ACTO I
Este no es un estudio profundo sobre el tema planteado, sino un breve bosquejo de algunas opiniones que bien vale la pena destacar, porque son emblemáticas de lo que pasaba, pasó y está pasando en Venezuela en torno a la percepción y opiniones de algunas personas y medios de comunicación sobre Hugo Chávez. Tanto en el pasado como en el presente no eran meras opiniones aisladas, sino que generalmente era/es el producto, muy bien coordinado, de cierta campaña mediática que buscaba y busca afanosamente, todavía, mermar nuestro caudal electoral, con los lamentables resultados adversos con los que se han topado en 10 años ininterrumpidos de fracasos.
A finales del año de 1997, Ludmila Vinogradoff, tenida entonces como una de las más renombradas e informadas periodistas del diario “El Nacional” y corresponsal del diario español “El País”, se permitía escribir:
“Ante el desprestigio que ha acumulado el bipartidismo en estos cuarenta años de mando, los venezolanos prefieren ahora a los candidatos independientes. Cada cual a su manera, la ex Miss Universo Irene Sáez, Claudio Fermín el negro, y el golpista Hugo Chávez se disputan la preferencia de 22 millones de venezolanos, el 60% de los cuales expresa descontento en las encuestas con la actuación de los dos grandes partidos. […] El rumbo lo ha marcado la ex reina de la belleza Irene Sáez, [a quien] las encuestas otorgan el doble de intención de voto que a cualquiera de sus rivales.[…] A un 33% de los venezolanos le gustaría verla en la silla presidencial, aunque hace dos años el porcentaje se elevaba al 45%. […] Con un 12% de simpatía electoral le sigue Claudio Fermín, expulsado hace un mes de Acción Democrática, todavía el partido mayoritario de Venezuela.” [1]
Como se puede leer, Chávez ni siquiera mereció ser tomado en cuenta en la repartición del porcentaje de las preferencias, porque, de acuerdo a las estimaciones de entonces, era tan bajo que no merecía la pena indicarlo. Es de destacar los códigos lingüísticos que manejaba la señora Vinogradoff, que en un párrafo tan breve, puede etiquetar a Claudio Fermín como “el negro” o “expulsado”; el “golpista” a Chávez; pero al referirse a Irene la llamaba “reina de belleza”, o “ex Miss Universo”.
Pero algo se movía por debajo, era “algo” que no pudo ser leído oportunamente y que indujo a muchos a pensar equivocadamente. La misma señora Vinogradoff da cuenta de un bajón en las preferencias hacia Irene Sáez de un 45% a un 33%, es decir una apreciable diferencia de 12% que evidentemente no estaban atribuidos a Claudio Fermín, ni a ningún otro candidato, porque Chávez no contaba. Era tal la popularidad de Irene, que los mismos analistas que todavía persisten en pronosticar el fin de Chávez, escribían, esta vez en la pluma de la señora María Teresa Romero, que también se ha hecho famosa, como Quirós Corradi, por la serie de desaciertos que han tenido en sus predicciones: “El shock desestabilizador al cual hago alusión tiene que ver con el impacto que podría producir en nuestro sistema democrático una victoria presidencial del fenómeno político-social que representa […] Irene Sáez.” [2]
Pero la realidad es muy cruel, dura e inexorable. Para el 29-06-98, la misma señora Vinogradoff tragó fuerte y amargo y en un reportaje publicado en el diario “Clarín” de Buenos Aires, tuvo que reconocer que:
“Cuando Irene Sáez se postuló oficialmente como candidata a la presidencia de Venezuela, sorprendió a todos con su cabello recogido a lo Eva Perón. Pero la saga de la líder de los descamisados argentinos no le duró mucho a la venezolana, porque los estrategas de su campaña le aconsejaron que suelte su rubia melena con la que ganó la corona de Miss Universo en 1981 […] Ella encabezó por dos años las encuestas de intención de voto, pero ahora marcha segunda, superada por el ex militar golpista Hugo Chávez.” [3]
La legión de ilusos que se formaron después del inevitable desplome en cámara lenta de Irene Sáez, se animaron, porque la reacción de la derecha fue la de nuclearse en torno a la candidatura de Henrique Salas Römer. Para ello abundaron las traiciones, las zancadillas, arreció la campaña sucia contra el candidato Chávez, quien a pesar de la arremetida mediática seguía subiendo, para el desconcierto de los que meses antes ni siquiera soñaban en un escenario electoral de esta naturaleza. Pero se daban esperanzas, hacían pronósticos que sabían improbables y confiaban en los medios, en el respaldo de la oligarquía (a la que pertenecía Salas Römer) y en el Imperio, que no lo abandonó hasta verlo derrotado y revolcado por el voto popular:
“Henrique Salas Römer será el Presidente de Venezuela a quien le ha correspondido el momento y la responsabilidad histórica de salvar la democracia y enrumbar al país dentro de un clima de confianza hacia un cambio radical por caminos de progreso, sin odios, rencores, ni violencia, […] Salas Römer ha logrado aglutinar en torno suyo, tanto del partido Acción Democrática, baluarte indiscutible de nuestro sistema republicano de gobierno, como de otras organizaciones y personalidades, entre éstos los 15 gobernadores de estado electos por voluntad popular en los recientes comicios del 8 de noviembre […] quienes con gran desprendimiento y sólo pensando en el interés supremo de Venezuela, le darán la gran victoria presidencial …” [4]
ACTO II
A finales del año de 1997, Ludmila Vinogradoff, tenida entonces como una de las más renombradas e informadas periodistas del diario “El Nacional” y corresponsal del diario español “El País”, se permitía escribir:
“Ante el desprestigio que ha acumulado el bipartidismo en estos cuarenta años de mando, los venezolanos prefieren ahora a los candidatos independientes. Cada cual a su manera, la ex Miss Universo Irene Sáez, Claudio Fermín el negro, y el golpista Hugo Chávez se disputan la preferencia de 22 millones de venezolanos, el 60% de los cuales expresa descontento en las encuestas con la actuación de los dos grandes partidos. […] El rumbo lo ha marcado la ex reina de la belleza Irene Sáez, [a quien] las encuestas otorgan el doble de intención de voto que a cualquiera de sus rivales.[…] A un 33% de los venezolanos le gustaría verla en la silla presidencial, aunque hace dos años el porcentaje se elevaba al 45%. […] Con un 12% de simpatía electoral le sigue Claudio Fermín, expulsado hace un mes de Acción Democrática, todavía el partido mayoritario de Venezuela.” [1]
Como se puede leer, Chávez ni siquiera mereció ser tomado en cuenta en la repartición del porcentaje de las preferencias, porque, de acuerdo a las estimaciones de entonces, era tan bajo que no merecía la pena indicarlo. Es de destacar los códigos lingüísticos que manejaba la señora Vinogradoff, que en un párrafo tan breve, puede etiquetar a Claudio Fermín como “el negro” o “expulsado”; el “golpista” a Chávez; pero al referirse a Irene la llamaba “reina de belleza”, o “ex Miss Universo”.
Pero algo se movía por debajo, era “algo” que no pudo ser leído oportunamente y que indujo a muchos a pensar equivocadamente. La misma señora Vinogradoff da cuenta de un bajón en las preferencias hacia Irene Sáez de un 45% a un 33%, es decir una apreciable diferencia de 12% que evidentemente no estaban atribuidos a Claudio Fermín, ni a ningún otro candidato, porque Chávez no contaba. Era tal la popularidad de Irene, que los mismos analistas que todavía persisten en pronosticar el fin de Chávez, escribían, esta vez en la pluma de la señora María Teresa Romero, que también se ha hecho famosa, como Quirós Corradi, por la serie de desaciertos que han tenido en sus predicciones: “El shock desestabilizador al cual hago alusión tiene que ver con el impacto que podría producir en nuestro sistema democrático una victoria presidencial del fenómeno político-social que representa […] Irene Sáez.” [2]
Pero la realidad es muy cruel, dura e inexorable. Para el 29-06-98, la misma señora Vinogradoff tragó fuerte y amargo y en un reportaje publicado en el diario “Clarín” de Buenos Aires, tuvo que reconocer que:
“Cuando Irene Sáez se postuló oficialmente como candidata a la presidencia de Venezuela, sorprendió a todos con su cabello recogido a lo Eva Perón. Pero la saga de la líder de los descamisados argentinos no le duró mucho a la venezolana, porque los estrategas de su campaña le aconsejaron que suelte su rubia melena con la que ganó la corona de Miss Universo en 1981 […] Ella encabezó por dos años las encuestas de intención de voto, pero ahora marcha segunda, superada por el ex militar golpista Hugo Chávez.” [3]
La legión de ilusos que se formaron después del inevitable desplome en cámara lenta de Irene Sáez, se animaron, porque la reacción de la derecha fue la de nuclearse en torno a la candidatura de Henrique Salas Römer. Para ello abundaron las traiciones, las zancadillas, arreció la campaña sucia contra el candidato Chávez, quien a pesar de la arremetida mediática seguía subiendo, para el desconcierto de los que meses antes ni siquiera soñaban en un escenario electoral de esta naturaleza. Pero se daban esperanzas, hacían pronósticos que sabían improbables y confiaban en los medios, en el respaldo de la oligarquía (a la que pertenecía Salas Römer) y en el Imperio, que no lo abandonó hasta verlo derrotado y revolcado por el voto popular:
“Henrique Salas Römer será el Presidente de Venezuela a quien le ha correspondido el momento y la responsabilidad histórica de salvar la democracia y enrumbar al país dentro de un clima de confianza hacia un cambio radical por caminos de progreso, sin odios, rencores, ni violencia, […] Salas Römer ha logrado aglutinar en torno suyo, tanto del partido Acción Democrática, baluarte indiscutible de nuestro sistema republicano de gobierno, como de otras organizaciones y personalidades, entre éstos los 15 gobernadores de estado electos por voluntad popular en los recientes comicios del 8 de noviembre […] quienes con gran desprendimiento y sólo pensando en el interés supremo de Venezuela, le darán la gran victoria presidencial …” [4]
ACTO II
Pasó el tiempo y siguieron años duros para la oposición. Para mediados del año 2006, los partidos y movimientos sociales que apoyaban el proceso revolucionario venezolano ya se habían anotado las siguientes victorias electorales: Triunfo de la candidatura presidencial de Hugo Chávez (06-12-98) con más del 56% de los votos; referéndum para consultar al país sobre la viabilidad de la constituyente; elecciones para designar los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente; referéndum aprobatorio de la Constitución (15-12-1999); relegitimación de Hugo Chávez como presidente en el año 2000; referéndum aprobatorio del mandato presidencial (15-08-2004); elecciones parlamentarias del diciembre del 2005; y las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006.
Para el referendo aprobatorio del 15-08-2005, la oposición tomó nuevos bríos, gracias al financiamiento externo que les permitió hacer planes y nuevamente se hicieron ilusiones sobre una “hipotética derrota de Hugo Chávez”. A tal efecto suscribieron a través de la extinta Coordinadora Democrática un acuerdo que:
“… fue presentado por líderes de una treintena de partidos y organizaciones antichavistas en Caracas, que lo consideraron como la garantía de un "Gobierno democrático de unidad nacional" que sucedería a Chávez. "Hoy más que nunca la unidad está en la oposición [dijo el] dirigente de la CD, Enrique Mendoza, al presentar el pacto […] bajo el supuesto de que Chávez perderá el referéndum y las elecciones presidenciales que, en dicho caso, deberían convocarse el próximo septiembre, según estipula la Constitución. El acuerdo establece la unanimidad de la CD en activar el plan "Consenso País" [que] contempla la adopción de "medidas urgentes" para impulsar la seguridad, la educación, la salud y el empleo. También estipula la apertura a inversores de la vital industria petrolera, la privatización del sector eléctrico, la reforma de la Constitución de 1999 impulsada por Chávez y el cambio en el Parlamento del actual sistema unicameral a uno bicameral." [5]
O sea -como dicen por ahí- que no quieren ahora la Reforma Constitucional propuesta por el presidente Chávez, pero ya entonces la oposición estaba preparada para “reformar” la Constitución, y que casi logran durante el golpe de estado del 2002.
En resumen: en el curso de 8 años Hugo Chávez Frías como candidato ha vencido en 4 procesos electorales, caso inédito, el último con 7.309.080 votos, equivalente al 62,84%. El “desgaste electoral” de Chávez tuvo una diferencia del 6,64% a su favor (más de 3.635.395 votos), lo que no se puede explicar con la prédica oposicionista sobre el “mal gobierno”. La diferencia entre el referéndum aprobatorio del 2004 (5.800.629 votos) y las elecciones presidenciales del 2006 fue de 1.508.451 votos.
Para ese proceso electoral del 2006, muchos se hicieron ilusiones e incluso se atrevieron a hacer predicciones:
“La oposición venezolana está convencida de que con un único candidato podría derrotar al presidente Hugo Chávez en las próximas elecciones del 3 de diciembre. Todos los partidos contrarios al actual Gobierno están de acuerdo en formar una piña en torno a un elegido […] la candidatura del político que más probabilidades tiene para convertirse en el contrincante de Chávez: Teodoro Petkoff [….] A pesar de ello, las quinielas están a su favor [y] los partidos de la oposición que tienen más calado en el país, como Acción Democrática (AD), la agrupación más numerosa, y el Movimiento Al Socialismo (MAS), del que Petkoff fue militante, claman por su participación y le aseguran su apoyo.” [6]
ACTO III
Las voces que han fallado consecutivamente durante 10 años no descansan, persisten en sus erróneas predicciones y con sus ya folklóricas lecturas equivocadas sobre la realidad nacional. Para muestra veamos el “pronóstico” de Carlos Blanco, renegado izquierdista que se ha hecho muy notable por la serie de desaciertos, que sin rubor alguno abulta cada día más:
“La empresa privada en Venezuela está condenada a muerte. No está fijado el plazo para la ejecución de la sentencia, pero la condena está escrita. El momento será variado, dependiendo de los empresarios, los ramos, los tiempos y las necesidades políticas del régimen. Sólo faltan los formalismos de la Asamblea Nacional, junto a la comparsa del CNE y otros adminículos indispensables para vestir al crimen de necesidad de Estado. Ya la propiedad privada depende del arbitrio de Chávez, de un gobernador o de un alcalde, cuando no de la turba bolivariana en trance de confiscación revolucionaria; ahora se trata de producir la ley igualadora, la que hará del miedo a la pérdida de los bienes el signo de los tiempos.” [7]
Pero una cosa son los pronósticos, y otras las manipulaciones y tal es el caso de la “exhortación” que la Conferencia Episcopal Venezolana, en un tema eminentemente político al que quieren convertir en una “valoración ética” fundamentada falsamente en “los principios y criterios del Evangelio, de la doctrina Social de la Iglesia…”. Muy conocidas han sido las intervenciones de la jerarquía de la Iglesia Católica, generalmente en sentido muy negativo, como fue el caso del golpe de estado del 2002 y del sabotaje de la industria petrolera. Ahora están muy preocupados por el proyecto de Reforma Constitucional, que debe ser aprobado mediante referéndum por nuestro pueblo, y sin embargo al cardenal Velasco no le tembló el pulso a la hora de firmar, primero que nadie, el decreto de Carmona, que de un solo trancazo acabó con la Constitución que hoy pretenden “defender”, diciendo que “…la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela ha de seguir siendo patrimonio de todos los venezolanos”, las que no pasan de ser afirmaciones mentirosas, que no aguantan el menor análisis histórico. [8]
Como de pronósticos se trata, quiero dejar estas perversas profecías de estos señores obispos, que si no fuera por la madurez alcanzada por el pueblo venezolano, serían capaces de causar conmoción y alarma, cosa que no lograrán:
1. “Esta propuesta de Reforma más que enfrentar y superar la problemática vivida en el país, profundizaría la polarización entre los venezolanos, dificultaría la convivencia social con el peligro de generar nuevos odios y conflictos, que queremos evitar”
2. “Un modelo de Estado socialista, marxista-leninista, estatista, es contrario al pensamiento del Libertador Simón Bolívar […], y también contrario a la naturaleza personal del ser humano y a la visión cristiana del hombre, porque establece el dominio absoluto del Estado sobre la persona. Experiencias de otros países demuestran que en tal sistema, el Estado y su gobierno se convierten en opresores de las personas y de la sociedad, coartan la libertad personal y la expresión religiosa, y causan un gravísimo deterioro en la economía, produciendo una pobreza generalizada."
3. “…en un “Estado socialista”, tal como se propone en Venezuela, toda la actividad política, social, económica y cultural se encuadra dentro de una única opción, un pensamiento único."
Ya veremos en qué termina todo esto, pero les aseguro, que una vez mas, el viento no les soplará en su beneficio.
NOTAS
[1] Ludmila Vinogradoff para “El País”, España (28-12-97):
http://www.udel.edu/leipzig/texts/ultvenez.htm
“Ludmila Vinogradoff señalaba el 14 de abril “el luto de los caraqueños por los 16 primeros mártires de la democracia, muertos a balazos el pasado jueves por manifestarse en la calle contra el ex presidente Hugo Chávez”. La misma Ludmila Vinogradoff, en reportaje emitido en directo el 13 de abril a las 22h por CNN Plus, abandona toda objetividad y se muestra como parte interesada: insiste en la existencia de un video con la renuncia de Chávez y denuncia haberse encontrado con “turbas armadas chavistas en el centro de la capital”. A los manifestantes favorables al golpe, se les denomina “resistencia civil” (editorial de El País, el 13 de abril) o “indignación popular” (editorial de “El Mundo”, ese mismo día). A los que al día siguiente pedían el retorno a la legalidad constitucional, se les denomina “muchedumbre” o “manifestantes desquiciados” (El País, 15 de abril).”
[2] María Teresa Romero en “Analítica” (14-04-1997)
http://www.analitica.com/archivo/vam1997.04/pint3.htm
[3] Ludmila Vinogradoff, en Clarín”, Buenos Aires: “Irene Sáez, la Reina que quiere cambiar a Venezuela. Fue Miss Universo en 1981. Ahora va segunda en los sondeos para presidente.
http://www.clarin.com/diario/1998/06/29/i-03001d.htm
[4] “Henrique Salas Römer salvará la democracia venezolana”, Blanca de Domínguez, en diario NotiTarde, Valencia (30-11-98)
http://notiweb.notitarde.com/historico/1998/11/30/valencia/valencia7.html
[5] “Venezuela. La oposición presenta un 'acuerdo de gobernabilidad' después de la derrota de Chávez en el referéndum”, en Lukor.
http://www.lukor.com/not-mun/america/0407/25225640.htm
[6] "Teodoro Petkoff: La Opción favorita", en “América Económica”
http://www.americaeconomica.com/numeros4/359/reportajes/2Alba359.htm
[7] Carlos Blanco, “La Nueva Constitución”:
http://firmasdefaces.blogia.com/2007/082701-la-nueva-constitucion-carlos-blanco.php
[8] “Nuestra contribución tiene el propósito de iluminar, desde una valoración ética, el juicio y la decisión que sobre el proyecto de Reforma corresponde asumir a los venezolanos en asunto de tanta importancia para el presente y el futuro del país. Fundamentamos esta iluminación en los principios y criterios del Evangelio, de la Doctrina Social de la Iglesia y de los numerosos documentos emanados de nuestra Conferencia Episcopal. Nos impulsan la convicción de que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela ha de seguir siendo patrimonio de todos los venezolanos, sin exclusión, y nuestro compromiso de fomentar la convivencia pacífica de todos los ciudadanos y la concordia entre los diversos sectores e instituciones para la construcción de un destino común como nación.” Ver la publicación de la “Exhortación del episcopado venezolano sobre la propuesta de reforma constitucional”, en la página Web de Globovisión:
http://www.globovision.com/news.php?nid=68236
CONTACTO CON EL AUTOR
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