Gustavo Márquez Marín | Las revelaciones del ex agente de la CIA Eduard Snowden, ponen al descubierto la gigantesca operación
de espionaje global “PRISM” emprendida por EEUU, violando el derecho
internacional, los derecho humanos de sus propios ciudadanos y de millones de
personas en todo el mundo, al acceder a las bases de datos de las empresas que
operan sobre la plataforma de internet,
como Google, Microsoft, Facebook, Skype, YouTube, AOL, Apple, Dropbox,
Facetime, Yahoo, Hotmail, Verizon entre otras. Estas, almacenan una valiosa
información de las cuentas de correo y suscripciones de sus usuarios, para
luego darse la vuelta y entregarlas por
la “puerta trasera” a la Agencia de
Seguridad Nacional de EEUU o venderla
para “marketing”.
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Especial para La Página |
Para comprender de donde viene esta simbiosis entre las
transnacionales de la “red de redes” y el gobierno corporativo de USA, hay que
recordar que la internet fue creada a mediado de los 60 por el Departamento de
Defensa de los EEUU en el contexto de la guerra fría (ARPANET), con el propósito
de incrementar su poder geoestratégico mundial, manteniendo hoy un control
sobre la misma. Este lo ejerce a través
del Departamento de Comercio estadounidense y la “Internet Corporation for
Assigned Names and Numbers” (ICANN) bajo su adscripción. Sin embargo, se nos ha
vendido la idea que Internet es “una red descentralizada, sin censura, abierta
y totalmente libre”. Esta percepción equivocada surge del espejismo creado por
la existencia de una diversidad de
proveedores empero, ese complejo tejido
está atado jerárquicamente a las “backbone” y nodos principales, que son
manejados por las grandes corporaciones de telecomunicaciones asociadas con el
ICANN. Permiten el uso gratuito de correos y aplicaciones, asumiendo los costos
de almacenar y gestionar nuestra información
pero, a cambio del
manejo discrecional, político y comercial de ésta.
Según Snowden, solo en Brasil hay una red de 16 sedes de los
servicios de inteligencia gringos. En
esas condiciones el concepto de soberanía se diluye. Por ello, es el momento
para que la UNASUR priorice al proyecto propuesto por nuestro Comandante
Chávez, de creación de una plataforma de Internet propia, como lo están
intentando China y la UE.