- En medio de un contexto de crisis de la idea de comunismo, el filósofo francés Alain Badiou nos propone su rehabilitación como operación didáctica que favorece la identificación de los movimientos de emancipación colectiva existentes en una época como verdades políticas. En el siguiente artículo argumentaremos cómo, bajo este intento de rehabilitación, subyace una reconsideración del término “Idea” con claras influencias de la filosofía platónica y de la teoría del sujeto lacaniana.
Introducción
Son varios los autores contemporáneos que han ubicado como
fecha emblemática de la caída del comunismo el año 1989. En este año coinciden
diferentes acontecimientos que simbolizan el fin de los regímenes comunistas en
Europa del este y que anticipan el colapso del régimen existente en la URSS y
la ruptura de su estructura multinacional.
El año 1989 aparece así como la conclusión de una era en la que la historia del mundo se movió alrededor de las consecuencias de la Revolución de Octubre de 1917. Durante más de setenta años los gobiernos occidentales y las clases dominantes fueron acechados por el espectro de la revolución social y anticapitalista, encarnada principalmente en el temor al poderío militar de la URSS y sus repercusiones potenciales a nivel internacional. Pero todo esto ha terminado. El comunismo en Europa del este se ha disuelto o se está disolviendo, de la misma manera que la URSS que conocimos. Lo que llegue a ser la China cuando la última generación de la Gran Marcha haya muerto, tendrá poco que ver con Lenin y menos Marx (Hobsbawm, 1990; Maier, 1997).
El año 1989 aparece así como la conclusión de una era en la que la historia del mundo se movió alrededor de las consecuencias de la Revolución de Octubre de 1917. Durante más de setenta años los gobiernos occidentales y las clases dominantes fueron acechados por el espectro de la revolución social y anticapitalista, encarnada principalmente en el temor al poderío militar de la URSS y sus repercusiones potenciales a nivel internacional. Pero todo esto ha terminado. El comunismo en Europa del este se ha disuelto o se está disolviendo, de la misma manera que la URSS que conocimos. Lo que llegue a ser la China cuando la última generación de la Gran Marcha haya muerto, tendrá poco que ver con Lenin y menos Marx (Hobsbawm, 1990; Maier, 1997).
Sin embargo, la caída del comunismo supone algo más que el
fin de un régimen político, supone la crisis de la promesa de la emancipación
de los pobres y los oprimidos, de los “miserables de la tierra”. Una utopía
que, durante un siglo, ha fascinado a filósofos, escritores y poetas; que ha
conmocionado a masas enteras de desposeídos y los ha impulsado a tomar medidas
violentas; que ha llevado a los hombres a sacrificar sus propias vidas —desde
el Ejército Rojo en Rusia hasta la Gran Marcha de Mao, desde la conquista del
poder de un grupo de hombres en Cuba hasta la lucha desesperada del pueblo
vietnamita contra la potencia más poderosa del mundo (Bobbio, 1989).
Veinte años después de la declaración de la muerte del
comunismo, el filósofo francés Alain Badiou nos propone la necesidad de
mantener viva su idea. A lo largo de este texto pretendemos mostrar cómo esta
tarea va asociada con una revisión del concepto de “Idea” a través de Platón y
de Lacan. Así, por un lado, veremos cómo la rehabilitación de la idea de
comunismo pasa por la recuperación de la noción de “Idea” platónica: la Idea no
tanto entendida como noción o concepto sino como escenificación de un proceso
dialógico por el que cualquier individuo puede acabar experimentando la
existencia de verdades universales y eternas. Por otro lado, veremos cómo
haciendo uso de categorías lacanianas, Badiou caracteriza dicho proceso de
acuerdo a una dimensión real, simbólica e imaginaria. Finalmente, veremos cómo
la idea de comunismo, lejos de suponer el encuentro con un enunciado universal
abstracto, a saber, la capacidad de los seres humanos de organizarse a sí
mismos de manera igualitaria, consiste en un encuentro con el conjunto de
cuerpos singulares que lo encarnan en una época y un lugar Alan Badiou y la
rehabilitación de la idea de comunismo determinado, de manera que cualquier
individuo pueda experimentarse a sí mismo como sujeto capaz de participar en
causas universales y eternas.
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