“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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12/10/12

Stendhal / Un escritor francés que logró volverse italiano: Cuando necesitaba decirse algo importante lo hacía en inglés

Henri Beyle / Stendhal
Cada libro encuentra su título

Juan Forn

Había una vez un escritor francés que logró volverse italiano. Así quería Stendhal que lo recordaran, aunque muy en privado confesara que cuando necesitaba decirse algo importante a sí mismo se lo decía en inglés, porque hay que ser conciso para las cosas importantes. Stendhal se sabía gozosamente bocón, en una época y un lugar en que no era aconsejable ser bocón. De ahí que firmara sus libros con seudónimo: en la vida real era Henri Beyle, vicecónsul del gobierno monárquico francés en Civitavecchia, un puesto de pacotilla, la única manera que se le ocurrió a un bonapartista como él para mantenerse fuera de Francia, en los dos sentidos de la palabra mantenerse. En Italia la pasaba bomba, a su modo: todas las mujeres hermosas de su época le partieron el corazón, pero no se privó de los favores de ninguna. El las lloraba gozosamente y después escribía sobre ellas. Dije que Stendhal se sabía bocón; así fue cómo descubrió que la única manera en que alguien como él podía ser conciso era siendo digresivo: pasando de un tema a otro, para evitar decir de más y poder seguir escribiendo. Por eso, según él, había que escribir con el Código Civil siempre sobre la mesa, bien a mano, para recordarse ser concisos como un artículo de dicho mamotreto, y así cambiar de tema también.