John Berger |
Ese mismo año se emitió en la BBC su miniserie Ways of seeing (Modos de ver), en la que
abordó nociones esenciales de estética, visión y crítica de arte como las
planteadas por Walter Benjamin en su ensayo La
obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, recreándolas de
manera innovadora, inteligente y audiovisual a la vez que oficiaba de elegante
presentador. La serie, que después mereció un libro de igual nombre y consulta
imprescindible reeditado hasta el presente, se volvió de referencia para
críticos, docentes y artistas.
Berger comenzó siendo pintor, vocación por la que se escapó
a los 16 años del colegio. Después obtuvo una beca para entrar en la Central School of Art de Londres, pero
abandonó de manera temporaria los estudios para enrolarse en el Ejército
británico entre 1944 y 1946, en plena Segunda Guerra Mundial. Al término del
conflicto siguió estudiando arte, impartió clases de dibujo y empezó a redactar
artículos en Tribune, donde tuvo como
editor a George Orwell. Más tarde se abocó a la tarea por una década en New Statesman; allí se mostró defensor
del marxismo y del realismo.
A los 30 años decidió dejar de pintar y dedicarse a la
escritura, con la convicción de que el álgido escenario de Guerra Fría requería
de esa arte. En 1958 publicó su primera novela, Un pintor de nuestro tiempo, un texto en primera persona sobre un
pintor húngaro exiliado en Londres. El libro fue retirado al mes de las
librerías por presión de una asociación de abogados anticomunistas.
Empujado por ese espíritu moral, político y humanista, a los
50 años, el escritor se fue a vivir a un pueblo francés de montaña de la Alta
Saboya. Allí convivió con campesinos y llegó a definirse como uno de ellos. En
la trilogía De las fatigas, gestada a
lo largo de 15 años e integrada por Puerca
tierra (1979), Una vez en Europa
(1987) y Lila & Flag (1990), se
dedicó a evocar con hondura y detallismo la extinción del campesinado y la
progresiva movilización de la vida rural a la urbana.
En 2013 había quedado viudo de la editora Beverly Bancroft,
la primera en leer sus textos, a quien conoció a comienzos de la década de 1970
y con la que tuvo tres hijos. A ella le dedicó uno de sus últimos libros, el
breve y sentido Rondó para Beverly
(2015),. Entre sus libros se destacan Fama
y soledad de Picasso (1965), De A
para X (2008) o El cuaderno de Bento
(2011). Una editorial estaba recuperando sus primeras novelas, como El pie de Clive (1962) y La libertad de Corker (1964), quien también
se encargará de publicar Confabulations,
su último libro, en el que analiza el lenguaje desde dibujos, notas y
reflexiones.