“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

23/3/12

Linchamiento moderno / El asesinato de Trayvon Martin

Foto: Trayvon Martin 
Amy Goodman

Especial para La Página
En la lluviosa noche del domingo 26 de febrero, Trayvon Martin, de 17 años, se dirigió a una tienda de alimentos en Sanford, Florida. Al regresar a su casa con las golosinas y el té helado que había comprado, Trayvon murió de un disparo. El asesino, George Zimmerman, no huyó. Sostuvo que mató al joven en defensa propia. La Policía de Sanford le creyó y lo dejó en libertad. Desde entonces, aparecieron varios testigos, se hicieron públicas llamadas realizadas al 911 y la noticia del asesinato provocó indignación a nivel mundial.

Trayvon Martin vivía en Miami. Estaba en Sanford, cerca de Orlando, visitando a su padre y se estaba quedando en el barrio privado conocido como The Retreat en Twin Lakes, donde Zimmerman se ofreció como voluntario para el programa de vigilancia barrial. El Miami Herland informó que Zimmerman llamaba frecuentemente a la policía y que había realizado 46 llamadas desde enero de 2011. Mientras realizaba una de sus rondas como guardia auto-proclamado y al tiempo que ocultaba su pistola 9 milímetros, llamó al 911 y dijo: “Hay un hombre realmente sospechoso...Este tipo parece estar tramando algo, o es drogadicto o quién sabe qué. Está lloviendo y él está deambulando por aquí, husmeando”.

Posteriormente, durante la misma llamada, Zimmerman exclamó: “Está bien. Estos hijos de p— siempre se salen con la suya. [Blasfema] Se está escapando”.

A continuación se escucha el sonido de los movimientos de Zimmerman, junto con una frase controvertida pronunciada en voz baja que muchos piensan que fue “negros de [insulto]”. Al oír a Zimmerman correr, el operador del 911 preguntó: “¿Lo está siguiendo?”. A lo que Zimmerman respondió: “Sí”. El operador le dijo a continuación: “Bueno, no es necesario que lo siga, no queremos que lo haga”.

Otra llamada al 911 que se hizo pública es la de una mujer que escucha a alguien gritar y pedir auxilio cuando, en un momento de la comunicación, se oye un disparo.

Las testigos Mary Cutcher y Selma Mora Lamilla también escucharon los gritos, que según la policía pueden haber sido de Zimmerman, lo que apoyaría su versión de los hechos, a pesar de que tenía un arma y pesaba 35 kilos más que Trayvon Martin.

Cutcher dijo en una conferencia de prensa:
“No creo que haya sido en defensa propia porque escuché los gritos. Si Zimmerman estaba gritando hubiera continuado gritando luego del disparo. Eso fue lo único que vi esa noche, escuché los gritos. Estábamos en la cocina cuando escuché los gritos. Era un niño. En cuanto se escuchó el disparo no hubo más gritos. Entonces, eso indica que Zimmerman no era quien gritaba”.
El Jefe de Policía de Sanford, Bill Lee, defendió la decisión de su departamento de no arrestar a Zimmerman. Colocaron el cuerpo de Trayvon en una funda y y se lo llevaron. Lo catalogaron como “N.N.”, a pesar de que tenían su teléfono celular, que cualquier persona, y más aún un oficial de policía con una víctima de un disparo, podría haber utilizado para identificarlo fácilmente. Su cadáver permaneció durante varios días en la morgue sin identificar, a pesar de que sus padres lo habían reportado como desaparecido. Examinaron el cuerpo de Martin en busca de rastros de drogas o alcohol. A Zimmerman no lo examinaron. Los vecinos señalaron que Zimmerman cargó algunas cosas en un camión de mudanzas y se marchó.

Mientras la policía y el fiscal del estado Norm Wolfinger defendieron su falta de acción, el país entero comenzó a exigir justicia, lo que llevó al Departamento de Justicia de Estados Unidos a realizar una investigación y a Wolfinger a prometer convocar a un Gran Jurado. El Reverendo Glenn Dames, pastor de la Iglesia Episcopal Metodista Africana de St James en la localidad vecina de Titusville, calificó la muerte de Martin de “linchamineto moderno”:
“Nos hemos convertido en la voz de Trayvon Martin en todo el estado, en todo el país, incluso en el mundo. Desde aquí hasta Japón la gente está publicando en Tweeter y Facebook sobre la tragedia de este crimen. Sanford es una localidad en el centro de Florida que tiene una larga historia de hacer cosas como estas prácticas de investigación cuestionables. Y ahora han encontrado la horma de su zapato, porque tanto la comunidad como el país hemos declarado que ya no nos quedaremos de brazos cruzados. Se trata de un linchamiento moderno”.
El pedido del Reverendo Dames de que se arreste a Zimmerman de inmediato fue apoyado por los organizadores de la marcha “Million Hoodie” de la ciudad de Nueva York, denominada así por el buzo con capucha que vestía Martin el día que fue asesinado y que constituye un símbolo del estereotipo racial.

Los padres de Trayvon, Tracy Martin y Sabrina Fulton, se sumaron a la marcha en la ciudad de Nueva York y exigieron que se arreste al culpable.

Tracy Martin declaró:
“George Zimmerman le quitó la vida a nuestro hijo. Lo estereotipó. Nuestro hijo no merecía morir. No hay nada que podamos hacer para traerlo de regreso, pero aquí estoy hoy para asegurarme de que se haga justicia y de que otros padres no tengan que pasar por esto”.
La Asociación Estadounidense por el Progreso de la Gente de Color (NAACP, por sus siglas en inglés) pidió la destitución del Jefe de Policía de Sanford, Bill Lee, entre otras demandas. Su presidente, Ben Jealous, dijo:
“La realidad es que este jefe de policía ha perdido la confianza de la ciudad, ha perdido la confianza de la comisión del condado. El administrador de la ciudad ha estado en su cargo por seis meses. Creo que sería razonable que escuchara a los habitantes que piden justicia, que escuchara a la comisión de la ciudad que lo puso en su cargo, que escuchara a personas como a nuestro presidente regional, Turner Clayton, que ha sido funcionario de la ley durante 26 años y presidente de la Asociación por el Progreso de la Gente de Color durante 24 años, es decir que desempeñó ambas funciones a la vez durante 12 años, y sostiene que este tipo debe renunciar. Simplemente debe renunciar. Ayer se me acercó un hombre blanco mayor y me dijo sin rodeos: 'Esta justicia que favorece a los blancos debe terminar'”.
Ben Jealous también se refirió al comentario realizado por un vecino durante una asamblea popular en una iglesia de la zona de Sanford el martes por la noche: “’Si alguien mata a un perro en esta localidad, va preso al día siguiente’”. Jealous continuó: “Trayvon Martin fue asesinado hace cuatro semanas y el culpable aún anda suelto”.

Aún anda suelto y está armado.

Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Amy Goodman
© 2012 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 350 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.