“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

14/3/12

En EE UU la lengua española/castellana está contaminada, estigmatizada y vinculada a inmigrantes problemáticos (¿indeseables?)

No se trata de una opinión del editor o del autor de esta nota, sino de los prejuicios de Víctor García de la Concha, Director del Instituto Cervantes.
El castellano no es la lengua de Miguel de Cervantes, Lope de Vega, García Lorca, Pablo Neruda, Antonio Machado, Miguel Ángel Asturias, Gabriela Mistral, Jorge Luis Borges, García Márquez  y…  pare de contar; sino de inmigrantes ignorantes procedentes fundamentalmente de México, Cuba y Centroamérica.

Luis Alfredo Pérez Salazar

Lea una nota sobre el español
de hoy y del mañana
Este fin de semana el periódico español El País publicó una entrevista con Víctor García de la Concha, nuevo Director del Instituto Cervantes. En ella, afirma que el principal problema del español en Estados Unidos es que está “contaminado, estigmatizado por considerársele vinculado a una lengua de inmigrantes que plantean problemas”.

Y tal fue la desafortunada frase que el periódico parafraseó como titular.

Dudo de que don Víctor tuviera intención de denigrar a los inmigrantes; hace 10 años hice un curso de doctorado con él y es una persona amable y correcta, apasionada de la lengua y la literatura.

No por ello, sin embargo, su afirmación deja de ser desagradable y elitista.

“¡Nooo!”, me lo imaginé diciendo a los estadounidenses. “El español no es la lengua de los espaldas mojadas, sino de Cervantes, de García Lorca, de Aleixandre y de Neruda.” (La preponderancia de españoles no es mía, sería de él).

“¿Y esos quiénes son?”, le responderían los estadounidenses en los que está pensando.

Son los mismos que otros días creen también que es el idioma que se habla en España, un país donde la gente es tan floja que se echa la siesta a diario, o tan cobarde que abandona Afganistán y deja en la estacada al US Army. O de un país retrasado y pobre, lleno de toreros, como puede leerse en los libros de Hemingway.

Más allá de su falta de tacto, don Víctor comete dos errores. El primero es pensar que la lengua pertenece a los escritores, a los poetas y a los académicos. Durante aquel curso hubo una mañana que nos pidió consejo: la Real Academia de la Lengua, de la que por entonces era Director, debatía la palabra “chatear”. ¿Era necesaria, o había un equivalente en español? Fue un momento confuso. Algunos alumnos se sintieron halagados, otros juzgaron el gesto en términos de condescendencia y algunos más se quedaron perplejos: para entonces el término estaba tan asentado que cualquier otro que intentara colocarse en su lugar estaba tan destinado al fracaso como “digitalizar” frente a “escanear” o “soporte lógico” frente a “software”. 

El segundo error es una falta de sensibilidad ante la realidad estadounidense; al final, lo que don Víctor demostró es que es él quien juzga a la sociedad estadounidense como ignorante y racista.

Es verdad que muchos estadounidenses ven el español como un idioma indeseable. Tanto como que en España [ y en Latinoamérica, NdelE.] hay gente que ve el inglés como una lengua de turistas tontos y borrachos que creen que fuera de su país todo es México. Pero ninguna de estas dos realidades es única, sino sólo una más.

En Estados Unidos hay ahora mismo millones de estudiantes aprendiendo español en cientos de institutos, y miles estudiando su literatura en las universidades.

Parece que ellos saben mejor que el nuevo director del Instituto Cervantes que las lenguas son una herramienta de las personas, no de las élites. Que no tienen sentido si no sirven para comunicarse, por más poemas que se escriban con ellas. Que para bien y para mal reflejan la problemática de las sociedades en las cuales se usan, en eso consiste su riqueza. Y que cuando dejan de hacerlo, por muchas discusiones de salón que puedan existir en torno a ellas, están muertas.

Título original: “Meteduras de pata en español”


Omar Montilla
Nota del Editor

La enseñanza del español ha crecido un 150% en Japón, un 80% en Europa del Este y en Estados Unidos, Brasil o Canadá no hay suficientes profesores para atender toda la demanda. Además, el aumento moderado pero continuo de su número de hablantes, condicionado por el incremento de su demografía y su expansión vinculada al desarrollo económico. El auge de la lengua española/castellana se debe fundamentalmente al empuje de nuestros países hispanoparlantes, que no a España, que está en franca decadencia. Resulta curioso destacar que es en la propia España donde “su” lengua está más amenazada, por el resurgir de las lenguas regionales que estuvieron por siglos sojuzgadas políticamente, como es el caso del catalán, del gallego y el vasco.

Algunos opinan que para el 2030 el español/castellano supere al inglés y se convierta en la segunda lengua de uso e intercambio económico en el mundo, sólo por detrás del chino. Siendo una lengua tan internacional y cuyo uso en los negocios se está generalizando, es lógico pensar que un número cada vez mayor de alumnos que desean cursar un máster se decida a hacerlo en ella. En este contexto, la formación de posgrado online y avalada por la excelencia académica de instituciones de enseñanza de primer orden se erige como alternativa para profesionales de todos los continentes.

Otro registro que impresiona, es su crecimiento en Internet. Para ello les dejo el siguiente gráfico: