siempre la historia antigua de nuestros
antepasados recientes, cuando ser Mapuche, significaba ser “bárbaro, borracho,
flojo y bruto”.
Desde ése ámbito, los libros y sus intelectuales crean y
sienten en los contextos históricos en que el movimiento “desde abajo” va dando
luces hacia dónde se ir. Por eso, se debe dar un diálogo continuo y orgánico
entre intelectuales y el movimiento. Más si en 1999 nuestro poeta Elicura
Chihuailaf diera a conocer su “Recado confidencial a los chilenos”, en momentos
que el ascenso del movimiento en oposición a Ralco, en la recuperación de
tierras de distintas comunidades, llevando la bandera nacional que el Consejo
de Todas las tierras creó en 1992, era por entonces lo que más resaltaba.
Pedro Cayuqueo junto a otro grupo de Mapuche fundó en el
2003 Azkintuwe, cuando la Operación Paciencia había mandado a la clandestinidad
a la CAM, había sido asesinado el joven comunero Alex Lemun y se iniciaron los
primeros juicios en torno a la Ley por Conductas Terroristas. Sólo dos años
después David Añiñir nos entregaría la rabia del Mapuche urbano y un año
después un grupo de historiadores Mapuche da nacimiento al Escucha Winka,
pensando justamente en las futuras generaciones que encabezaran este
movimiento. Este libro nace, en momentos que se observa tal vez un
estancamiento proyectual del movimiento Mapuche, cuando una extensa huelga de
hambre sacudió el Bicentenario de Chile y en el que tenemos cuatro comuneros
sentenciados y encerrados en lo que los chilenos fundaron como Los Confines de
Angol.
Con todo, si algunos creen aún que estas “ideas políticas
mapuche en el albor del siglo XXI” es terrorismo, déjenme decirle,
parafraseando a Elicura Chihuailaf,
sencillamente: “¿Qué hijo, qué hija, agradecido/agradecida no se levanta para
defender a su Madre cuando es avasallada?”.
Fernando Pairican |
Fernando
Pairican es licenciado en Historia por la USACH, actualmente candidato a Magister
en Historia de América por la misma casa de estudio. De origen Williche, se ha
focalizado en la historia Mapuche de los noventa, ha publicado artículos
relacionado con el tema: LaNueva Guerra de Arauco: La Coordinadora
Arauco-Malleco y los nuevos movimientos de resistencia Mapuche en el Chile de
la Concertación (1997-2009). En“Una década en movimiento. Luchas populares en
América Latina(2000-2009). Coordinador por Massimo Modonesi. Editorial CLACSO y
PROMETEO,2011. Dicho artículo en coautoría con Rolando Álvarez Vallejo.También
Sembrando ideología: el Aukiñ Wallmapu Ngulamen la transición de Aylwin
(1990-1994). Publicado en la revista SudHistoria,Nº4, enero-junio 2012, México.
(En impresión). Desde el año 2010 ha publicado columnas en The Clinic,
relacionados con historia y política en torno al movimiento Mapuche desde el
2011 también en el blog de cooperativa.cl