Los partidarios del Frente Amplio se deben sentir aliviados
en su maltrecha conciencia. En el reino del progresismo no habría lugar para
"intocables". Ni siquiera para los burgueses del clan Fernández. Como
debería ser bajo el "gobierno de izquierda" que votaron. Un espejismo
sin duda, pero que sostiene la hipnosis.
Poco antes de asumir como presidente, Mujica lo había dicho:
"No me voy a disfrazar de capitalista, digo lo que pienso, pero vivo en un
país capitalista, y el capitalismo es el motor que mueve a la economía, y cada
mañana el afán de lucro que tiene mucha gente que sale a tratar de
multiplicarlo es la fuerza principal que está empujando a la economía, y esta
tiene sus reglas". (Brecha, 29-8-2009) Hace pocos días, la senadora Lucía
Topolansky dejaba constancia: "las prioridades que el gobierno visualiza
no coinciden con las del movimiento sindical" (UNoticias, 9-8-2012). Tiempo
atrás, el ex Director Nacional de Trabajo y hoy "embajador
itinerante", Julio Baraibar, había sido enfático: "Si en este momento
les entregáramos los medios de producción a los trabajadores, fundiríamos al
país". (Crónicas Económicas, 11-10-2009).
Extraño este "gobierno de izquierda" ¿no?. Acepta
el "afán de lucro" (las ganancias de los patrones) como motor de la
economía; reconoce que sus prioridades son distintas a las que tienen los
sindicatos; y se opone a que los medios de producción esté en manos de los que,
realmente, producen la riqueza económica y social.
El gobierno de Mujica cumplió se medio mandato. Con ello,
van siete años y medio de progresismo. Y el programa de lo que debería ser un
"gobierno de izquierda" brilla por ausencia. Mejor dicho: es todo lo
contrario.
La política económica no está al servicio de satisfacer las
necesidades básicas de la clase trabajadora (alimentación, salud, vivienda,
educación), sino a garantizar la acumulación y reproducción del capital, y a
"cumplir los compromisos" con las instituciones financieras
internacionales, empezando por pagar las fraudulenta deuda externa.
El sistema impositivo no está organizado para eliminar las
desigualdades sociales y exonerar de impuestos el trabajo de los asalariados y
asalariadas, sino para favorecer las "rentas de capital" haciendo que
los ricos paguen cada vez menos.
El modelo de "país productivo" no está orientado
al desarrollo industrial y agropecuario, sino hacia la concentración
económico-financiera y la extranjerización de la tierra, promoviendo a su vez
los negocios especulativos, el lavado dinero, y la depredación del medio
ambiente a través de la producción sojera, la forestación, la megaminería.
Los "programas sociales de transferencia" no están
destinados a erradicar las causas estructurales de la pobreza, ni a la creación
de un plan de empleo estable, digno y bien remunerado, sino a "contener a
los más vulnerables" mediante las miserables Asignaciones Familiares, el
subsidio parcial al consumo (Tarjeta Uruguay Social), y extendiendo el trabajo
precario (Uruguay Trabaja).
La estrategia de "seguridad pública" se hace eco
de las campañas mediáticas que alimentan el miedo y de la presión que ejercen
blancos y colorados para aplicar "mano dura". La criminalización de
la pobreza y de la protesta social, apunta a reprimir toda manifestación de
descontento, indignación y rebeldía. Violando derechos humanos fundamentales.
La política exterior no está dirigida a construir una
posición latinoamericanista, internacionalista y soberana, sino al sometimiento
que imponen las instituciones de la mundialización capitalista, y a la
complicidad con las operaciones imperialistas neo-coloniales como, por ejemplo,
la ocupación militar de Haití.
Cada tanto, el presidente de la República se encarga de
hacer saber porque su gobierno no es de izquierda y que, en términos
económicos, "no habrá sorpresas": continuará la orientación
neoliberal de su antecesor. Así lo hizo en la reunión del Council of the
Americas con empresarios locales y extranjeros (Hotel Radisson, jueves 9 de
agosto 2012). Además de confesarles a los dueños del dinero que solo aspira a
terminar su gestión "arreglando las veredas". Lo cual (por otra
parte) parece demasiado poco para un "gobierno de izquierda".
En Lucha, Nº
6, Agosto/Setiembre 2012
periodicoenlucha.enlucha@gmail.com
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