El artículo desarrolla la idea de que la nueva fenomenología de Richir en sus puntos centrales (el fenómeno como clignotement, la reducción hiperbólica, etc.) lleva adelante la superación metacrítica sugerida en su día por la concienzuda lectura hegeliana que Adorno hizo de las obras que Husserl publicó en vida. Al recuperar el planteamiento dialéctico de Adorno, los desarrollos del materialismo filosófico de Gustavo Bueno se iluminan en su propia génesis desde una nueva perspectiva que permite entender mejor la reciente polémica entre el materialismo filosófico y el materialismo
fenomenológico acerca del papel del Ego trascendental.
Dado que no soy un especialista en fenomenología ni
pertenezco a ningún grupo husserliano reconocido, debo comenzar la presentación
de este curso sobre una orientación muy específica de esta influyente y amplia
corriente del pensamiento explicitando, más que justificando las perplejidades
que encierra el interrogante del título. Porque, si hemos de hacer caso a Paul
Ricoeur, quien propuso llamar fenomenólogos a todos los que se ocupan del «modo
de aparecer» de no importa qué y a todos aquellos que «describen unas
apariencias o unas apariciones» (Sur la Phénomenologie, 1953)1, es difícil
atribuir novedad a una corriente que se remontaría al siglo XVIII, y que tuvo
un estallido revolucionario y romántico en la Fenomenología del Espíritu de
Hegel en 1807. En este sentido todos somos fenomenólogos e incluso nuestra
posición expectante ante la aparecencia (o comparecencia) de Marc Richir en
este foro tiene algo de fenomenológico.
Para un profesor de Filosofía General, al que ningún período
de la filosofía le es ajeno,como es mi caso, es una cuestión de mera erudición
libresca retrotraer la fenomenología a J.H. Lambert en 1764, pero al mismo
tiempo conceder los créditos de su renovación fundamental al uso husserliano
del término, de manera que todos los demás son meros predecesores, llámense
Kant, Hegel, Brentano o Stumpf, todos ellos, por cierto alemanes, o bien
epígonos o sucesores. La Arqutectónica
de Marc Richir, una orientación muy específica dentro del movimiento fenomenológico,
se autoproclama ciertamente como una refundación (o refundición). Pero, incluso
tomando como origen del movimiento a las Investigaciones Lógicas de Husserl, ya
en el siglo XX, sigue siendo cierto que la fenomenología no se presta a una
sola lectura canónica, de modo que se refunda cada poco: «La fenomenología -añade el propio Ricoeur− consiste en buena parte en
una historia de las herejías husserlianas. La arquitectura que señala la obra
del maestro ha contribuido a que no se diera una ortodoxia husserliana» (A
l’école de la phénoménologie, 1986).
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