
Al analizar las “nuevas” medidas cambiarias anunciadas por el Presidente Maduro, observamos con preocupación que al mantenerse el anclaje cambiario, se persiste en la “candidez” irresponsable al presumir que todo burócrata, importador o comerciante que gestiona o recibe dólares preferenciales, trasladará al consumidor el jugoso subsidio cambiario y, que en la cadena burocrática que asigna las divisas no se aplicarán más coimas o que éstas se minimizarán con más “controles”. Al reconducir esa política nefasta se ancla la corrupción y sigue activo el motor que mueve el contrabando, el bachaqueo, el acaparamiento, la inflación, la escasez y la fuga de capitales. Ahora, con dos tipos de cambio, el fijo a 10 b/$, con él que se realizará el 80% de las importaciones y el otro, supuestamente “flotante”, dependiente de la intervención de un BCV inhábil para competir con el “dólar Cúcuta”, porque tiene seca la bóveda de divisas. Al mantenerse el statu quo cambiario seguirá la fiesta de los corruptos, mientras tanto, el pueblo padece los rigores de las colas, la inflación y la escasez. Parafraseando a Einstein, “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.