Foto: Stephen Hawking |
Alexander C. Kaufman | No deberíamos descartar el poder de la
literatura como espejo del futuro. Es decir: muchas obras literarias han sido
fundamento o han servido de inspiración para nuestro crecimiento tecnológico y
otras, como las de Julio Verne, predijeron avances que no aún no se veían como
posibles en el horizonte. Así, mucha literatura de ciencia ficción está basada
en la “singularidad”, una hipótesis que sugiere que una computadora, red
informática o robot podrían ser capaces de automejorarse recursivamente, esto
es: rediseñarse a sí mismos y este ciclo repetitivo podría dar lugar a un
efecto que se saliera de nuestro control, como en la historia de Frankenstein:
creaciones revelándose contra los creadores, en este caso la raza humana.