“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

15/11/12

Noam Chomsky, la lingüística, la informática y el activismo

Noam Chomsky en la era digital

Fernando Cuartero

Noam Chomsky, nacido en 1928 en Filadelfia, es profesor de lingüística en el MIT, Estados Unidos, y una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX, con grandes aportaciones en el campo de la informática. Estudió en Pensilvania, donde se doctoró en 1955 con una tesis sobre el análisis transformacional, tras lo que pasó a integrarse en el equipo docente del MIT.

Entre su contribución científica podemos destacar una aportación fundamental a la lingüística moderna, consistente en la formulación teórica y el desarrollo del concepto de gramática transformacional y generativa. Esta contribución perfeccionó los trabajos de sus maestro, Zellig Harris, creando técnicas para el análisis científico del significado, dando origen a una verdadera revolución en el campo de la lingüística, incorporando el concepto de transformación a la lingüística, apartándose del estructuralismo y del conductismo imperantes hasta entonces.

También se aparta de los métodos descriptivos tradicionales para conseguir que la lingüistica siga rigurosamente el método científico, con teorías y predicciones falsables, mediante la búsqueda de los principios explicativos de su evolución; y que pase a ser una ciencia con objetivos propios, y no meramente una técnica al servicio de otras disciplinas, y para ello parte de las similitudes entre lenguas, más que de las diferencias, centrándose inicialmente en unas pocas lenguas bien conocidas para explicar su funcionamiento.

Como resultado de todo ello, sostiene la existencia de una gramática universal, integrada en el patrimonio genético de los seres humanos, que ya desde su nacimiento disponen de un patrón al que se adaptan las diferentes lenguas existentes, lo que queda evidenciado por el uso corriente del lenguaje y la habilidad con la que los niños aprenden una lengua aún poseyendo una escasa experiencia externa.

En su tesis doctoral desarrolló sus ideas en lingüística, que completó posteriormente en su libro "Estructuras sintácticas", su trabajo más conocido. Sus planteamientos lingüísticos han revolucionado el estudio del lenguaje, que se han visto plasmado en la teoría de la gramática transformacional y generativa, donde sostiene que el análisis estructural se extiende más allá de la oración, creando fórmulas, que denomina transformaciones, para abarcar todas las relaciones sus diferentes tipos.

En cuanto a la relación de Chomsky  con la informática proviene de sus importantes aportaciones a la teoría de autómatas y al estudio de los lenguajes formales. Dichas aportaciones han resultado elementos indispensables para la construcción de compiladores y traductores que puedan servir de intérpretes válidos entre las órdenes que dan los seres humanos y su correcta recepción y aplicación por máquinas automáticas. Puede decirse que el papel desempeñado por Chomsky ha resultado crucial en este importante campo, pues fue imprescindible para dar el siguiente paso tras los primeros computadores, el ENIAC o el propio ACE de Alan Turing, programados directamente en código binario, de forma que a mediados de 1954 su obra ya influyó en la especificación del borrador para el lenguaje Fortran, y en la conocida notación Backus-Naur.

La jerarquía de Chomsky, que estableció en 1956 en su obra "Three models for the description of language" se convirtió en un concepto central en informática. Así, los lenguajes formales (que no admiten excepciones a las reglas) se dividen en cuatro niveles  (tres en el estudio original), que son:

Lenguajes regulares. 
Lenguajes libres del contexto.
Lenguajes sensibles al contexto.
Lenguajes recursivamente enumerables.

 Esta descripción encaja con los dispositivos automáticos de cómputo entonces existentes. Así, los lenguajes regulares con el autómata finito, los libres del contexto con el autómata dotado de una pila de memoria, mientras que el concepto de lenguaje recursivamente enumerable coincide exactamente con los lenguajes reconocidos por una máquina de Turing. Posteriormente, los lenguajes sensibles al contexto se identificaron con una máquina de Turing con memoria acotada en función del tamaño de la palabra a reconocer. El propio Chomsky realizó la demostración de la equivalencia entre los lenguajes definidos por su gramática general con los lenguajes que pueden ser reconocidos por una máquina de Turing abriendo un nuevo horizonte de estudio no imaginado originalmente por Turing.

Según Chomsky, una gramática formal es una estructura matemática, consistente en un conjunto de reglas que definen la forma de construir  todas y cada una de las cadenas de caracteres que componen un determinado lenguaje, denominadas sentencias, y donde el conjunto de todas las sentencias constituye el lenguaje. Como no se describe el significado de dichas sentencias, sino únicamente su forma, de ahí procede el calificativo de formal. Además de las reglas, la descripción de una gramática formal se completa con dos conjuntos de símbolos, denominados alfabetos, uno, denominado terminal,  de los caracteres que conforman las sentencias propias del lenguaje, y otro, el no terminal, constituido por una serie de símbolos auxiliares usados durante el proceso de cómputo y que no aparecen en las sentencias válidas del lenguaje, sino únicamente durante los pasos intermedios. Para finalizar, también se añade un símbolo no terminal especial, denominado inicial, usualmente denotado por la letra S, que sirve para dar comienzo a la construcción de cualquier sentencia.

Además de por sus contribuciones científicas, tanto referentes a la lingüística como a la informática, Chomsky también es ampliamente conocido por sus tareas de activismo político, desarrolladas principalmente en los Estados Unidos, pero que afectan a casi todos los rincones del planeta.

Este activismo se inició con la movilización popular contra la guerra del Vietnam, durante la cual analizó el papel del mundo académico en la implicación de Estados Unidos en la guerra, destacando el artículo "La responsabilidad de los intelectuales" publicado en 1967. Desde entonces ha sido muy conocido por sus ideas políticas, situadas en una izquierda política de tipo anarquista. Su mayor preocupación se centra en su lucha por superar el déficit democrático existente, tanto en Estados Unidos como en el resto de los países democráticos, y que a su entender se plasma en la enorme distancia existente entre las decisiones políticas y la opinión pública, así como en denunciar las ambiciones imperialistas del gobierno norteamericano en el resto del mundo.

Aún considerándose a sí mismo un anarquista, Chomsky no se opone a la política electoral, y suele proponer, como estrategia, el voto a los demócratas locales si existe riesgo de victoria republicana, mientras que suele apoyar candidaturas más a la izquierda como los verdes, si la victoria o la derrota demócratas son muy probables. En España ha mostrado su fuerte apoyo a los movimientos de indignados surgidos a partir del 15 de mayo de 2011, conocidos como movimiento 15-M, coincidiendo con sus demandas de una auténtica democracia real.

Siendo judío, se define a sí mismo como sionista, pero con un concepto muy peculiar, pues si bien ha declarado su admiración y adhesión al kibutz como una forma de organización social alternativa, es sumamente crítico con la política israelí, siendo calificado como antisionista, al señalar que desde hace años la maquinaria militar israelí junto a EE.UU. vienen realizando sistemáticamente acciones violentas al margen de las leyes internacionales, llegando a calificar a ambos estados como terroristas.

Actualmente  se le considera como una de las principales figuras de la política radical norteamericana, y además, junto a José Saramago, Eduardo Galeano o Leonardo Boff, uno de los referentes de la intelectualidad de la izquierda mundial, si bien en este ámbito, y al contrario de su actividad científica, sus aportaciones no han sido tan relevantes, no pudiendo ser catalogado como un teórico de la política, sino más bien como un científico bien informado que mantiene una actitud muy crítica con el poder.

En ese sentido, podríamos considerar que su mayor aportación en este terreno ha sido su análisis de los medios de comunicación, donde con carácter general aparecen enfoques sesgados, o incluso directamente engaños, y que existen detrás de su supuesta neutralidad, hasta en los medios más prestigiosos. Es por eso que ha acuñando la frase: "La propaganda es en la democracia lo que la porra en un estado totalitario". En su libro "Los Guardianes de la Libertad: Propaganda, Desinformación y Consenso en Los Medios de Comunicación de Masas" explora esta situación de manera detallada, siendo un resumen de su contenido las 10 estrategias de la manipulación mediática, redactadas por Sylvain Timsit en 2002, y que compendian el pensamiento de Chomsky.

Así pues, su denuncia de la política exterior de Estados Unidos, las deficiencias democráticas en su funcionamiento interno, y la manipulación de las corporaciones de los medios de comunicación han hecho a este intelectual poner en cuestión los pilares donde descansa el fuerte nacionalismo norteamericano, lo que le ha llevado, a pesar de su gran prestigio internacional, tanto por su actividad científica como por sus ideas políticas, a ser un desconocido en su propio país, ignorado por los grandes medios de carácter general.