Amy Goodman | El
tifón
Haiyan, una tormenta de
dimensiones históricas, ha devastado a la población de Filipinas,
mayoritariamente empobrecida. Miles de personas han muerto, cientos de miles
permanecen aisladas, sin alimentos ni agua. En total, millones de personas han
sido afectadas en todo el país. La lucha por la supervivencia compite con la
urgencia por enterrar a los muertos, asistir a los heridos y el temor a sufrir
los embates de las tormentas tropicales que pueden suceder al tifón. Al mismo
tiempo, del otro lado del mundo, miles de negociadores, científicos, políticos
y periodistas están reunidos en la Conferencia anual sobre Cambio Climático de
las Naciones Unidas, que este año tiene lugar en Varsovia, Polonia. Los fuertes
vientos que azotaron Filipinas esta semana exigen vientos de cambio en la
respuesta mundial al calentamiento global.
Durante la sesión inaugural de la 19ª Conferencia de las
Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP
19) que está teniendo lugar en Varsovia, un valiente negociador acaparó la
atención de todos los presentes al exigir que se tomen medidas para combatir el
cambio climático. “Lo que mi país está
atravesando como consecuencia de los eventos climáticos extremos es una locura.
La crisis climática es una locura. Sr. Presidente, podemos detener esta locura
aquí mismo, en