“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

11/3/12

Oswaldo Guayasamín / En su memoria

Quito: La Capilla del Hombre
Ecuador recuerda hoy al Pintor de Iberoamérica, Oswaldo Guayasamín, en el décimo tercer aniversario de su muerte. Guayasamín se ha convertido en el retratista de los dolores, masacres colonialistas y angustias de los pueblos de Ecuador, América y el mundo, pero también en el pintor de la lucha, el mestizaje, la esperanza y la reivindicación de los humildes y desposeídos.
Oswaldo Guayasamín
Maternidad

Su obra monumental, La Capilla del Hombre, es una edificación que cuenta con tres mil 600 metros cuadrados, en dos niveles, donde se expone una parte importante de la obra monumental del artista, fallecido el 10 de marzo de 1999. Cuando aún era un infante, veía a su madre con escasos centavos que a duras penas alcanzaban para comprar comida, pero la generosidad materna le llevaba algo más: saquillos de arroz y azúcar que, vacíos ya, le servían de lienzo al futuro maestro.

Nacido el 6 de julio de 1919, de padre indígena de ascendencia quechua y madre mestiza, Guayasamín termina la primaria e ingresa a la Escuela de Bellas Artes, donde su enorme talento lo hace destacar entre sus compañeros. A los 20 años viaja a Estados Unidos donde hace una breve muestra, y en el camino de regreso hacia Ecuador visitó varios países de América Latina en un viaje que marcó su vida y su obra.

Su primera colección se denomina “Huacay Ñan” (Camino del llanto) y es una serie de 103 cuadros pintados después de recorrer durante dos años países de Latinoamérica. “La Edad de la Ira” es la segunda gran serie pictórica o etapa, cuya temática fundamental son las guerras y la violencia, lo que el hombre hace en contra del hombre. “Mientras vivo siempre te recuerdo” constituyó la tercera gran serie o etapa, también conocida como "La Edad de la Ternura", que Guayasamín dedica a su madre y las del mundo, cuyos cuadros reflejan el amor y la ternura entre madres e hijos, y la inocencia de los niños.

 La Capilla del Hombre, verdadero monumento a la lucha y la creación humana frente al colonialismo, las guerras y la explotación, es hoy centro de un homenaje a quien mereció en vida el reconocimiento de estadistas, intelectuales y grandes revolucionarios.