Luis Britto García
Especial para La Página |
Ningún sentido tiene recapitular hechos si no se aprende de ellos. En toda
Venezuela se afanan cada año las comisiones protocolares para celebrar el 19 de
abril de 1810 y el 5 de julio de 1811. Sabemos que en la primera fecha se
destituye al capitán general del gobierno de España –quien había sido nombrado
por el invasor francés José Bonaparte- con la excusa socarrona de conservar los
derechos del rey Fernando VII. No hay que descalificar la estratagema: por lo
general toda Revolución comienza como un intento de reforma moderada que es
brutalmente atropellado por el poder. Pero la indefinición no es eterna.
Nacemos dos veces: al venir al mundo y al decidir nuestro papel en él. Pasan
quince meses y llega la hora de la verdad.
Libre comercio y
exención de impuestos
¿Qué hace la Junta Suprema instalada el 19 de abril de
1810 durante este interregno? En lo
político, trata de consolidar la unidad entre las provincias, pero
paradójicamente les reconoce autonomías federativas. En lo económico dicta medidas que favorecen
el anhelado libre comercio: permite la libre importación de instrumentos
para la producción agrícola, elimina los impuestos de alcabala sobre bienes de
primera necesidad y alimentos, y el de exportación. En lo social, exceptúa de
impuestos a los indígenas e ilegaliza el tráfico de esclavos, pero no la
esclavitud.
Diplomacia impetuosa
En lo internacional, la Junta envía misiones a Estados
Unidos e Inglaterra. La última, integrada por Andrés Bello, López Méndez y
Simón Bolívar, es financiada por el futuro Libertador. El 17 de julio de
1809 el impetuoso joven expone ante sir Richard Wellesley, titular del
Foreign Office, la posición de la Junta de Caracas de defensa de los derechos
de Fernando VII, pero añade que para ello se ha de desconocer a las Cortes de
Cádiz. El funcionario británico le señala que las instrucciones que la misión
lleva no se extienden al desconocimiento de la Corona de España. Y en efecto
Inglaterra, principal interesado en la libertad de comercio con Iberoamérica,
no puede en ese momento obrar abiertamente contra España, su aliada en el conflicto contra Napoleón.
Preparación de la
Defensa
El fracaso de las misiones diplomáticas hace temer un
conflicto armado. En lo estratégico, la Junta reorganiza el gobierno militar,
que para noviembre de 1811 cuenta con 23.064 efectivos, la mayoría sin armas y
dirigidos por una oficialidad clasista. El 31 de diciembre de 1810 nombra
teniente general de los Ejércitos de Venezuela a Francisco de Miranda, a quien
Bolívar ha convencido de regresar desde Londres.
Representantes
oligarcas