Hugo Rafael Chávez Frías, el enemigo público número uno de
la oligarquía internacional, ha dejado este mundo. Con él no pudieron las
insistentes campañas mediáticas, el golpe de Estado, el referéndum revocatorio,
las votaciones electorales…, sólo pudo la enfermedad. El tiempo dirá si es
casualidad o no que, precisamente, el líder más odiado por la burguesía
internacional, empezando por la norteamericana, cayera enfermo justo cuando
estaba en su apogeo. Yo vivo en un país, España, donde la figura de Hugo Chávez
ha sido sistemáticamente demonizada, como mínimo muy polémica. Sacar la palabra
“Chávez” en cualquier tertulia con los amigos, los familiares, los compañeros
de trabajo,..., supone casi siempre encontrarse uno solo frente a una jauría
enfervorizada que repite obsesionadamente que ese hombre era un dictador, un
populista. A quienes dicen eso, sin embargo, les cuesta mucho justificar sus
palabras.
Dicen que era un dictador, pero no saben realmente explicar por qué. Dicen que era simplemente un populista, y la prueba definitiva son algunas de sus intervenciones públicas, la mayor parte de las veces sacadas de contexto. Indudablemente, el peculiar estilo oratorio de Chávez ha sido utilizado en su contra.
Dicen que era un dictador, pero no saben realmente explicar por qué. Dicen que era simplemente un populista, y la prueba definitiva son algunas de sus intervenciones públicas, la mayor parte de las veces sacadas de contexto. Indudablemente, el peculiar estilo oratorio de Chávez ha sido utilizado en su contra.
Sin embargo, si ser populista significa decir lo que uno
piensa, hablar en un lenguaje claro y sencillo, incluso a veces exaltado, y,
sobre todo, conseguir en la práctica reducir drásticamente la pobreza y las
desigualdades sociales, favorecer a los pobres, a la inmensa mayoría,
desarrollar la democracia, yo digo que ojalá tuviésemos en nuestro país muchos
políticos populistas. Yo creo que Chávez, más que populista, ha sido, es,
y seguirá siendo por muchos años, popular. Popular porque hizo
políticas populares, que favorecieron a la mayoría social de su país. Popular porque
era, es, y seguirá siendo querido por gran parte de su pueblo. Popular porque
él era del pueblo, de orígenes humildes.Popular porque sintonizaba con el
pueblo. Yo creo que ha sido uno de los políticos más populares de la historia,
al menos de la reciente. Los medios de desinformación masiva de mi país quieren
enmascarar este hecho usando la palabra “populista” (que es habitualmente
peyorativa) en vez de “popular”. ¿Pero qué puede esperarse de un país donde un
partido llamado “popular” aplica las políticas más impopulares que pueda
imaginarse?
Nadie es perfecto, pero indudablemente hay mejores personas
que otras, las hay que intentan cambiar las cosas y las hay que se adaptan a
ellas para sobrevivir y prosperar. Luchar contra el orden establecido es una de
las tareas más agotadoras que pueda acometerse. Y Hugo Chávez, sin duda, lo
hizo, tal vez hasta agotarse por completo. Gracias a que unas pocas personas no
miran sólo por sí mismas es por lo que la humanidad ha avanzado, y seguirá
avanzando. Quienes tanto se han creído la imagen oficial que nos han
transmitido machaconamente en España (y en gran parte del mal llamado Primer
Mundo) de que Chávez era la encarnación del mismo Diablo, deberían preguntarse
por la reacción de su pueblo ante su muerte. ¿Cómo es posible que la muerte de
un dictador despierte tanta tristeza y movilización popular? ¿Alguien ha visto
ante la desaparición de cualquier político, en los últimos tiempos, tanta gente
saliendo a la calle para llorar su muerte y rendirle homenaje? ¿La reacción
popular ante la muerte de Chávez no nos debería hacer sospechar de que en la
historia que nos han contado sobre él algo no cuadra? ¿Por qué especialmente
los pobres, los más desfavorecidos, lloran su muerte y dicen que ellos son
también Chávez? Si uno dispone sólo de la “información” proporcionada por la
mayoría de los grandes medios de “comunicación” de masas de nuestro país,
entonces le cuesta mucho comprender la reacción del pueblo venezolano ante la
desaparición de su “caudillo”.
Sin embargo, en cuanto uno tiene ocasión de informarse por
otros lares, por fin, aquello que nos parece incomprensible a primera vista, se
vuelve comprensible. Cuando uno sabe que Venezuela es ahora el país con menos
desigualdades sociales de toda América Latina, que la educación es ahora
gratuita desde la infancia hasta la universidad, que la sanidad es ahora
accesible para todo el mundo, empieza a comprender. Cuando uno sabe que incluso
el ex presidente de Estados Unidos, James Carter, reconoció que el sistema electoral
venezolano es el mejor del mundo, empieza a comprender. Cuando uno sabe que la
Venezuela de Chávez practicó la solidaridad internacional, que ayudó a muchos
países de su entorno, que fomentó la unidad latinoamericana para liberarse del
dominio del Norte, uno comprende mucho mejor por qué en muchos países de
América, y más allá, se declararon varios días de luto por la muerte del
presidente venezolano. Y es que sólo podemos acercarnos a la verdad si
contrastamos suficientemente, si accedemos, por igual, a las posturas
enfrentadas. Yo he tenido ocasión de hacerlo y gracias a dicho contraste (al
realizado entre la prensa convencional y la alternativa, disponible en
Internet), he podido acercarme más a la verdad que muchos de mis compatriotas,
cambiar mi opinión acerca de la figura de Chávez. No porque yo tenga ningunaaptitud por
encima de lo normal, simplemente porque he tenido la actitud de
intentar contrastar más y mejor. Mi único mérito ha sido atreverme a informarme
en otros medios, distintos a los habituales. Nada más, y nada menos. Lo que he
hecho yo lo puede hacer cualquiera, otros muchos lo han hecho antes que yo, y
mejor. Todos podemos acercarnos más a la verdad si nos abrimos de mente, si
cuestionamos, si nos atrevemos a conocer otras versiones de los hechos. Una vez
realizado este contraste, por fin, uno puede comprender mejor. Para mí las
piezas del puzzle encajan mucho más que para muchos de mis contertulios que
afirman alegremente sin poder argumentar. Para ellos el que los venezolanos
lloren masivamente la muerte del “dictador” Chávez sólo puede explicarse porque
no están en sus cabales. Pero entonces yo les pregunto a esos españoles que
creen que los venezolanos (una gran parte de ellos) están comidos del coco,
¿cómo pueden estar seguros de que no son ellos los que lo están? ¿Cómo es
posible que en un país con tantos medios de comunicación masivos criticando
sistemática e implacablemente a Chávez, éste haya logrado lavar el cerebro de
gran parte de sus conciudadanos?
Yo he intentado contribuir a desenmascarar la manipulación
sistemática de la verdad que hacen los grandes medios de comunicación de mi
país analizando ejemplos concretos (ver el artículo De la desinformación)
desde la perspectiva de un simple ciudadano corriente que no vive en Venezuela.
No es necesario ser ningún gurú ni disponer de información privilegiada. No es
fácil acercarse a la verdad, sobre todo cuando hablamos de política, de nuestro
sistema social, pues en la sociedad humana hay muchos intereses contrapuestos,
las mentiras o las medias verdades campan a sus anchas. Pero no es imposible,
no es tan difícil. La única manera de lograrlo es contrastando suficientemente,
entre versiones opuestas, entre las ideas y las realizaciones prácticas. Hablan
más los hechos que las palabras. La única manera es cuestionando, y siendo
cuestionados, sin limitaciones. Empezando por lo dicho por mí en este mismo
artículo. Pues yo puedo estar equivocado. Debemos razonar, debemos procesar la
información que nos proporcionan (además de contrastarla), en vez de engullirla
pasivamente. Nunca debemos prescindir del más elemental sentido común.
Apliquemos el principio básico de la ciencia de que la explicación más
probablemente verídica es la más sencilla.
Y es que, en mi modesta opinión, Chávez ha hecho mucho daño
al capitalismo internacional. No sólo en vida, sino que incluso su misma muerte
pone en evidencia toda la propaganda capitalista hecha contra él. Es más, tal
vez, ojalá sea así, los próximos años signifiquen un afianzamiento de la
revolución bolivariana. Siempre que se siga profundizando en el proceso
revolucionario, siempre que se superen errores, contradicciones y carencias.
Siendo el principal error, a mi modo de ver, el haber hecho la revolución
bolivariana demasiado dependiente de una sola persona. Todo liderazgo excesivo
es siempre muy peligroso. A pesar de esto, Chávez ha hecho daño (al capitalismo
internacional) por muchos motivos. Ha demostrado que otra política es posible,
que la democracia burguesa puede dejar (o empezar a dejar) de ser burguesa si
se la desarrolla suficientemente, que puede pasarse de la oligocracia
disfrazada de democracia a la democracia real, partiendo de la primera, pacíficamente,
pero armadamente. Chávez ha vuelto a poner en la agenda de la humanidad el
socialismo, la superación del capitalismo, ha demostrado que es posible
transitar hacia él mediante métodos estrictamente y escrupulosamente
democráticos (para el dirigente bolivariano “el socialismo es democracia sin
fin”), retomando el antecedente de Allende en Chile, corrigiendo sus errores,
al menos algunos de ellos. Lo cual no le exime de haber cometido también
errores. Chávez ha demostrado que los más débiles pueden unirse contra el
poderoso. Ha demostrado que los sentimientos religiosos no tienen por que
oponerse al socialismo, al contrario, pueden ser usados para impulsarlo. Chávez
ha demostrado que el ejército, lejos de ser un obstáculo para recorrer el largo
camino de la revolución social, puede ser su garante, que es posible una
transición pacífica, siempre que esté armada, siempre que se garantice la
fidelidad del ejército al pueblo, a la democracia. El desaparecido líder
bolivariano ha demostrado que el pueblo puede ser convencido sin reprimir a los
contrincantes ideológicos, que el socialismo no debe ser impuesto, que la
izquierda sólo puede prosperar y sobrevivir como izquierda, sin degenerar, si
no se reprime a la derecha, si tan sólo se la obliga a respetar la democracia.
Ya quisiera yo ver en mi país medios masivos que criticaran al capitalismo como
en Venezuela los hay que critican al socialismo del siglo XXI. Chávez ha
demostrado que el pueblo puede tomar las riendas de su propio destino. “Chávez
somos todos”, “Chávez vive, la lucha sigue”, proclamaban las masas estos
pasados días al paso del féretro de su líder. Ojalá esas palabras no se queden
sólo en palabras. Lo veremos dentro de poco. Pero, no olvidemos que el pueblo
venezolano salió a la calle en defensa de la democracia cuando ciertas minorías
intentaron finiquitarla mediante un golpe de Estado en el año 2002. Chávez
despertó a su pueblo, le concienció, le incitó a luchar, a defender sus
conquistas. Y el tiempo dirá si también logró que no sean tan necesarios los
liderazgos, los Chávez. Si el pueblo venezolano recoge la semilla plantada por
él, de tal manera que dicha semilla brote para siempre y no dependa de unas
pocas personas, entonces ése será el mayor logro alcanzado por dicho líder
histórico: que la humanidad no dependa de personas como él, que cada ser humano
asuma su parte de responsabilidad, aporte su grano de arena, para conseguir un
mundo mejor. Hugo Chávez ha demostrado que sí se puede mejorar
este mundo. Y lo ha demostrado con la práctica, practicando el poder, un poder
puesto al servicio de la mayoría, del pueblo, con resultados concretos, que
hasta sus más acérrimos enemigos tuvieron que reconocer. Más aun, mediante una
metodología indudablemente democrática (pocos procesos como el vivido en
Venezuela en los últimos años se han hecho con tanta participación popular).
Con Chávez los medios han estado al servicio del fin supremo de la revolución
social (una sociedad más justa y libre), realimentándose mutuamente. La
democracia ha sido desarrollada y puesta al servicio del pueblo, como
herramienta imprescindible para mejorar las condiciones de vida de la inmensa
mayoría. Esa democracia que nunca debe detenerse, que siempre puede y debe ser
perfeccionada, que todavía tiene mucho camino por delante. Pero que con el
líder bolivariano, por fin, ha vuelto a caminar en dirección a la utopía. Con
Chávez, en suma, la política ha vuelto a su razón de ser, servir a los
ciudadanos, se ha invertido la tendencia de la historia, ésta ha vuelto a ir
para adelante, en vez de para atrás.
El ejemplo de Chávez, a pesar de sus errores, carencias y
contradicciones, ha sido muy peligroso para las élites mundiales. De nosotros,
de los ciudadanos corrientes de este planeta, depende que su ejemplo sea sólo
el principio, y no el fin. Sigamos su ejemplo en la práctica, en vez de caer en
el fácil culto a la personalidad. Retomemos el ejemplo de los grandes
personajes de la historia, pero sin caer en la idolatría, pues nadie es
perfecto. Practiquemos la crítica y la autocrítica, sin las cuales es imposible
mejorar, sin las cuales no puede hacerse la revolución social. Yo creo que ése
es el gran legado de Chávez, su actitud. El día que todos, la mayoría,
tengamos la actitud de esos pocos grandes personajes de la historia que han
dejado huella en ella, entonces los liderazgos ya no serán necesarios, entonces
verdaderamente la humanidad estará emancipada. Como decía el Che Guevara, la mejor pedagogía es el ejemplo.
Y como afirmaba Lenin, para las masas, unos gramos de práctica valen más que una tonelada de teoría.
Hugo Chávez proporcionó a la humanidad unos cuantos kilogramos de práctica.
¿Podemos imaginarnos cuántas toneladas de práctica tendríamos si cada uno de
nosotros proporcionásemos tan sólo unos pocos gramos? ¿Cuántos Chávez podría
resistir el actual sistema capitalista, si ya uno solo le puso en jaque, si ya
uno solo le puso tan nervioso?
¡Hasta la victoria siempre!