Foto: Nicolás Maduro & Juan Manuel Santos |
La Cumbre Presidencial realizada en Cartagena giró
alrededor de un acuerdo binacional para enfrentar el contrabando, aunque
también abordó otros temas de importancia estratégica para el país. Santos
propuso retomar la resolución 399 de la CAN, objetada por el Presidente Chávez
(1999), sobre el transporte de carga por carretera. También sugirió aplicar el
pago en moneda local en el comercio bilateral, con retorno del excedente
en una “moneda convertible”.
Antes de darle luz verde a las empresas transportistas
colombianas para que exploten el jugoso negocio del transporte de carga
internacional, sería prudente evaluar el impacto que esta medida
tendrá en el desplazamiento de los transportistas venezolanos, no solo de la ruta
internacional, sino también, del transporte de cabotaje, generando con
ello desempleo en Venezuela, además del impacto que tendría en el uso de las
carreteras, en la pérdida de soberanía en áreas estratégicas como la economía y
la seguridad nacional.
Sin embargo, el pago en moneda local es un mecanismo que contribuye a lograr independencia del dólar pero, esta iniciativa no tendría viabilidad ni pertinencia, mientras Venezuela no tenga un tipo de cambio único y las casas de cambio colombianas fronterizas, a la libre fijen el dólar paralelo y la relación peso/bolívar basada en la demanda de la economía del contrabando, con la anuencia implícita del gobierno colombiano y el uso para esos fines de la plataforma del sistema financiero de ambos países.
Sin embargo, el pago en moneda local es un mecanismo que contribuye a lograr independencia del dólar pero, esta iniciativa no tendría viabilidad ni pertinencia, mientras Venezuela no tenga un tipo de cambio único y las casas de cambio colombianas fronterizas, a la libre fijen el dólar paralelo y la relación peso/bolívar basada en la demanda de la economía del contrabando, con la anuencia implícita del gobierno colombiano y el uso para esos fines de la plataforma del sistema financiero de ambos países.
Santos solicitó también que PDVSA retome el suministro de gasolina a los Departamentos fronterizos colombianos a “precios competitivos” o preferenciales, por debajo del precio de mercado (1.19 $/l o 60 Bs/l a SICAD II), para “competir” con la oferta de los contrabandistas. Los resultados de un convenio similar suscrito por los presidentes Chávez y Uribe (2009) fueron desastrosos. El contrabando se incrementó en lugar de reducirse y el combustible enviado por PDVSA a ECOPETROL (100.000 b/d) se desvió hacia otros destinos. Fue peor el remedio que la enfermedad. Solo con el esfuerzo de ambos Estados, aplicando inteligencia, controles efectivos y reduciendo la brecha entre el precio local y el internacional, será posible abatir este flagelo.