¿Y qué es una puerta trasera en un circuito integrado?
Básicamente es un concepto similar al de las puertas traseras del mundo del
software, es decir, un mecanismo que permite que el fabricante o un tercero
pueda acceder al código con el que se ha programado el circuito integrado sin
demasiado esfuerzo y, por tanto, poder obtener un diseño completo del sistema,
alterar la programación del dispositivo o borrarla.
Según comenta el Doctor Sergei P. Skorobogatov del
Laboratorio de Computación de la Universidad de Cambridge, este hallazgo era
algo esperado y que ya había sido advertido por algunas agencias de
inteligencia como el MI5 del Reino Unido o la NSA de Estados Unidos y, con la
idea de comprobarlo, ha desarrollado un sistema de detección que permita verificar
la existencia de puertas traseras en dispositivos electrónicos programables.
La sorpresa se la han encontrado al analizar un circuito
integrado muy utilizado dentro de la industria del militar de Estados Unidos y
que se presuponía muy seguro puesto que se había hecho un gran énfasis, durante
su diseño, en el cifrado del código almacenado en éste. Sin embargo, por muy
seguro que era este chip y su grado de utilización en aplicaciones militares,
el circuito integrado era fabricado en China y, por lo que ha podido comprobar
el Doctor Skorobogatov, el fabricante había insertado una puerta trasera
(modificando el layout del circuito integrado) que podía ser activada con “una
clave” que permitía extraer el software grabado en él, alterarlo o,
directamente, borrarlo independientemente de las medidas de seguridad que
hubiese insertado el integrador del circuito.
Si tenemos en cuenta que, según Skorobogatov, este chip se
utiliza en sistemas de armas, plantas de energía nuclear o incluso medios de
transporte, la existencia de esta puerta trasera es toda una amenaza. De todas
formas, para que no cunda el pánico, este investigador no ha dado pista alguna
sobre el circuito integrado en cuestión pero, la verdad, da mucho que pensar
que un dispositivo para aplicaciones críticas se envíe a fabricar,
precisamente, a China.
Más del 90% de los circuitos integrados que se fabrican en
el mundo tienen su origen en China y parece claro que, tras leer las
conclusiones de Skorobogatov, no estaría de más realizar ciertas comprobaciones
y verificaciones para certificar que un circuito integrado es seguro y no
presenta ningún tipo de alteración; precisamente ahí es donde entra el sistema
de validación que ha realizado y con el que pretende evitar este tipo de
vulnerabilidades.
¿Amenaza real o auto-promoción? La verdad es que las
conclusiones publicadas por Skorobogatov dan mucho que pensar y, desde luego,
no sería muy descabellado que este tipo de cosas pudiesen ocurrir. Sin embargo,
bajo mi punto de vista, nadie en su sano juicio fabricaría componentes para
aplicaciones muy críticas en terceros países sin el adecuado control de calidad
y supervisión, ¿verdad? Vale la pena echarle un vistazo a un informe publicado
la semana pasada por el Comité de Servicios Armados del Senado de Estados
Unidos y los 1.800 casos de circuitos electrónicos vulnerables no solamente por
“mala fe” sino también por intentos de ahorrar en su fabricación.