El archivo Diego Rivera y Frida Kahlo de la Casa Azul aún
guarda cuantiosos documentos y fotografías inéditos o poco conocidos. De este universo
en proceso de revisión y exploración, se obtuvo una pequeña muestra, un
extracto simbólico donde se puede ver por primera vez la fotografía tomada a
León Trotsky, quien posa en la Casa Azul durante su estancia en México; y el
contrato histórico que John D. Rockefeller envió en 1932 a Diego Rivera que más
tarde culminaría en el controvertido mural del edificio RCA de Nueva York.
También se presentan dos fotografías halladas en el archivo,
las cuales han sido poco difundidas. En una aparecen Arcady Boytler y Sergei
Eisenstein; y en otra aparece Isamu Noguchi en la lente de Edward Weston.
Además de un fragmento de la carta que Frida Kahlo envió a Trotsky, desde
París, lamentando su ruptura con Rivera a causa de una supuesta conspiración
por parte del pintor mexicano. En dicha misiva se puede leer cómo la pintora manifiesta su
desacuerdo con el revolucionario ruso respecto de su posición, y le explica que
no puede hacer nada para mediar en este conflicto, ya que su opinión está de un
lado, al ser esposa de Rivera y conocerlo mejor que nadie.
Todos estos documentos han sido poco difundidos a
casi dos años de la apertura pública del archivo por una sola razón: se trata
de un acervo muy vasto, casi inabarcable, con sus más de 22 mil documentos, 6
mil 500 fotografías, 3 mil 874 revistas y publicaciones.
Sin embargo, lo más importante en torno al
archivo es que hasta el momento ha sido consultado y explorado por más de 200
investigadores mexicanos y extranjeros. Por el momento destacan investigadores
provenientes de Alemania, Estados Unidos, Francia y México, quienes han
abordado a Trotsky, la correspondencia que sostuvo Kahlo con Isamu Noguchi, el
muralismo, lo relacionado con el concepto artístico del Museo Anahuacalli,
entre otros. Y de momento hay 33 proyectos más en proceso.