John Berger ✆ Shirley Nette Williams |
En
noviembre de 1619 el filósofo francés René Descartes se retiró a fin de
reflexionar sobre los fundamentos del conocimiento de nosotros mismos y del
mundo. Desde la reflexión que produce la certeza incruenta del cogito sostuvo:
“Pienso, luego existo”. Años antes,
en 1571, el pensador Michel de Montaigne, aquejado cada vez más de melancolía,
se había retirado a la torre de la biblioteca en su finca en el Périgord, donde
comenzó a escribir sus Ensayos. Tenía
38 años. Desde las ventanas se podían ver sus fincas y el filósofo podía
comprobar así si sus hombres estaban o no eludiendo su trabajo. Inscritas en
las paredes y las vigas de su cámara en la torre, unas 60 máximas en griego y
latín.
Al
igual que Descartes y Montaigne, el crítico de arte, escritor, pintor y poeta,
John Berger (Hackney, Londres, 5 de noviembre de 1926 – París, 2 de enero de
2017) ha influido de forma decisiva en la historia universal de las ideas. Uno
de los intelectuales británicos más influyentes de los últimos 50 años, su obra
ha conformado el pensamiento de al menos dos generaciones de artistas y
estudiantes. Desde una fecha tan lejana como 1958, cuando escribió su primera
novela, Un pintor de nuestro tiempo,
sus libros tratan del exilio y la diferencia, que, desde entonces, se han
convertido en cuestiones políticas y sociales de primer orden.