Foto: Trayvon Martin |
Especial
para La Página
|
Trayvon Martin vivía en Miami. Estaba en Sanford, cerca de
Orlando, visitando a su padre y se estaba quedando en el barrio privado
conocido como The Retreat en Twin Lakes, donde Zimmerman se ofreció como
voluntario para el programa de vigilancia barrial. El Miami Herland informó que
Zimmerman llamaba frecuentemente a la policía y que había realizado 46 llamadas
desde enero de 2011. Mientras realizaba una de sus rondas como guardia
auto-proclamado y al tiempo que ocultaba su pistola 9 milímetros, llamó al 911
y dijo: “Hay un hombre realmente
sospechoso...Este tipo parece estar tramando algo, o es drogadicto o quién sabe
qué. Está lloviendo y él está deambulando por aquí, husmeando”.
Posteriormente, durante la misma llamada, Zimmerman exclamó:
“Está bien. Estos hijos de p— siempre se
salen con la suya. [Blasfema] Se está
escapando”.
A continuación se escucha el sonido de los movimientos de
Zimmerman, junto con una frase controvertida pronunciada en voz baja que muchos
piensan que fue “negros de [insulto]”.
Al oír a Zimmerman correr, el operador del 911 preguntó: “¿Lo está siguiendo?”.
A lo que Zimmerman respondió: “Sí”. El operador le dijo a continuación: “Bueno, no es necesario que lo siga, no
queremos que lo haga”.
Otra llamada al 911 que se hizo pública es la de una mujer
que escucha a alguien gritar y pedir auxilio cuando, en un momento de la
comunicación, se oye un disparo.
Las testigos Mary Cutcher y Selma Mora Lamilla también
escucharon los gritos, que según la policía pueden haber sido de Zimmerman, lo
que apoyaría su versión de los hechos, a pesar de que tenía un arma y pesaba 35
kilos más que Trayvon Martin.
Cutcher dijo en una conferencia de prensa:
“No creo que haya sido en defensa propia porque escuché los gritos. Si Zimmerman estaba gritando hubiera continuado gritando luego del disparo. Eso fue lo único que vi esa noche, escuché los gritos. Estábamos en la cocina cuando escuché los gritos. Era un niño. En cuanto se escuchó el disparo no hubo más gritos. Entonces, eso indica que Zimmerman no era quien gritaba”.
El Jefe de Policía de Sanford, Bill Lee, defendió la
decisión de su departamento de no arrestar a Zimmerman. Colocaron el cuerpo de
Trayvon en una funda y y se lo llevaron. Lo catalogaron como “N.N.”, a pesar de
que tenían su teléfono celular, que cualquier persona, y más aún un oficial de
policía con una víctima de un disparo, podría haber utilizado para
identificarlo fácilmente. Su cadáver permaneció durante varios días en la
morgue sin identificar, a pesar de que sus padres lo habían reportado como
desaparecido. Examinaron el cuerpo de Martin en busca de rastros de drogas o
alcohol. A Zimmerman no lo examinaron. Los vecinos señalaron que Zimmerman
cargó algunas cosas en un camión de mudanzas y se marchó.
Mientras la policía y el fiscal del estado Norm Wolfinger
defendieron su falta de acción, el país entero comenzó a exigir justicia, lo
que llevó al Departamento de Justicia de Estados Unidos a realizar una
investigación y a Wolfinger a prometer convocar a un Gran Jurado. El Reverendo
Glenn Dames, pastor de la Iglesia Episcopal Metodista Africana de St James en
la localidad vecina de Titusville, calificó la muerte de Martin de
“linchamineto moderno”:
“Nos hemos convertido en la voz de Trayvon Martin en todo el estado, en todo el país, incluso en el mundo. Desde aquí hasta Japón la gente está publicando en Tweeter y Facebook sobre la tragedia de este crimen. Sanford es una localidad en el centro de Florida que tiene una larga historia de hacer cosas como estas prácticas de investigación cuestionables. Y ahora han encontrado la horma de su zapato, porque tanto la comunidad como el país hemos declarado que ya no nos quedaremos de brazos cruzados. Se trata de un linchamiento moderno”.
El pedido del Reverendo Dames de que se arreste a Zimmerman
de inmediato fue apoyado por los organizadores de la marcha “Million Hoodie” de
la ciudad de Nueva York, denominada así por el buzo con capucha que vestía
Martin el día que fue asesinado y que constituye un símbolo del estereotipo racial.
Los padres de Trayvon, Tracy Martin y Sabrina Fulton, se
sumaron a la marcha en la ciudad de Nueva York y exigieron que se arreste al
culpable.
Tracy Martin declaró:
“George Zimmerman le quitó la vida a nuestro hijo. Lo estereotipó. Nuestro hijo no merecía morir. No hay nada que podamos hacer para traerlo de regreso, pero aquí estoy hoy para asegurarme de que se haga justicia y de que otros padres no tengan que pasar por esto”.
La Asociación Estadounidense por el Progreso de la Gente de
Color (NAACP, por sus siglas en inglés) pidió la destitución del Jefe de
Policía de Sanford, Bill Lee, entre otras demandas. Su presidente, Ben Jealous,
dijo:
“La realidad es que este jefe de policía ha perdido la confianza de la ciudad, ha perdido la confianza de la comisión del condado. El administrador de la ciudad ha estado en su cargo por seis meses. Creo que sería razonable que escuchara a los habitantes que piden justicia, que escuchara a la comisión de la ciudad que lo puso en su cargo, que escuchara a personas como a nuestro presidente regional, Turner Clayton, que ha sido funcionario de la ley durante 26 años y presidente de la Asociación por el Progreso de la Gente de Color durante 24 años, es decir que desempeñó ambas funciones a la vez durante 12 años, y sostiene que este tipo debe renunciar. Simplemente debe renunciar. Ayer se me acercó un hombre blanco mayor y me dijo sin rodeos: 'Esta justicia que favorece a los blancos debe terminar'”.
Ben Jealous también se refirió al comentario realizado por
un vecino durante una asamblea popular en una iglesia de la zona de Sanford el
martes por la noche: “’Si alguien mata a
un perro en esta localidad, va preso al día siguiente’”. Jealous continuó:
“Trayvon Martin fue asesinado hace cuatro semanas y el culpable aún anda
suelto”.
Aún anda suelto y está armado.
Denis
Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Amy Goodman |
© 2012 Amy
Goodman
Texto en
inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now!
en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman
es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite
diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de
350 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema:
Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado
por Le Monde Diplomatique Cono Sur.