“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

20/5/13

A la búsqueda de una teoría monetaria en Karl Marx

Victoriano Martín Martín

En el presente ensayo se intenta indagar la génesis y la evolución del pensamiento monetario de Marx desde los primeros comentarios vertidos en los Manuscritos de París, comentarios en los que predomina la intuición y el prejuicio y que son el resultado de sus primeros estudios económicos durante los años 1843 y 1844, hasta la configuración más elaborada de lo que podríamos denominar teoría monetaria de Marx, como aparece expuesta primero en su Contribución a la crítica de la economía política (1859) y después en El Capital (1867). En una primera aproximación a la teoría monetaria de Marx podemos avanzar que, salvo en la teoría del interés, se aparta considerablemente de lo que podríamos denominar corriente principal de pensamiento.

Para Marx el valor del dinero viene determinado por el coste de producción del oro, medido por la cantidad de trabajo socialmente necesario. No es la cantidad de dinero lo que determina el nivel de precios, sino que es el nivel de precios lo que determina la cantidad de dinero. Finalmente, se refiere al tipo de interés como el precio del alquiler del dinero, y lo hace depender de la oferta y demanda de fondos prestables y del tipo de beneficio.

1. Introducción

La teoría monetaria es uno de los temas que menor interés han despertado en los  estudiosos del análisis económico en general. Esto es mucho más sorprendente en el caso de Marx, apenas una decena de artículos y media docena de libros se han ocupado del tema monetario de forma monográfica. Y los propios manuales de Historia del Pensamiento Económico que dedican gran cantidad de páginas al análisis del pensamiento de Marxdedican unos breves comentarios al dinero. Es cierto que el tema monetario siempre ha infundido un gran respeto a los historiadores y generalmente evitan adentrarse en ese campo tan enmarañado. Pues bien, los problemas se agravan cuando uno intenta penetrar en el ámbito mucho más enrevesado y farragoso de la obra de Marx. En una primera aproximación a la teoría monetaria de Marx podemos avanzar que, salvo en la teoría del interés, se aparta considerablemente de lo que podríamos denominar corriente principal de pensamiento. También es verdad que Schumpeter, autor del que es, todavía, el mejor manual de Historia del Análisis Económico, tenía sus filias y sus fobias, pero en el caso de la teoría monetaria de Marx tenía una opinión bastante negativa, así se refirió a «su aportación decididamente mediocre en el campo del dinero, en el que no logró ponerse a la altura de Ricardo» (Schumpeter, 1971, página 49). Mark Blaug, otro prominente historiador del pensamiento económico, apenas dedica 11 líneas de su manual a la teoría del dinero de Marx, y en estas líneas sentencia: «El volumen IV de El Capital, capítulos II y III, contiene la teoría del dinero de Marx, un tema que trató más exactamente en la Contribución a la crítica de la economía política (1859). No hay nada en estos capítulos que no se encuentre en Ricardo o en Mill» (Blaug, 1985, página 344). Justo es decirlo, no parece que aquí Blaug esté muy acertado, la mayor parte de la teoría monetaria de Marx, salvo la que aparece en la Miseria de la filosofía (1847), es muy crítica, a veces despiadada con las de Ricardo y Mill. La mayoría de los manuales de Historia del Pensamiento Económico, inclusive los de orientación marxista no dedican una sola línea al dinero. Incluso un marxista tan serio como Oscar Lange no duda en afirmar que existen algunos problemas en el ámbito de la economía en los que la teoría marxista se muestra impotente, mientras que la economía burguesa los resuelve con facilidad, especialmente en el campo de la teoría monetaria y del crédito (Visser, 1977, página 266).

Tal vez todo esto se explique por la forma heterodoxa de abordar el problema y la poca evidencia empírica que avala sus teorías. Por otra parte, su forma doctrinaria de hacer historia del pensamiento económico, buscando marxistas en el pasado, explica el que sus fuentes las encuentre en autores secundarios, dejando de lado o criticando aquellos autores que mayores o mejores aportaciones han realizado al análisis económico en general y a la teoría monetaria en particular. Comenzando por la última parte de este trabajo, en su teoría del interés desestima completamente las aportaciones de Hume, a Cantillon ni siquiera le cita, sin embargo se apoya reiteradamente en Joseh Massie († 1784) que escribió, en 1750, An Essay on the governing causes of the nature rate of interest, que anticipa algunos de los argumentos de Hume. En su teoría monetaria, llevado por su afán de denigrar a la teoría cuantitativa, como se verá más abajo, frente a Hume, Ricardo y las figuras más representativas de la escuela clásica, reivindica a Steuart y a Tooke.

Pues bien, a pesar de todo, una concepción del dinero, a veces, como mínimo, controvertida, recorre la mayor parte de la obra de Marx. En el presente ensayo intentaremos indagar la génesis y evolución del pensamiento monetario de Marx, desde los primeros comentarios vertidos en los Manuscritos de Paris, comentarios en los que predomina la intuición y el prejuicio y que son el resultado de sus primeros estudios económicos durante los años 1843 y 1844, hasta la configuración más elaborada de lo que podríamos denominar teoría monetaria de Marx, como aparece expuesta primero en su Contribución a la crítica de la economía política (1859) y después en El Capital (1867). Comenzaremos con sus comentarios irónicos en la «Critica de la filosofía del Estado de Hegel»; nos referiremos después a sus opiniones denigrantes, tanto para el pueblo judío como para el dinero, vertidas en La cuestión judía. Nos detendremos en el epígrafe que en los Manuscritos de Paris dedica al dinero; aquí resaltará ya el carácter alienante del mismo. Terminaremos este apartado deteniéndonos en los comentarios a los Elementos de economía política de James Mill; comienza aquí Marx a criticar la teoría monetaria de Ricardo y de la escuela clásica, sin embargo no parece que a esas alturas la hubiera entendido. Un apartado más corto dedicamos a la Miseria de la filosofía (1847), una obra contra Proudhon, en la que acepta la teoría monetaria de Ricardo y que pensamos merece consideración aparte. En esta obra pensamos que su razonamiento se acerca a la teoría monetaria clásica. Cuatro años más tarde comienza su crítica a Ricardo, pero no sería hasta 1857-1858 cuando Marx comience a elaborar de forma sistemática los principios de su teoría monetaria, en los Grundrisse. A esta obra se dedicará el apartado cuarto. En ella se encuentra el núcleo de lo que se convertirá en su teoría monetaria en la Contribución a la crítica de la economía política. En los Grundrisse aparece ya de forma diáfana la antítesis de la teoría cuantitativa, el abandono de Ricardo, su fascinación por Thomas Tooke y sus simpatías por la Banking School. La teoría monetaria de Marx aparece expuesta de forma sistemática en la Contribución; allí no sólo expone su teoría tal y como la analizaremos en el apartado quinto, también dedica un largo capítulo a reconstruir lo que podríamos denominar una historia doctrinaria de la teoría monetaria. A sintetizarla se dedicará el apartado sexto, que termina con una síntesis apretada de la controversia entre la Banking School y la Currency School, síntesis justificada por las simpatías que Marx sentía por la Banking School. Finalmente, los dos últimos apartados se dedican a la teoría monetaria de Marx en El Capital y a su teoría mucho más ortodoxa del tipo de interés: el siete y el ocho respectivamente.

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 En el apartado siete se sintetiza su análisis monetario, llamamos la atención sobre algunos non sequitur y nos hacemos eco de su crítica a la ley de los mercados de Say. En el apartado ocho se expone una síntesis de sus ideas sobre el tipo de interés.
 
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