Foto: Hanoi, la capital de Vietnam |
Le Duan, legendario líder vietnamita y sucesor de Ho Chi
Minh en la conducción del Partido Comunista de Vietnam (PCV) y en el gobierno,
lo explicaba diciendo que la revolución vietnamita siempre tuvo como
característica enfrentar a enemigos
imperialistas poderosos y en algunas ocasiones, no sólo a uno, sino varios a la
vez, y que para ello habían aplicado de manera creadora la enseñanza leninista
de que “Solo es posible derrotar a un
enemigo más fuerte, haciendo grandes esfuerzos y con la obligación de saber
aprovechar de manera minuciosa, sumamente atenta, cuidadosa e inteligente
cualquier ‘grieta’ entre los enemigos por pequeña que sea…”
En el inicio de la agresión, Estados Unidos apoyó con armas
y asesoramiento al gobierno fantoche de Vietnam del Sur, para después, llegar a
instalar hasta 580 mil efectivos militares en 1969. Contra el país fueron
arrojadas más toneladas de bombas que en toda la segunda guerra mundial,
experimentando además con armas químicas y bacteriológicas, entre ellas el
tristemente célebre agente naranja. Según relata el Embajador de Vietnam en Cuba,
Doung Minh entrevistado por la periodista Arleen Rodríguez, “Todavía hoy, cientos de miles, quizás
millones de personas, sufren las secuelas, son muchas las parejas que no pueden
tener hijos y también las que tienen hijos con algún tipo de anomalía por esa
causa. En la tierra rociada con esos químicos, no creció ni la hierba durante
20 años, porque el agente naranja tenía el propósito de defoliar los bosques,
desnudar la tierra de todo tipo de plantas para descubrir dónde se escondían
los combatientes”. En 15 años de guerra, Estados Unidos gastó 150 mil
millones de dólares, destruyó el 70% de los poblados del norte, inutilizó 10
millones de hectáreas de tierra y todos los puentes existentes en el país. A
pesar de ello, las tropas vietnamitas entraron victoriosas a Saigón hace 40
años, cambiando el nombre de la ciudad que pasó a llamarse Ho Chi Minh,
cumpliendo la promesa de denominar con su nombre la última ciudad que se
liberara en la guerra.
Sin embargo, la tarea por venir no era fácil, a partir de
ese momento enfrentaban el reto de la reunificación nacional de dos porciones
de un país que se habían desarrollado a partir de paradigmas políticos
contradictorios: el socialismo en el norte y el capitalismo en el sur; la
restauración de las heridas físicas y morales que produjo la guerra; el
establecimiento de un gobierno unificado en el país; la reincorporación a la
sociedad de alrededor de un millón de soldados y medio millón de funcionarios
que habían servido en el ejército y el gobierno vietnamita títere que Estados
Unidos había instalado en el sur; la reconstrucción de la infraestructura
material: carreteras, escuelas, hospitales, industrias y puentes destruidos por
los bombardeos; la superación de los rezagos de la presencia militar
estadounidense que se expresaba en los vicios propios de su sistema: altos
índices de prostitución, drogadicción, alcoholismo y otras lacras y la elevada
carencia de alimentos que se manifestaba en altos índices de hambruna en el sur
del país.
Foto: Vista panorámica de la ciudad de Da Nang |
En 1986, tras constatar el fracaso de la economía
planificada centralizada, durante el sexto Congreso del PCV se aprobó la
estrategia de Renovación (Doi Moi), La organización conductora de la sociedad,
percibió que la economía no funcionaba eficazmente, se vivían períodos de
inflación elevada, la moneda se depreciaba aceleradamente y los salarios
perdían su valor. La escasez de productos de la canasta básica se enfrentaba
con subsidios que estaban encaminados a solventar los problemas más inmediatos.
Todo ello derivó en la decisión de implementar nuevas
prácticas en la producción agrícola, se entregaron tierras a los campesinos que
recibían estímulos de acuerdo a la producción a partir de la exitosa
experiencia obtenida en la provincia de Vinh Phu que se extendió a otras
regiones del país. Otro tanto ocurrió en la industria que comenzó a ser
manejada descentralizadamente. En el marco de esta situación sobrevino la
desaparición de la Unión Soviética y el fin del campo socialista, principal
abastecedor de insumos para la economía y la industria del país
En este contexto es que se había determinado la necesidad de
llevar adelante la Renovación. Cinco años después, en 1991, durante el VII
Congreso del PCV, se establece un modelo económico basado en la necesidad de
producir para responder a la demanda del mercado. Así, la economía se conforma
por múltiples componentes sobre la base de un mercado controlado por el Estado.
Esto da paso posteriormente, a la economía de mercado de orientación socialista
que consiste en la aceptación de todas las formas de producción, tanto estatal
como privada, capitalista y mixta.
La economía de mercado de orientación socialista se compone
del factor económico en el que se acepta que todos los sectores son iguales
ante la ley y, el factor social que es controlado por el Estado a través de los
impuestos y los aportes de las empresas a fin de condensar una riqueza que es
distribuida por el gobierno para el beneficio del pueblo.
La aplicación de este modelo económico ha llevado a que
Vietnam pase de un 56% de pobreza en 1990 a un 9% en 2003 y 8% en 2014. Los
sistemas de salud y educación siguen siendo estatales y gratuitos para toda la
población. Sin embargo, para establecer una responsabilidad colectiva para con
los mismos se ha comenzado a cobrar el equivalente a 10 dólares mensuales por
los estudios universitarios, mientras que en primaria y secundaria tiene un
valor simbólico de 5 centavos de dólar al mes. No obstante, esta política no es
lineal, en zonas montañosas alejadas, los estudiantes no pagan, al contrario,
el Estado les concede becas a fin de fomentar la formación profesional.
Esta política ha llevado a aumentar el sueldo de los
profesionales entre 20 y 50 veces y en general, los salarios han crecido de 15
a 16 veces, lo cual tampoco es lineal, gana más el que aporta más, lo cual ha
significado un estímulo sin precedentes a la producción. Así, el promedio de
crecimiento anual de la economía ha sido de alrededor de un 7% en la última
década, cifra que supone vaivenes de acuerdo a la situación de la crisis
internacional que ha ralentizado ese crecimiento.
Estados Unidos normalizó sus relaciones con Vietnam en 1995,
año en que comenzó a levantarse el bloqueo impuesto durante 20 años. La
política exterior de Vietnam se caracteriza por su independencia, soberanía,
diversificación y por la multilateralización de sus relaciones sin distingo de
régimen político.
A 40 años de la derrota estadounidense y 28 de la
implementación de la Renovación se ha cambiado el modelo económico, eliminando
el igualitarismo que no estimulaba la producción, abriendo la economía a fin de
elevar las exportaciones y garantizar el mercado interno
Sin embargo, el Embajador Duong Minh advierte cuatro
peligros en la aplicación de esta política, toda vez que su implementación
entraña riesgos como el atraso económico si no se puede desarrollar la
economía. Así mismo, la presencia de empresas extranjeras, podría introducir
prácticas injerencistas en la política interna, corrupción y desvío del camino
socialista trazado por el país.
Estos son los nuevos retos a enfrentar. El PCV y el gobierno
vietnamita entienden que la solución de los problemas económicos confronta
trances que obligan a la vigilancia y al fortalecimiento del sector estatal a
fin de que éste sea el eje del desarrollo económico y sirva de orientador del
camino de la economía del país.
El embajador Duong Minh resume el momento actual de Vietnam
diciendo que “el socialismo es el
objetivo de la lucha de los pueblos, es lo que queremos y la Humanidad, seguro,
avanza hacia el socialismo, pero en Vietnam decimos que aun no estamos en el
socialismo, estamos en transición, por tanto tenemos que aplicar las políticas
de acuerdo a eso, es el momento de lucha entre lo nuevo y lo viejo. Lo nuevo no
acaba de aparecer completamente y lo viejo todavía está presente. Lo nuevo es
el socialismo y lo viejo es el capitalismo o más bien el feudalismo, porque en
Vietnam estábamos en el feudalismo” y finaliza aseverando con confianza en
el futuro que “Este es un momento de
lucha entre lo viejo y lo nuevo. Estamos en transición, en los primeros pasos.
Es muy importante para nosotros saber dónde estamos porque las relaciones de
producción deben adecuarse al desarrollo de las fuerzas productivas. Hay muchos
pasos, apenas estamos en los primeros”.
http://radio.uchile.cl/ |