Especial
para La Página
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La economía argentina está ingresando en una nueva etapa.
Los períodos de expansión sin obstáculos (2003-2008) y desajustes controlados
(2009-2011) han quedado atrás y se verifica una erosión del modelo vigente. Los
desequilibrios en curso empalman con impactos de la crisis internacional y por
esta razón ya nadie habla del “blindajes”. A pesar de la continuada apreciación
de las exportaciones, los dólares del superávit comercial se retraen y la situación
fiscal se torna delicada. Las tensiones actuales son significativas, pero no guardan
ninguna semejanza con del descalabro padecido en el 2001-02. Tampoco tienden a
desembocar en convulsiones de la magnitud observada en la periferia europea.
Pero el contexto general se ha deteriorado y ya no presenta los rasgos favorables
de los últimos años.
El ciclo ascendente de la última década obedeció a tres
procesos convergentes: un inédito aumento de los precios de las exportaciones,
políticas económicas expansivas y una gran recuperación de la tasa de ganancia.
Esta última recomposición sucedió a un brutal ajuste con la consiguiente
desvalorización de salarios y capitales. En pocos países se presentó esta
combinación de circunstancias.
La simplificación neoliberal desconoce este diagnóstico.
Atribuye la recuperación a la presencia exclusiva de condiciones externas
óptimas y con esta visión unilateral difunde evaluaciones inconsistentes. Un
día describen oportunidades históricas para la Argentina y al otro día
pronostican una inminente explosión financiera, cambiaria o productiva.
La interpretación oficialista carga con equívocos de otro
tipo. Suele retratar un milagro de políticas activas, abstraído del contexto
global y de la rentabilidad objetiva que recuperó el capital. Por eso postula
la vigencia de un esquema económico con virtudes intrínsecas para auto-generar
crecimiento, recaudación fiscal y demanda. Esa mirada impide registrar los
desequilibrios que emergen en la actualidad, como consecuencia de
contradicciones gestadas por el propio modelo.