Traducción del inglés
por Ramón Vera Herrera
La atención mundial está puesta en este momento en la plaza
Taksim de Estambul y en el levantamiento popular contra el gobierno de Recip
Tayyip Erdogan. Todos dicen que las rebeliones antiautoritarias que han estado
barriendo el mundo, y a últimas fechas el Medio Oriente en particular, han
alcanzado ahora a Turquía, aclamada por mucho tiempo como un gobierno modelo”
que sería impermeable a tales levantamientos.
Immanuel
Wallerstein |
Al igual que en levantamientos semejantes, el foco está
puesto en la conducta autoritaria del gobierno y, para algunos, en su
compromiso con las políticas económicas neoliberales. Hasta ahora, lo que
comenzó como una pequeña protesta de ambientalistas contra la intención del
gobierno de eliminar la última área verde importante dentro de Estambul en favor
de un proyecto de desarrollo prendió y atrajo a diario más y más gente hacia la
plaza Taksim y a lugares semejantes por todo Turquía. En ocasiones anteriores
la respuesta del gobierno fue no ceder y, en cambio, sí reprimir con la policía
a los manifestantes. Esta respuesta parece haber resultado contraproducente y
atrajo siempre más gente a las protestas.
Como suele ocurrir en tales protestas, los manifestantes
cubren ahora una gama muy amplia de personas. Hay lo que podría llamarse una
izquierda laica, en especial las mujeres, molestas por la imposición reptante
de reglas y restricciones islámicas por parte del “moderado” Adalet ve Kalkinma
Partisi (AKP), el partido en el poder. Hay quienes están molestos por el
involucramiento cada vez mayor del gobierno en el intento de derrocar a Bashar
al Assad en Siria. Hay otros en la derecha política que se consideran a sí
mismos como los protagonistas de una posición “kemalista”, una que es
nacionalista y hostil a los partidos islamitas. Hay también una facción al
interior del AKP, encabezada por el presidente Abdullah Gül, que considera que
el gobierno es poco islamita, que está demasiado atado a Estados Unidos en
materia de política exterior, y es demasiado represivo de los grupos que están
protestando.
En resumen, es una típica situación en la cual no es seguro
si el gobierno puede mantenerse en el cargo. Y es igualmente inseguro qué tipo
de gobierno podría sucederlo, si cayera, sea por la vía de la renuncia o de
nuevas elecciones. Es esta incertidumbre en los resultados lo que más perturba
a los kurdos, que a su vez están divididos en cuanto a cómo deberían
comportarse en esta situación.
Desde que existe la república turca, los kurdos en Turquía
han estado luchando por obtener el derecho a estructuras autónomas y al uso del
lenguaje kurdo. Para algunos esto necesariamente implicaba un Estado
independiente, mientras otros estaban preparados para aceptar una autonomía
garantizada por la Constitución al interior de Turquía. Este objetivo entró en
conflicto profundo con el nacionalismo integral turco propuesto por Mustafá
Kemal Ataturk. Ataturk y sus seguidores insistían en que no había nada sino
turcos en Turquía. Su gesto hacia los kurdos fue proclamarlos “turcos de las
montañas”, sin concesión alguna respecto del lenguaje.
Por supuesto, los kurdos están localizados en varios estados
vecinos, principalmente en Turquía, Siria, Irak e Irán. Su concentración más
grande, sin embargo, está dentro de Turquía. Y en los últimos 40 años se han
organizado políticamente dentro de un movimiento conocido como Partiya Karterên
Kurdistan (PKK) o partido kurdo de los trabajadores, cuyo líder ha sido
Abdullah Öcalan. Este movimiento se involucró en acciones militares para
conseguir sus objetivos. Los sucesivos gobiernos turcos, en particular el
ejército turco, los combatió sin piedad, proclamando el PKK organización
“terrorista”.
En 1999, con la ayuda de Estados Unidos, el gobierno fue
capaz de capturar a Öcalan en Kenya. Lo condenaron por traición y lo
sentenciaron a la pena de muerte. Esta sentencia fue conmutada de facto por la
cadena perpetua en la remota isla de Imrali, sin posibilidad de contactar a
nadie. En años recientes la posición del AKP en el poder y la del PKK (que
sigue considerando a Öcalan su líder) han evolucionado. En particular, el PKK
no es ya un partido marxista-leninista y desea que callen las armas para
permitir que la diplomacia funcione. El resultado es que ha habido algunas
discusiones entre ambos partidos en cuanto a un arreglo que pudiera ponerle fin
al conflicto. El PKK ha dicho que está listo para abandonar la acción militar y
participar en la vida política “normal” de Turquía, siempre y cuando liberen a
Öcalan y haya cierto reconocimiento a sus derechos a la autonomía y lengua
kurdas. El gobierno del AKP parece haber sido receptivo al arreglo, dándose
cuenta que una mera victoria militar es imposible.
El principal obstáculo ha sido la sospecha mutua. Ninguno de
los dos bandos quiere dejar las armas antes que el otro. Cómo trabajar una
transición a los nuevos arreglos es precisamente lo que está a discusión. El
principal problema para cada uno de ambos partidos es asegurarse de que sus
seguidores acepten el trato. Erdogan estaba teniendo problemas con una ala del
AKP y Öcalan (tal vez menos que Erdogan) con algunos elementos del PKK.
En medio de estas delicadas discusiones vino el
levantamiento en la plaza Taksim. Y he aquí el dilema kurdo. Parece haber sólo
dos grupos que simpatizan con esta “solución” propuesta para las demandas
kurdas. Uno es Erdogan y sus seguidores, y el otro está formado por algunos
segmentos de la izquierda laica, que son uno de los ejes del levantamiento
anti-Erdogan. Los otros grupos en la plaza Taksim se oponen puntualmente a los
posibles nuevos arreglos con los kurdos.
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¿Qué es lo que, entonces, debería hacer el movimiento kurdo
políticamente? Hay algunos militantes kurdos, sobre todo en Estambul y otras
grandes ciudades, que se han unido a la rebelión como individuos. Pero con sumo
cuidado el PKK ha evitado cualquier declaración en torno al levantamiento. Y en
Diyabarkir, la ciudad kurda más grande, el número de manifestantes ha sido muy
chico. Podría resultar que una víctima importante del levantamiento
antiautoritario en Turquía fueran los kurdos.