Especial para La Página |
Los
medios de comunicación globalizados, en esta era de la “Híper Industria
Cultural”, son los encargados de construir un “imaginario global” dirigido
principalmente al control social. Los medios planetarios fabrican el presente
de la humanidad “en vivo y en directo”, pues como es bien sabido, solo existe
lo que es puesto en las pantallas del mundo. De este modo, el propósito último
de las grandes cadenas internacionales no es informar sino servir a gobiernos y
grandes corporaciones para administrar y regular el flujo de información.
Las
imágenes diseminadas por los medios y reproducidas hasta la saciedad en cada
rincón del planeta tierra, con muy pocas excepciones, se fundamentan en el
“miedo” La humanidad entera es sometida a un estado de crispación fruto de las
“amenazas” - reales o imaginarias - que nos instilan los medios de comunicación.
Sea que se trate de una crisis económica
del capitalismo global, de un atentado terrorista, una catástrofe
medioambiental o de la penúltima guerra en el Medio Oriente, cada noticiero
mundial es una “performance del terror”
El
“miedo” paraliza, impide pensar y mucho menos “criticar”; y esto lo saben muy
bien los poderosos. Una “cultura del miedo” es una cultura del sometimiento y
la dominación sobre grandes conglomerados humanos. Millones de seres humanos
están, literalmente, cautivos en grandes urbes, domesticados por el “miedo”,
obligados a seguir su destino de “empleos miserables” a cambio de “consumo
basura”. La vida humana ha sido desprovista de toda dignidad, sometida a la
narcosis del “entertainment de masas”, las drogas, el dogmatismo religioso y el
alcohol.
El
“miedo” y el capitalismo van de la mano, ambos enemigos de toda forma de
expresión genuinamente humana. Si hay algo característico de la “cultura global”
es que ha sido configurada como una “cultura apocalíptica”. Esta sensación de
“fin del mundo” es ya un lugar común en la gran prensa, programas de televisión
y miles de vídeos en las redes. Su última versión es una lectura tergiversada
de las tradiciones mayas que anuncia un inminente día final.
Esta
nueva “cultura global”, con su dosis creciente de violencia y espectacularidad,
que se impone por doquier deja fuera, precisamente, lo mejor del ser humano.
Los sentimientos de “alegría”, “esperanza”, “confianza” y “solidaridad” han
sido expurgados como experiencias cotidianas. Los ciudadanos de los diversos
países han sido despojados de sus derechos básicos en nombre de la “seguridad
nacional”, programados por mentiras sistemáticas que terminan siendo verdades
aceptadas. Cuando la ciudadanía es abolida por un rebaño de consumidores - sin
capacidad de pensar, sentir y criticar se anula toda profundidad espiritual,
ética, estética y política al mismo tiempo. Superar la “cultura del miedo” es
un primer paso para recuperar la dignidad que nos asiste como seres humanos en
este mundo.