Jorge Luis Borges ✆ Tullio Pericoli |
Historia
Universal de la Infamia, fue escrita en 1934 y
publicado el libro en 1935, tiene una dedicatoria: Dedico este libro a I.J.: Inglesa, innumerable y un Ángel. Además: Te
ofrezco ese núcleo de mí mismo que he salvado, de algún modo: ese corazón que
no comercia con palabras, que no trafica con sueños, y que no ha sido tocado
por el tiempo, por el júbilo, por las adversidades [ii].
En 1943, cuando el escritor recopiló las
poesías escritas en un volumen que llamó Poemas
(1922-1943), podemos descubrir que la dedicatoria de este libro es parte de un
texto escrito en inglés, un segundo poema que tituló: Poemas en Prosa para I.J. En 1954 en otra edición de Poemas (1923-1953), el autor cambia el
título a: Two English Poems (Dos Poemas Ingleses), y en una nota a
pie de página aclara que el primero de ellos fue escrito para Beatriz Bibiloni
Webster de Bullrich.
Lo curioso es que se publica la segunda
edición de Historia Universal de la
Infamia, con un nuevo prólogo, con el mismo texto de la dedicatoria en
inglés, pero ahora destinada a otra persona, a otra mujer, de no menos
desconocida identidad con solo las siglas S.D. que reemplaza a las de I.J. de
la edición prístina.
Y finalmente, a partir de la edición de Poemas (1923-1958), y luego en la
compilación El Otro, el Mismo (1964),
los dos poemas ingleses quedarán definitivamente dedicados a Beatriz Bibiloni
Webster de Bullrich; y en el caso de la Historia
Universal de la Infamia, permanecerán inalteradas las iniciales y el texto
en inglés de la dedicatoria, dirigidas, desde la segunda edición, a la mujer
identificada con las siglas S.D.
Mucho se ha especulado sobre los nombres de estas
damas, jamás revelados por el hermético autor y en la edición de las Obras
Completas (1974), que el propio Borges supervisó, no habrá referencias a
la misteriosa I.J.
Por otra parte su amigo Adolfo Bioy
Casares[iii], escribe acerca de la señora Bibiloni Webster de Bullrich los
siguientes comentarios:
Jueves 6
de diciembre de 1951:
La señora Bibiloni de Bullrich explicó a Borges: “Así como a usted le interesa conocer poetas y escritores, a mí me interesa conocer gente rica” (…)
La señora Bibiloni de Bullrich explicó a Borges: “Así como a usted le interesa conocer poetas y escritores, a mí me interesa conocer gente rica” (…)
Cuenta que en la plaza había fuegos
artificiales, salieron a verlos. La señora Bibiloni explica: “De pronto vimos una bola de fuego que
avanzaba sobre nosotros. Los demás escaparon. Yo, con mi psiquismo, comprendí
que no me pasaría nada. Después tuve que ir a la farmacia, porque salí con las
piernas llenas de quemaduras”.
El propio Borges la describe de esta manera:
“Es invulnerable a la realidad. El cuento es perfecto: se ve una persona cegada por la vanidad. En la misma frase se elogia por el psiquismo que le permitió intuir que no le pasaría nada y reconoce que se quemó”. Sobre su manera de hablar dice: “No creas que mantiene una línea fonética invariable; al final de las frases decae y se prolonga en un murmullo, en una especie de rezongo de niña vieja”.
18 de mayo de 1955:
Me cuenta que la señora Bibiloni de Bullrich estaba arreglando un placard, se cayó de una silla, se rompió una pierna y tendrá dos meses de cama. Todos la miraban solícitos y compadecidos. Animosa, ella explicó: “Yo caí como un gato, con elegancia, y no me pasó nada”. Mientras decía eso estaba enyesada y con pesas. El marido comentó con irritación: “Sí, caíste como un gato, pero vas a tener dos meses de sanatorio” [iv].
La señora en cuestión estaba casada con Héctor
“Tito” Bullrich Urioste. Era una dama de clase alta, dueña de una mezcla de
cosas en su carácter que provocaban bastante risa; y lo cierto es que, a pesar
de lo que cuenta Bioy Casares, a la señora le dedicaron uno de los textos más
bellos de la literatura española del pasado siglo[v].
En Cuba se publicó, por la Casa de las
Américas, un libro llamado Páginas
escogidas que contiene estos poemas y otros textos de gran valía del autor.
Los Dos poemas ingleses se consideran
textos de transición y de formación estética del autor, una etapa
nacionalista-populista-ultraísta que irá conduciendo hasta una estética de la
lectura, una “teoría de la escritura como escritura de lecturas y no como
escritura de invenciones”.
Según la noticia que provee el mismo autor en
el Ensayo autobiográfico, los poemas
ingleses constituyen un experimento que abandonó. Fracaso o no, en la elección
del inglés –y no cualquier registro de inglés, sino uno arcaico y limpio de
latinismos– que usó para escribirlos.
Jorge Luis Borges ✆ Garufa |
Borges esboza rasgos de lo que sería esa
matriz literaria presente en obras posteriores y se mueve desde ya en la
angustia universal, el verdadero centro de su obra. La condición de soledad del
hombre en medio de un universo ininteligible y cuyo orden es inaccesible para
él.
Ambos poemas participan del patrimonio del
universo que propugnaba Borges, sin por ello dar la espalda a lo local. Una
herencia e interlocución que recogerá toda la larga tradición filosófica
occidental que permea la mitología clásica y merece abundantes comentarios de
Platón[vi].
Recordemos que de 1934 data su primer intento
de suicidio. Un Borges con insomnio, triste, ya ciego y que no se
relacionaba físicamente con ninguna mujer.
No hay luz sobre las iniciales I.J. ni de SD,
solo conjeturas, y lo verdadero es que el autor de El Aleph escribió dos poemas
entrañables y apasionados, lejanos de las demás descripciones que usará en lo
adelante para el amor.
¿Escogió el inglés para eludir a un algún
marido celoso? Tampoco se sabe, él no volverá a decir que ama, y los
investigadores de su obra tampoco han encontrado otro poema escrito en inglés
después de estos.
Este Borges, en inglés, a diferencia del
Borges que escribe en español -pleno de referencias, así como de largas y
eruditas citas-, es llano, directo, íntimo, toca a la mujer que ama, la esconde
ante otros, la deja solo para sí [vii]. Un hombre que sabe que no encontrará el
amor, un hombre que se ve condenado a la desdicha y a la tristeza, un hombre que
sabe que “la puerta es la que elige”.
Dos poemas ingleses [viii]
A Beatriz Bibiloni Webster de Bullrich
¿Con qué puedo retenerte?
Te ofrezco magras calles, ocasos desesperados, la luna
de los corroídos suburbios.
Te ofrezco la amargura de un hombre que ha mirado
largamente a la luna solitaria.Te ofrezco mis antepasados, mis muertos, los fantasmas
que hombres vivientes han honrado en mármol:
el padre de mi padre muerto en la frontera
de Buenos Aires, dos balas a través de sus pulmones,
barbado y muerto, envuelto por sus soldados
en el cuero de una vaca; el abuelo de mi madre
-con tan solo venticuatro años- encabezando
una carga de trescientos hombres en el Perú, ahora
espectros en desvanecidos caballos.Te ofrezco cualquier agudeza que puedan contener
mis libros, cualquier hombradía o humor en mi vida.Te ofrezco la lealtad de un hombre que nunca ha sido leal.
Te ofrezco ese meollo de mí mismo que he salvado,
de alguna manera: el corazón central que no
comercia con palabras, no trafica con sueños,
y está intocado por el tiempo, por la alegría,
por las adversidades.Te ofrezco la memoria de una rosa amarilla vista
en el ocaso, años antes de que hubieras nacido.Te ofrezco explicaciones de ti misma, teorías sobre ti misma,
auténticas y sorprendentes noticias de ti misma.Te puedo dar mi soledad, mi oscuridad, el hambre
de mi corazón; trato de sobornarte con
la incertidumbre, con el peligro, con la derrota.(De El otro, el mismo)
[ii] La
nota original dice: “I inscribe this book to I.J.: English, innumerable and an
Angel. Also: I offer her that kernel of myself that I have
saved, somehow – the central heart that deals not in words, traffics not with
dreams and is untouched by time, by joy, by adversities”.
[iii] (15 de septiembre de 1914- 8 de marzo de
1999), escritor de ficción argentino y periodistas.
[iv] Todas estas anécdotas aparecen dispersas
en un libro publicado en el 2006 por Bioy Casares. Ver enhttp://dialogandodemiconmigo.blogspot.com/2009/05/la-meta.html
[vi] Ver Ortiz-Diaz, Jesús E. “Two English
Poems o el minotauro en el laberinto”.
University of California- Davis, enhttp://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v22/ortizdiaz.html
[vii] Ver Camou, Antonio (2006): “Dos poemas
de Borges y una mujer perdida”. Enhttp://www.diariolamanana.com.ar/noticias%2Finformacion-general%2Fdos-poemas-de-borges-y-una-mujer-perdida_a5771
[viii] Aunque existen varias traducciones he
preferido usar la del poeta y profesor Roberto Fernández Retamar.
http://www.cubadebate.cu/ |