Angela Merkel @ Jan Op de Beeck |
“La austeridad ha sido la receta prescrita para todos los países por Merkel, sin embargo no funciona de la misma manera en todos los lugares” |
Después
de varias semanas en calma y tras varias inyecciones económicas por parte del
Banco Central Europeo para que el sistema contara con liquidez, España continúa
en recesión. El desempleo sigue subiendo y las previsiones de déficit están
empeorando. Además los mercados de bonos están especialmente nerviosos en
España e Italia.
Desde el periódico hacen mención a que España está ahora en unos niveles típicos de la depresión: tiene una tasa de desempleo cercana al 25% y que alcanza el 50% en el tramo de edades entre los 16 y 24 años. Apuntan que estos datos son así incluso después de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, llevara a cabo los presupuestos más austeros y que la Unión Europea rechazara sus peticiones para que flexibilizaran la cifra del déficit.
Desde el periódico hacen mención a que España está ahora en unos niveles típicos de la depresión: tiene una tasa de desempleo cercana al 25% y que alcanza el 50% en el tramo de edades entre los 16 y 24 años. Apuntan que estos datos son así incluso después de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, llevara a cabo los presupuestos más austeros y que la Unión Europea rechazara sus peticiones para que flexibilizaran la cifra del déficit.
El ‘New York Times’ recuerda que Mariano Rajoy negoció con
Bruselas el techo del déficit. Finalmente pactó que para 2012 se reduciría al
5,3% y para 2012 y hasta el 3% para 2013. El periódico apunta que “estos objetivos son probablemente
inalcanzables aunque el presidente mantenga rigurosamente sus presupuestos”.
El editorial explica que las estimaciones oficiales más optimistas pronostican
que la economía española se contraerá un 2% este año. “Cuanto más se incrementan los impuestos en España más caen los
ingresos, lo que requiere aún mayores recortes en los presupuestos. Se convierte
todo en un ciclo destructivo siempre a la baja”, matizan.
El editorial explica que las dificultades económicas de cada
uno de los países de la Unión Europa son diferentes por lo que a su vez
necesitan de remedios diferentes. Cuentan que en el caso de España, su nivel de
deuda es más bajo si se compara con el resto de países, pero a pesar de esto su
problema se centra en la deuda privada. Por este motivo, el gobierno tuvo que
salir a apoyar a sus bancos ya que quedaron muy débiles tras estallar la burbuja
inmobiliaria. El periódico relata que este hecho hizo que se disparara el
déficit y se situara a unos niveles que no se pueden sostener indefinidamente. “Sin embargo, intentar acabar con el
demasiado rápido podía contraer problemas contraproducentes, el presidente del
gobierno español lo sabía y por ello pidió una revisión de los objetivos del
déficit para 2012 ya que veía imposible conseguir el objetivo del 4,4%”,
dice el diario.
“En lugar de acceder a
la petición sensata de Mariano Rajoy de reducir el objetivo del déficit, los
ministros de finanzas europeos flexibilizaron un poco el dato situándolo en el
5,3%, Los mercados de bonos rápidamente se dieron cuente de que España lo tenía
muy difícil para alcanzar esos objetivos. Así que los prestamistas hicieron que
subieran los tipos de interés de la deuda española” apunta el periódico.
Para conseguir ese objetivo, Rajoy ha propuesto una serie de
malas medidas que no van a incentivar el crecimiento, “ha recortado la inversión pública y esto es necesario para mejorar la
competitividad económica”. Además se han propuesto una segunda ronda de
recortes destinados a la educación y a la sanidad. Eliminando la fuerza de
trabajo de hoy para pagar los intereses de una deuda de la burbuja inmobiliaria
de ayer.
Finalmente el periódico concluye afirmando que
“estos recortes, podría haber sido menos graves si la Unión Europea hubiera escuchado al Rajoy y le hubiera dado una mayor flexibilidad a corto plazo para hacer unos presupuestos menos austeros. Estos presupuestos se podrían haber evitado si Merkel y sus socios hubieran reconocido la necesidad de restaurar la competitividad económica del sur de Europa. Para ello hubiera sido necesaria una mayor inversión en el crecimiento y menos centrada en reducir el déficit al corto plazo”.