“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

3/6/12

Las ratas de Andrés Pastrana

Alfredo Portillo

Especial para La Página
 Los expresidentes y excancilleres colombianos conforman una suerte de comisión asesora de la Presidencia de la República, que se reúne periódicamente para tratar temas de Estado, y son muy activos  tanto en la arena política interna como en la externa. Por cierto, cuando alguno de ellos viene a Venezuela, por lo regular emite opiniones en nuestro país que muchas veces pudieran ser tildadas de injerencistas, insolentes y arrogantes.

La última perla que en ese sentido fue difundida por diferentes medios de comunicación venezolanos, tiene  que ver con las declaraciones emitidas por el expresidente colombiano Andrés Pastrana, durante su reciente visita a Venezuela, quien, al referirse al evento ocurrido en territorio colombiano, en un lugar próximo a la frontera con Venezuela, y en el que murieron varios militares del hermano país, dijo: “En Colombia hemos venido haciendo un esfuerzo importante en combatir a las FARC, el ELN y grupos al margen de la ley. Por eso pongo el símil, cuando uno fumiga en su casa porque está llena de ratas, pero el vecino no las fumiga, allá van a terminar". Es decir, como decía uno de los titulares: “Las ratas se vienen a Venezuela”.

 Para apoyar sus declaraciones Andrés Pastrana citó unas cifras publicadas por la Fundación Arcoiris, según las cuales, en territorio colombiano, a lo largo de la frontera con Venezuela, hay 400 miembros de las FARC, 300 del ELN, y entre bandas de narcotraficantes y otros grupos, más de 1.100 paramilitares. La verdad es que, si uno contextualiza esas cifras en  la totalidad del fenómeno referido, tomando como fuente a la propia Fundación Arcoriris, se podría concluir que, en el territorio colombiano próximo a la frontera con Venezuela, ese es un mal menor. Y es que sólo basta ver las cifras relacionadas con las FARC: en el territorio colombiano las FARC cuentan con 9.000 hombres en armas y otros 9.000 que cumplen labores de apoyo logístico y de inteligencia en campos, pueblos y ciudades.

Pero es que eso no se queda nada más ahí.

Los expresidentes y excancilleres de Colombia deben saber muy bien que las condiciones socioeconómicas de su país son el principal caldo de cultivo para la reproducción del fenómeno de la violencia interna. Según cifras del propio Ministro del Trabajo de Colombia, Rafael Pardo, en su país la población económicamente activa (PEA) es de unos 22 millones de habitantes, de los cuales 14 millones se desempeñan en la economía informal, y de estos últimos, 8 millones perciben menos del salario mínimo colombiano. Por otra parte, la organización no gubernamental británica Oxfam (www.oxfam.org), recientemente publicó un informe, según el cual, “Colombia es uno de los países del mundo con más desigualdad en el acceso a la tierra… hay pocos países del mundo que sean más desiguales que Colombia… esto lleva a situaciones enormes de pobreza rural, contribuye al conflicto y limita el desarrollo que se pueda llevar a cabo en el país”. Por lo tanto, los expresidentes y excancilleres de Colombia también deberían ser “nuevos mejores amigos de Venezuela”