I. Uno de los derechos más preciosos del hombre
En la antigua Grecia con sus academias, en las mezquitas árabes como la del Califato de Córdoba (España), se practicó el primado de la razón y del libre examen, y fueron los inicios de la dilatada saga de formación de centros educativos superiores, que encuentran en Europa en los siglos XII en Bolonia y XIII en París, nuevos impulsos de universitas, de maestros y discípulos con los condicionamientos propios de las organizaciones de gremios o corporaciones. Existió un clima de libertad y autonomía con derecho a darse normas internas que les dio un fuero especial en materia de libertad de opinión, movimiento y abstenerse de involucrase en contiendas políticas. El emperador Federico Barba Roja promulgó en 1158 una orden por la cual nadie podía limitar la libertad de movimiento de las universitas, incluso el derecho a irse y volver a sus cátedras.