“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

13/9/07

¿Le estamos haciendo a Chávez un traje a su medida con la Reforma Constitucional?

Puede ser que si, y… ¿cuál es el problema?


Omar Montilla

La respuesta es sí y la explicación es la siguiente: Chávez ha sido el único presidente, por lo menos durante los últimos 170 años de historia, que ha tenido, ha expuesto y ha ejecutado un proyecto de país para Venezuela. Estamos de acuerdo que el grado de postración en que se encontraba nuestra Patria ameritaba y amerita de un largo período para su recuperación, y esta operación, duro es decirlo, sólo la puede llevar a cabo Chávez, por el coraje, la disposición y el empeño que ha puesto para concebir y ejecutar ese proyecto, que no es sólo suyo ni es sólo para él.

Después de Chávez, venga quien venga, debe encontrar a un país completamente distinto, renovado y enrumbado de verdad hacia el siglo XXI. Veremos a Venezuela convertida en una pequeña potencia mundial, sin los dramáticos niveles de exclusión que prevalecieron durante todo el siglo XX; con unos niveles de pobreza reducidos a su mímina expresión; con las misiones extinguidas o en vías de extinción, porque las mismas se justifican por razones de la emergencia que vive Venezuela. Para entonces, cuando de verdad Chávez ya no esté, por voluntad propia, del destino o del electorado, Venezuela será respetada, sin la amenaza permanente de un Golpe de Estado, de una invasión o de un magnicidio.

Cuando Chávez ya no esté con nosotros, por razones personales, naturales o políticas -uno no puede saberlo-, estaremos en plena faena construyendo el socialismo, porque esa ha sido su promesa y quienes creemos en él y en esa oferta lo estamos apoyando y le estamos haciendo un traje a su medida para que no tenga mayores obstáculos, -los que nosotros podamos remover con nuestra voluntad soberana- en el cumplimiento de su misión. Chávez ha expuesto y ha cumplido con lo que ha prometido, y por eso una mayoría cada vez más creciente de venezolanos está convencida de que el Proyecto de Reforma Constitucional que alienta es conveniente para Venezuela.

Pero la respuesta puede ser no y he aquí la explicación: Si el Proyecto de Reforma Constitucional se redujera sólo a la reelección continuada de Chávez “per secula seculorum”, nos veríamos en problemas y yo, lo digo con franqueza, no lo apoyaría. Pero se trata de un paquete de medidas que no son un traje a la medida para Chávez, sino para Venezuela. Que se sepa, Chávez no tiene ni quiere latifundios o propiedades que le permitan enriquecerse en forma ilimitada; no es propietario de empresas que le induzcan aspirar a ejercer un monopolio, no aspira a que la jornada de 6 horas diarias lo beneficie personalmente, porque en la práctica las triplica; no puede, ni material ni políticamente, ejercer un control sobre los Consejos Comunales, por lo que el Poder Popular será un poder de verdad. Recuerden, que como lo dijo Guzmán Blanco, Venezuela es “un cuero seco, que si lo pisan por un lado, se levanta por el otro”, nunca hemos tenido ni tendremos voluntad para ser esclavos, ni siervos sumisos.

El traje a la medida que estamos confeccionando es para Venezuela, porque queremos un Estado, un País y un Gobierno unidos, no fragmentado, en republiquetas en manos, eso sí es verdad, de caciquillos depredadores. Queremos construir una estructura que permitra el control de la gestión de los funcionarios por el Poder Popular. Queremos un país democrático, participativo y protagónico. Queremos un país sin pobreza, con niveles de educativos, de salubridad y deportivos, óptimos. Queremos un país más solidario con nuestros hermanos que sufren en todo el mundo. Queremos un país con una Fuerza Armada patriótica, popular y anti-imperialista, no un cuerpo enteco al servicio del imperio. Queremos en fin, un país próspero, digno, respetado y respetable. ¿Es mucho pedir? Si nosotros con Chávez podemos hacer realidad este sueño, ¿cuál es el problema?

Por eso, compatriotas, cuando nos hagan esa pregunta, contesten con franqueza, que sí y que no. No es guabineo. No tenemos ningún empacho en reconocer algunos aspectos que aparentemente pudieran ser difíles de explicar. Digamos la verdad y verán los buenos resultados que tendremos.

Si el problema es la reelección continuada, no veo los motivos de preocupación porque tenemos garantizado el referendo revocatorio de su mandato. Si Chávez no cumple, entonces es muy fácil salir de él. Lo que queremos los venezolanos, y por eso lo incluiremos en la Carta Magna, es tener la posibilidad de reelegir a Chávez o a quien sea, las veces que queramos y de poder revocarle su mandato cuando nos venga en gana. Entonces ¿cuál es el problema?

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